El erotismo en la música
Soren Kierkegaard
Fellini: Ensayo de orquesta / Wilhelm Dilthey: Johann Sebastian Bach

Mishik Ediciones. 2016.

Los libros de Mishkin Ediciones son una maravilla en todos los sentidos. No son un libro en sí, no son un estudio, son un híbrido maravilloso que aúna a grandes artistas, pensadores o escritores en torno a un tema en común, con una edición y maquetación moderna y rompedora. Dentro del de la música, han querido dedicar un título sobre la misma que recoje dos grandes obras como El erotismo musical de Soren Kierkegaard y Johann Sebastian Bach de Wilhelm Dilthey, con la película de Federico Fellini Ensayo de Orquesta (en formato DVD), con sensacional banda sonora de Nino Rota. Tres tesoros que en las últimas fechas permanecían descatalogados (como es el caso de Fellini y Dilthey) o que hasta ahora no habían sido publicados en castellano sino en colecciones (Kierkegaard) y que todo melómano que se precie de serlo querrá recuperar para su estantería.

Wilhelm Dilthey, entre tanto estudio sobre la hermenéutica, quiso dedicar un apartado a la grandiosa música de Bach, en su tiempo tan denostada, haciendo porque sus partituras fueran escuchadas desde el conocimiento y la razón. Una labor digna de reconocimiento, en la misma línea de intérpretes como la clavecinista polaca Wanda Landowska o el violonchelista catalán Pau Casals, que encuentra en esta reedición una justa y necesaria vuelta a la vida de este sencillo texto, para comprender mejor todo el amor por Bach que vendría años después.

En El erotismo musical, Soren Kierkegaard nos introduce de nuevo en la elección de O lo uno o lo otro, la disyuntiva de la ética y la estética, en esta ocasión proyectada desde la racionalidad del existencialismo hacia lo que el filósofo entiende por “seducción”, siempre de la mano de la que seguramente sea la obra cumbre del corpus mozartiano: su ópera Don Giovanni. A Kierkegaard hay que leerle varias veces no tanto para entender lo que dice sino por qué lo dice. Una vez se le comprende no es difícil entenderle, aunque no se esté de acuerdero con todo lo que dice. Imprescindible leer antes, después o durante su Diario de un seductor para dotar del correcto valor global a sus palabras. Como adición brillante: Prova d’orchestra de Fellini, donde la cámara se mueve al son de la música de Rota.

Foto: Mishkin Ediciones.