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Un Händel político

Bayreuth. 15/09/23. Markgräfliches Opernhaus Bayreuth. Händel: Flavio. M. E. Cencic (Guido), J. Lezhneva (Emilia), Y. Mynenko (Vitige),M. Jägerová (Teodata), R. Brès-Feuillet (Flavio), S. Manojlovic (Lotario), F. Trümpy (Ugone), F. Kaye (Dama de la corte). M. E. Cencic, dirección de escena. B. Bayl, dirección musical.

La cuarta edición del Bayreuth Baroque Festival 2023 sitúa a la capital de la Alta Franconia alemana, de nuevo como epicentro musical europeo finalizado el Wagner Festival. Esta cuarta edición ha supuesto la consolidación de un Festival que ha reafirmado su entidad musical presentando por primera vez, dos producciones. Una nueva de estreno: Flavio de Händel, y una coproducción: Orfeo de Monteverdi con el Megaron-The Athens Concert Hall. 

Nuevo éxito para el director artístico, contratenor y protagonista de este título, el croata Max Emanuel Cencic, quien vuelve a acertar programando una de las óperas menos escenificadas e interpretadas de Händel, de su vasto repertorio: Flavio (1723), con un ácido libreto de contenido político disfrazado de males amorosos, supuso un éxito relativo en la carrera del Händel ya afincado en Londres.

Con libreto de Nicola Haym, el mismo de Rodelinda, Giulio Cesare o Tamerlano, esta nueva producción de Flavio, sirve para que Cencic construya una estimable dramaturgia, de corte clásico en su excelente vestuario, sencilla y práctica escenografía, cargada de una incisiva dirección actoral y con toques de humor british muy acordes a la trama. Todos los personajes están delineados con sumo cuidado y ofrecieron un generoso trabajo escénico, con añadido de escena teatral incluida.

Cencic se permitió el lujo de explicar en una escena insertada, con música de Michel Lambert, el air de cour, Vos mépris chaque jour (1689), cantada por actriz y cantante Filipa Kaye, y el aria Del minacciar del vento de la ópera Teofane (1719), de Antonio Lotti, cantada por el bajo-barítono Sreten Manojlović.

Esta escena insertada en el libreto está plenamente justificada para explicar una acción de la trama a la que se le hace mención pero que no se ve, la agresión en forma de bofetada del personaje de Lotario a Ugone, que en la ópera provoca que Guido, hijo de Ugone, mate a Lotario en honor a la defensa de su padre. Esta aria además formaba parte del repertorio del célebre bajo italiano, y gran colaborador de Händel, Giuseppe Maria Boschi, quién fue además el interprete en el estreno de Flavio del personaje de Lotario.

Si la producción fue entretenida, con una fluidez teatral, equilibrada, de ritmo perfectamente adecuado a la preciosa partitura, no le vino a la zaga la dirección musical del australiano Benjamin Bayl. Desde el clave, Bayl insufló una lectura precisa, teatral y de ritmos irresistibles a la partitura. Gran acompañante de los solistas y perfecto en la administración de estilo händeliano a las órdenes de la deliciosa formación Concerto Köln, orquesta en residencia esta IV ed. del Bayreuth Baroque Festival.

El equipo de cantantes fue de una solidez musical y de estilo irreprochables en su conjunto, pero con salvedades según el intérprete. Dotada de una inusitada facilidad canora y hermosa emisión, además de consumada virtuosa vocal como pocas, la soprano rusa Julia Lezhneva deslumbró por técnica y morbidez tímbrica como Emilia, la enamorada de Guido. 

Paradójicamente, a pesar de un estilo impecable desde el foso, Lezhneva tendió a appoggiuature, fioriture y glissandi, más propios de una belcanto italianiano posterior, a la manera de una Gruberova en sus años de decadencia, que a una verdadera estilosa del canto Handeliano. Sus cadenze y variaciones fueron erráticas, volátiles y de dudoso gusto estilístico, con alguna nota de afinación aproximativa. 

Con todo Lezhneva se rebeló como una gran actriz y fue clave en un cast redondo por medios e interpretación. Ahí quedaron joyas vocales como su irresistible aria final del primer acto: Amante stravagante, o dos arias como el inolvidable lamento Parto, si, mà non sò poi, o la que cierra el segundo acto: Ma chi punir desio?.

Flavio Bayreuth23 b

El Guido de Max Cencic por el contrario fue un dechado del estilo puro barroco handeliano. La emisión siempre cuidada, de algodonada factura y timbre dulcificado para un rol que tiene en arias como la final de la ópera Amor del mío penar, momentos culminantes de la partitura.

El cantante más en forma, tanto vocal como en estilo fue con todo un exultante Yuriy Mynenko, como Vitige. El contratenor ucraniano fue un excelso intérprete por plenitud de facultades, riqueza tímbrica, solidez en la emisión, igualdad de registros, en un canto siempre equilibrado entre la profundidad expresiva y la exigencia técnica.

Interesante y de mórbido seductor color vocal la contralto checa Monika Jägerová en el equívoco personaje de Teodata, enamorada de Vitige. La checa comenzó con un color azabache preciosos en sus intervenciones, el dúo inicial con Vitige, y en sus arias del primer y segundo acto. Seguramente por cansancio y necesidad de mejora técnica, la voz fue perdiendo presencia y acabó con una proyección mermada que eclipsó una interpretación general loable.

Divertidísimo en su acting como caprichoso y atontado rey Flavio, el joven contratenor francés Rémy Brè-Feuillet, quien mostró un instrumento vocal todavía en formación, al que le faltó presencia y morbidez. La pareja de padres de los enamorados, el bajo-barítono serbio Sreten Manojlović (Lotario, padre de Emilia), y el tenor suizo Fabio Trümpy (Ugone, padre de Guido), fueron dos cantantes ideales en sus caracterizaciones. Si a Manojlović, quizás el estilo händeliano se le escapa por la dureza de una emisión todavía a trabajar, los medios son notorios y la presencia escénica y vocal perfectas. Por su parte Trümpy fue ofreció una corrección vocal incuestionable a pesar de un color genérico algo impersonal.

Otro título que se rebeló gustoso para paladares del barroco menos conocido, servido en una producción donde la inteligencia teatral, audacia dramática y excelencia musical se dieron de la mano. Un Flavio que enriquecerá de manera sustancial la discografía handeliana con su futura aparición en disco por la casa Parnassus.

Foto: © Clemens Manser