LiceoWagner 

Saliendo del lado oscuro

Barcelona. 22/03/2016, 20:00 horas. Liceu. Richard Wagner. Die Walküre: «Cabalgata de las valquirias» (acto tercero). Howard Shore – arreglos: John Whitney. The Lord of the rings (El señor de los anillos): «Suite The fellowship of the ring». Richard Wagner. Parsifal: «Preludio» (acto primero). John Williams. The Adventures of Indiana Jones (Las aventuras de Indiana Jones):I- «Swashbuckler» (Indiana Jones and the kingdom of the crystal skull) II- «Marion’s theme» (Indiana Jones and the kingdom of the crystal skull) III- «Raiders march» (Raiders of the lost ark). Richard Wagner. Götterdämmerung (El ocaso de los dioses): «Marcha fúnebre por la muerte de Siegfried» (acto tercero). John Williams. Star Wars: «Suite for orchestra». Josep Pons (dirección). Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu. Marcel Gorgori (presentador).

Puede parecer excesivamente optimista el titular de esta crónica, pero más allá del juego de palabras y la temática del concierto en torno a Wagner y el cine, ofrecido por Josep Pons y la Orquesta Sinfónica del Gran Teatre del Liceu, cabe hacer una pequeña reflexión previa. 

Desde la reinaguración del Liceu, con Turandot de Puccini el 7 de octubre de 1999, el tema de la calidad de la Orquesta titular del coliseo lírico de Barcelona, ha sido y es un tema recurrente de critica y público. El Liceu ha tenido hasta día de hoy a Bertrand de Billy (1999-2004), Sebastian Weigle (2004-2008), Michael Boder (2008-2012), y desde septiembre de 2012, al director musical titular Josep Pons. En este período de más de quince años, la irregularidad en la calidad del sonido de la orquesta ha sido una constante, que sin embargo, con la batuta de ciertos nombres, Weigle con Wagner y el repertorio germánico, De Billy en el repertorio francés, Boder con títulos del s.XX, parecía mantener viva la esperanza de que la calidad de la orquesta aspirase al menos a figurar entre las tres mejores de España, ya que la liga de las orquestas de los primeros teatros de ópera europeos parece ahora mismo una utopía. Con la máxima de higienizar la orquesta, renovar secciones, asentar un relevo generacional necesario y lógico y sobretodo asentar un sonido propio y reconocible de la orquesta, llegó Josep Pons, con un curriculum basado en su exitoso trabajo con la Orquesta de Granada y la ONE, sobretodo, y un plan de trabajo exhaustivo y exigente que debía dar sus frutos y situar a la orquesta, al menos, al nivel del primer teatro de ópera histórico nacional que es el Liceu. ¿Es aventurado afirmar que, ¡por fin!, se ve la luz al final del túnel? Después del éxito rotundo de todas las funciones del Götterdämmerung de este pasado mes de febrero-marzo, éxito basado en el fulgor, calidad de las secciones (con mención de honor a los metales), brillantez del sonido y flexibilidad de la orquesta, en resumen, una coronación del trabajo de más de cuatro años, parece que sí. Esta Tetralogía, ópera por año iniciado en abril del 2013 con Das Rheingold, llevada por la batuta de un Josep Pons que ha ido a más, ha supuesto un cénit de calidad y éxito a todas luces satisfactorio y esperanzador. La orquesta suena compacta, las secciones homogéneas, la calidad empastada y la simbiosis Pons y músicos parece haber emprendido de una vez el camino ideal para que el equilibrio y la excelencia tomen por fin el foso del Liceu con cada título. ¿Aventurado? Es posible, solo el tiempo lo dirá, después de las funciones del Götterdämmerung, el título más complejo de todo el Ring, y este concierto Wagner en torno al cine, de gran resultado global, la esperanza parece alentarse y ofrecerse como real. 

Este concierto en torno a Wagner como figura representativa de compositor que anuncia el cine (no en vano Wagner es un músico de una fuerza icónica inusual hasta entonces, de una imaginación sonora que solo el cine parece podría saciar) fue de nuevo otro éxito musical de la Orquesta del Liceu y de la batuta atenta y analítica de Josep Pons. Es cierto que desde hace un tiempo, con la nueva directiva del Liceu, la búsqueda de un nuevo público y la constante oferta de programas y promociones que atraigan a personas que no habían venido nunca al Liceu es una máxima del teatro y parece que funciona. Caras nuevas entre el público de un concierto sold out, un programa atractivo y muy sugerente y un presentador como Marcel Gorgori, reconocible por el público como un experto comunicador que sabe dar el punto exacto de divulgación sin caer en explicaciones sesudas, dio como resultado un concierto exitoso y novedoso dentro de la programación liceísta. Fuerza y sonido enérgico con la Cabalgata de las Valquírias inicial, colores y sonido evocador con la suite de Howard Shore sobre temas de El Señor de los Anillos, en arreglo de John Whitney, en la primera sección de la primera parte del concierto. Parsifal medido y controlado con un Preludio del primer acto que supo a poco, para pasar al contraste de los tres números de la BSO de John Williams e Indiana Jones. Quizás una idea algo peregrina enlazar el carácter de la búsqueda cristiana de Wagner y las aventuras del más famoso de los arqueólogos del cine, pero sin embargo propuesta que funcionó. Destacó la belleza de temas como el lirismo romántico del Marion’s theme, que recuerda la facilidad melódica y catártica de la vena compositiva de Williams, con esa conexión inmediata con la audiencia que cae rendida ante la seducción irresistible de una música que rezuma emoción a raudales. Pero el plato fuerte del concierto llegó con la segunda parte, donde el inicio con la marcha fúnebre del Götterdämerung, tema recurrente en la película Excalibur (como recordó Gorgori), volvió a recordar el éxito de la orquesta con este último Wagner, tempo exacto, dramatismo contrastado y seducción sonora con un trabajo reflexivo y maduro. Con la Suite de Star Wars, una de las BSO más populares de la historia del cine, que más debe al uso del leitmotiv creado por Wagner, la fiesta tocó fin con plena satisfacción de un publico que soñó cine, reconoció la gran herencia wagneriana en al historia de la música aplicada al séptimo arte y disfrutó como un niño al que solo faltó la bolsa de palomitas y dulces para completar una fiesta musical que esperemos no se quede en espejismo pasajero. El próximo domingo 3 de abril, se interpretará otro Concierto en torno a Romeo y Julieta con Josep Pons y la Orquesta del Liceu, esta vez como previo a las funciones de la ópera de Bellini que se estrenará el 17 de mayo. Una speranza più soave flota en el Liceu…¿se mantendrá?