Pretty Yende

Pretty Yende denuncia malos tratos, discriminación racial y tortura psicológica en un aeropuerto de París

La soprano sudafricana Pretty Yende, una de las actuales estrellas del panorama lírico internacional y quien se encuentra actualmente cantando La sonnambula, de Bellini, en París, ha denunciado en sus redes sociales supuestos malos tratos, discriminación racial y tortura psicológica. Los hechos habrían tenido lugar en el control de aduanas del parisino aeropuerto Charles de Gaulle. Este es el comunicado de la cantante, transcrito literalmente:

"La brutalidad policia es real para alguien que se ve como yo. Siempre he leído sobre ello en las noticias y muchos de mis hermanas y hermanos terminan siendo torturados y algunos casos fatales ocupan titulares, apareciendo de pronto cadáveres con historias detrás. Soy una de las afortunadas de estar viva para ver el día de hoy, incluso con malos tratos, indignante discriminación racial y tortura psicológica y comentarios raciales muy ofensivos, en un país al que le he dado tanto de mi corazón y mis virtudes. 

Todavía estoy conmocionada, pensando que soy una entre un millón que logró salir con vida de esa situación, debido a una llamada teléfonica que se me ocurrió hacer en ese momento, en el que estaba en shock y traumatizada, sin poder creer lo que me estaba sucediendo. Se llevaron todas mis pertenencias, incluído mi móvil y me dijeron que apuntase los números de teléfono de mis familiares cercanos y amigos para llamarles desde el centro de retención. Dijeron que me iban a llevar a un "hotel prisión" mientras me miraban como si fuese una delincuente. Les dije que la batería de mi teléfono se estaba agotando "¿podríais tener un cargardor, por casualidad? El policía me contestó: "Escúchame con atención, no te vamos a dar tu teléfono"... yo dije "qué"... él continúo: "escúchame hasta que termine", con tono duro y condescendiente... yo contesté: "¿Soy una prisionera?" Él dijo con rudeza que sí. Entonces decidí obedecer y hacer lo que decían, sin tratar de "defender" mi legalidad, en suelo francés. Me desnudaron y registraron como si fuese un criminal delincuente, ubicado en una celda de retención, en la terminal 2B del control de aduanas del aeropuerto Charles de Gaulle, en París.

Hacía frío, no había luz al principio, frío y gris y me dejaron sola con el teléfono fijo y un trozo de papel donde anote los teléfonos de aquellos a los que podía llamar. La mayoría de policías se negó a hablarme en inglés. Había más de 10 policías a los que podía escuchar hablando y riendo en el pasillo. La mente se me llenó de pensamientos negativos. Uno de ellos fue: "Este es. Este es el día en que a mi familia se le va a entregar un cadáver y nadie sabrá lo que ha pasado realmente".

Foto: Gregor Hohenberg