ABAO Bilbao Opera. Pagliacci. Octubre 2021 E. Moreno Esquibel 5682

Santuzza y Canio

Bilbao 23/11/2021. Palacio Euskalduna Mascagni: Cavalleria rusticana. Leoncavallo: Pagliacci. Jorge de León (Turiddu-Canio) Ekaterina Semenchuk (Santuzza). Rocío Ignacio (Nedda), Ambrogio Maestri (Alfio-Tonio). Euskadiko Orkestra. Dirección de escena: Joan Anton Rechi. Dirección musical: Daniel Oren.

Hay bodas por amor y hay bodas de conveniencia. Hay bodas por poderes y bodas concertadas. En el caso de Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni y Pagliacci de Ruggero Leoncavallo me inclinaría a pensar que fue una boda concertada y que ha convenido a las dos. A lo largo de más de un siglo en el que se suelen programar juntas no creo que les haya perjudicado esta unión. Y aunque en términos musicales, entre los expertos, se considere de mayor calidad a Pagliacci, emocionalmente, cuando se hace bien, Cavalleria es una ópera muy grande. Y luego está la ventaja para muchos cantantes de interpretar papeles en ambas obras, ahorrando costes a los teatros y permitiendo el lucimiento de voces en distintos roles. Digamos, pues, que si fue en principio una boda de conveniencia o concertada hoy en día es una relación de amor. Y ese amor, que sobre todo les profesa el público (ya que son dos títulos muy populares) se ve aumentado cuando se presentan en tan óptimas condiciones como las que estos días se pueden ver dentro la 70 temporada de ABAO (Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera).

De verdadero éxito musical se puede considerar la representación que voy a comentar, la que tuvo lugar el pasado día 23 de noviembre. Y es que cuando se reúne un estupendo elenco, se elige un reconocido director y se contrata una orquesta en plena forma, si hay un entendimiento y conjunción entre ellos (cosa que nunca está asegurada), se consigue una velada de altísimo nivel. Fue el maestro israelí Daniel Oren quien consiguió que esa unión y, por tanto, el consiguiente triunfo tuviera lugar. Su dominio de la función fue absoluto, a la vieja usanza. Se veía (y se oía, pues Oren es un director muy expresivo) que él había marcado perfectamente el camino por el que debía discurrir la noche. Con tiempos precisos, no lentos pero sí marcados, sin apresuramientos, con una inmensa pasión, desgranó todo lo que encierran estas dos bellísimas partituras. Estuvo muy bien en Pagliacci pero hay que calificarlo de soberbio en Cavalleria, con una lectura antológica. El volumen marcado no tuvo en cuenta a los cantantes (porque sabía que no hacía falta, teniendo semejantes voces en el escenario) y la orquesta brilló en todo su esplendor en el amplio espacio del Palacio Euskalduna. Y es que la Sinfónica de Euskadi, que pasa por un estado de forma magnífico, respondió de una manera excepcional a lo que marcó el autor y traducía el director. Todas las familias orquestales estuvieron fabulosas, con una cuerda aterciopelada y un metal restallante. Espectacular trabajo del foso.

ABAO Bilbao Opera. Cavalleria rusticana. Noviembre 2021 E. Moreno Esquibel 5951

La boda artística de Cavalleria y Pagliacci tiene dos contrayentes principales: Santuzza y Canio. Sobre cada uno de ellos pilota una de las óperas. El personaje de Santuzza es uno de los roles femeninos más desgarradores de la historia de la ópera (y mira que abundan). Su historia de amor, el rechazo de su hombre, la condena social, su traición por venganza, de la que pronto se arrepiente, todo ello solo puede inclinar al público hacia la compasión. Ekaterina Semenchuk fue una Santuzza de las que nunca se olvidan. Supo perfectamente asumir la esencia del papel y, a partir de un instrumento excepcional, arrebató al público con una voz de una calidad que en que cada frase emocionaba. Perfecta en toda la tesitura, no hubo un momento de su intervención que destacar pues siempre estuvo al máximo nivel, con agudos bien proyectados, con unos dúos con el tenor que saltaron sin problemas la terrible barrera sonora marcada por Oren. Personalmente, y porque es la parte que más me estremece de toda la obra, destacaría su "Inneggiamo, il Signor non è morto!". Pero eso sólo es un detalle de una interpretación a la que no se le puede pedir más. Bravissima!

Dándole la réplica encontramos el Turiddu de Jorge de León que nos brindó también una noche inolvidable. Aunque el protagonismo del tenor esmayor en Pagliacci, Turiddu tiene también momentos de gran belleza musical. El cantante canario no tuvo ningún problema para resolver las dificultades del papel, sobre todo en la zona aguda, donde con pasmosa facilidad nos brinda unos agudos de una calidad brillante. Como ya se comentó, en los dúos con Semenchuk estuvo estupendo pero quizá, y para desmentir algunos comentarios que siempre se cuelan sobre él, demostró su versatilidad y su buen hacer en un pasaje como "Mamma, mamma! Quel vino è generoso", que cantó con una sensibilidad y una medida perfectas. Muy bien, como nos tiene acostumbrados, el Alfio de ese magnífico barítono que es Ambrogio Maestri. Y a muy buen nivel el Silvio de Carlos Daza y la Lola de Belén Elvira. Y una mención especial a la estupenda Mamma Lucia de Elena Zilio que, a sus ochenta años, nos dió una lección de canto y potencia.

ABAO Bilbao Opera. Pagliacci. Octubre 2021 E. Moreno Esquibel 5559

Si la novia de este singular matrimonio es Santuzza, el novio es Canio, el protagonista de Pagliacci. Un protagonista con un trasfondo psicológico que no tiene el Turiddu de Cavalleria. Es un hombre vapuleado por la vida, enamorado, celoso y tremendamente violento cuando se ve traicionado por su mujer, porque, en el fondo en él estalla en ese momento todo lo que ha sufrido. La vida ha sido un engaño, una farsa exactamente igual a las que representa cada noche en las plazas de los pueblos. Jorge de León, que ya se había lucido en Cavalleria, remató la noche con una actuación perfecta en esta segunda ópera. Pudimos ver sus hechuras de buen actor, además de su calidad vocal expuesta en todo su trabajo, pero especialmente en la famosa aria "Recitar!... Vesti la giubba", verdaderamente estremecedora. Bravissimo también él.

Rocío Ignacio, como Nedda, demostró sus cualidades: una buena proyección y volumen, calidad en los agudos y grandes dotes actorales. Un excelente trabajo. Mucho más implicado que en su anterior papel como Alfio estuvo Ambrogio Maestri en el desagradable papel de Tonio. Nos brindó un Prólogo de una calidad vocal y una experiencia actoral magníficas.Un lujo el Beppo de Mikeldi Atxalandabaso, que en la breve "Canzone di Arlecchino" dejó claro que es un cantante extraordinario. Buen trabajo del Coro de Ópera de Bilbao, a cuyo sonido lastró, como es lógico, el uso de mascarillas. 

La producción de la propia ABAO, firmada por Joan Anton Rechi y repuesta por Albert Estany, la habíamos visto en su estreno en 2015 y sigue evidenciando sus pros y sus contras. Es una producción de tinte clásico, que sitúa la acción para ambas óperas hacia mitad del siglo XX, en la plaza de un pueblo del sur de Italia, y que consta de buenos niveles técnicos, con una escenografía de Gabriele Moreschi que cierra el espacio del escenario del Euskalduna, lo que es idóneo para la buena proyección de las voces, y con buenos trabajos de iluminación y vestuario a cargo de Alberto Rodríguez y Mercè Paloma respectivamente. El mayor defecto es el trabajo de dirección escénica sobre todo con el coro, cuyos movimientos están faltos de ingenio y llegan a ser cansinos (en Cavalleria) y rozan el ridículo en Pagliacci, cuando todo el pueblo da vueltas alrededor del carromato circense cual si fuera la Kaaba de La Meca. 

ABAO Bilbao Opera. Cavalleria rusticana. Noviembre 2021 E. Moreno Esquibel 5847

Fotos: © E. Moreno Esquibel