Wenting Kang Michal Novak 

Wenting Kang: "La viola es la base de todos los instrumentos de cuerda"

La violista china Wenting Kang reside actualmente en Madrid, donde compagina su desempeño como viola solista de la Sinfónica de Madrid con su docencia en la Escuela Superior Reina Sofía. Recientemente ha publicado un álbum donde recoge piezas de autores franceses y españoles. Conversamos con ella para conocer más de cerca este álbum y su trayectoria como profesional. 

Recientemente ha publicado un álbum llamado Mosaic. Me gustaría conocer más sobre el origen de este proyecto y las piezas recogidas en esta grabación, donde se alternan piezas muy coloristas con otras de gran exigencia técnica.

Se trata de un sueño hecho realidad. No es un álbum demasiado específico, no son las partitas de Bach o las sonatas de Brahms, quiero decir. Se trata más bien de un proyecto mucho más personal, con una selección escogida de piezas, obras con la que tengo una relación especial por un motivo u otro. Siempre tuve claro que quería grabar la Première Rhapsodie de Debussy, por ejemplo; igualmente quería atreverme con la pieza de Tarrega, Recuerdo de la Alhambra, por su belleza y por su exigencia técnica; y también quería incluir algunas obras importantes de Fauré, Falla, etc.

En algunos casos se trata de transcripciones y en otros de piezas escritas originalmente para viola.

Así es. En realidad no existe tanto repertorio para viola como tal, pero a través de las transcripciones se puede llegar mucho más allá. También me experiencia como docente junto a Nobuko Imai en el Reina Sofia me ha hecho darme cuenta del tipo de piezas que solemos buscar para los estudiantes, casi siempre llenas de color, virtuosas, para evitar el tono general del repertorio para viola, casi siempre marcado por obras más bien serias o bien por música contemporánea. Por eso las trancripciones nos dan tanto espacio, nos permiten expresar mucho más. 

Como usted acaba de mencionar, el repertorio para viola, amén de ser reducido suele estar marcado por un tono bastante serio. 

La historia del propio instrumento explica esto en buena manera. La viola fue el germen de todos los demás instrumentos de cuerda. A partir de la viola se desarrollaron el violín como un instrumento más agudo y el violonchelo como uno más grave. La gran expansión del repertorio en el Romanticismo para estos dos instrumentos, violín y violonchelo, dejó un tanto atrás a la viola, reducida a menudo a una segunda voz en la música de cámara y a una parte sustancial, pero casi nunca protagonista, en el repertorio sinfónico. A comienzos del siglo XX algunos violistas llegaron a ser muy famosos como solistas, como William Primrose o Lionel Tertis, incluso el propio Hindemith, y eso trajo consigo que se considerase más a la viola como un instrumento solista importante. Por esto realmente no hay tanto repertorio para viola, si exceptuamos lo compuesto para viola da gamba y toda la producción del siglo XX y la música contemporánea. Con este disco he querido de algún modo romper esa dinámica, dándome el capricho de tocar algunas piezas extraordinarias y tremendamente coloristas, auque no escritas originalmente para viola.

Este desarrollo histórico del instrumento y de su repertorio, como comenta, seguramente está detrás del hecho de que la viola no sea un instrumento tan popular para el gran público como podrían serlo el violín y el violonchelo.

Sin duda, así es. Y sin embargo la viola es la base de la cuerda, como le decía. Y es un instrumento con una gran belleza. Hace algunas semanas en Madrid pude interpretar el Concierto para viola de Bela Bartók y fue muy bien acogido por el público. Por eso pienso que tenemos que hacer el esfuerzo de programar más música para viola, porque si no se conoce, no se puede disfrutar de ella. Los conciertos de Bartók, Hindemith y Walton, por citar solo tres de ellos, deberían escucharse más a menudo en nuestros auditorios.

Me gustaría saber algo más acerca de su trayectoria, desde sus estudios hasta el día de hoy.

Empecé a tocar la viola cuando tenía quince años, en Beijing,  Después continué mis estudios en Boston, con Kim Kashkashian, Más tarde, en 2012, gané el primer premio en el concurso de Tokio y entonces conocí a Nobuko Imai, con quien me seguí formando en Alemania. Durante ese tiempo conseguí un puesto en la Israel Philharmonic, donde trabajé durante una temporada. En ese momento Nobuko Imai contactó conmigo para ser su asistente en el Reina Sofía en Madrid y entonces me trasladé a España. Entretanto he tenido oportunidad de trabajar con otros músicios, como los violinistas Donald Weilerstein y Miriam Fried. 

"La práctica y la docencia nunca deberían ir por separado"

Actualmente es viola solista en la Orquesta Sinfónica de Madrid, actividad que compagina con la docencia en el Reina Sofía y en el Forum Musikae. 

Trabajar con una orquesta aporta una experiencia extraordinaria que se traduce después en la actividad de un músico como solista, haciendo música de cámara. Y viceversa, se aprende mucho a escuchar a otros instrumentos cuando se hace música de cámara y eso es muy valioso cuando se trabaja con una orquesta. Todo esto es algo que intento transmitir siempre a los estudiantes con los que trabajo. Lo cierto, además, es que muy pocos, realmente muy pocos de entre todos los músicos que tocan instrumentos de cuerda acaban teniendo una carrera como solista. Lo más habitual es que terminen teniendo un puesto en una orquesta. Si se da cuenta, en el caso de la viola, practicamente no existen músicos que se dediquen únicamente a una actividad como solistas; también por lo que decíamos antes, por las limitaciones del repertorio. Por eso me considero afortunada al poder compaginar la docencia con mi trabajo en la Sinfónica de Madrid y otras experiencia con la música de cámara. La práctica y la docencia nunca deberían ir por separado.

Finalmente, ¿qué planes tiene en su agenda de aquí a final de año, más allá de estos compromisos estables en Madrid?

A finales de año actuaré con la Filarmónica de Málaga, haremos el Concierto para viola de Elgar. También recitales en Hamburgo, en Hungría... Y en verano daré clases en Italia.

Por otro lado tengo muchas ideas para nuevas grabaciones pero todavía hay que darles forma. Junto con mi pianista Sergei Kvitko nos gustaría mucho hacer un programa ruso, pero hay que encontrar el momento adecuado. 

También me gsutaría grabar todas las sonatas y partitas de Bach, originalmente escritas para violin. Y lo mismo con las suites para violonchelo de Britten, en transcripción para viola 

Foto: © Michal Novak