El juego de la política

La guerra y la música. Los caminos de la música clásica en el siglo XX. John Mauceri. Editorial Siruela. Madrid, 2024.

Las perspectivas desde las que podemos analizar el mundo musical son variadas y, a veces, casi contradictorias. Si la apreciación de la música ya es algo muy personal, el estudio de cómo se ha utilizado esta misma música más allá de su propio disfrute es tan amplio como facetas tiene la vida. La editorial Siruela, dentro de su colección El Ojo del Tiempo, lanza la traducción de La guerra y la música del reconocido director, compositor y profesor John Mauceri, obra que vio la luz en 2022. El campo que podría explorar Mauceri basándose en el título de su libro es muy amplio pero él ha decidido acotarlo a un periodo concreto, definido en el subtítulo del texto: Los caminos de la música clásica en el siglo XX. Un periodo este en el que los conflictos bélicos han marcado de manera muy general a gran parte del mundo y en el que la música, nunca ajena a la sociedad que la rodea, ha sufrido cambios muy importantes.

Sin embargo, Mauceri no se inclina tanto en el estudio de esos cambios, de las características propias de las obras musicales debido a los conflictos bélicos durante los que fueron creadas, sino más bien a la utilización de esa música para fines políticos y doctrinales. Irremediablemente la creación también va a ser víctima de esas directrices políticas y el autor le da su espacio pero, como dice en su aclaradora introducción, “la música tiene la capacidad de controlar el comportamiento y aquellos que desearon conquistar el mundo trataron de aprovechar ese poder. La música es peligrosa porque posee una fuerza invisible que le permite representar emociones y crear afinidades colectivas. Hitler, Stalin y Mussolini se afanaban por controlar el comportamiento: de ahí que sintieran el imperativo de controlar la música. Además, el estilo musical se convirtió en un símbolo esencial de las naciones, de las filosofías políticas y en una poderosa metáfora de la unidad cultural y racial… y del poder. Y aunque le llevó más tiempo, también Estados Unidos aprendió a emplear ciertos tipos de música como una parte más de su armamento para conquistar las naciones durante la última de las grandes guerras del siglo XX: La Guerra Fría”.

A lo largo de este libro Mauceri justificará, explicará y apuntalará esta idea desde un punto de vista eminentemente norteamericano, que no por ser el que ha quedado como canon ha de ser siempre el más acertado. Pero es irrefutable que la tremenda represión y manipulación de los regímenes totalitarios europeos dejaron a Estados Unidos como refugio de grandes “expulsados” de la cultura musical, especialmente en el ámbito germano y ruso, y muchas veces por su origen judío, aunque también el tamiz del modo americano de ver la música aminoró en cierto modo algunos impulsos revolucionarios en lo artístico que se habían desarrollado en la Europa prebélica. Su trabajo es muy interesante y está desarrollado de una forma muy inteligible, con una intención expositiva y divulgativa mucho más que académica, con lo que facilita el acercamiento del lector a un periodo tremendamente interesante de la historia de la música desde, repito, una perspectiva no nueva pero sí no demasiado trillada.