Neopercusion Santander21 a PedroPuenteHoyos

La música clásica en su más amplia dimensión 

06/08/2021. Centro Botín, de Santander. Obras de Steve Reich, Astor Piazzola, Jacob TV, Win Mertens y Frank Zappa. Neopercusión: Juanjo Guillén, Rafa Gálvez y Nerea Vera.

Es sabido que el Festival Internacional de Santander es una celebración en torno a la música clásica y esta perogrullada viene a cuento porque tras asistir al concierto mencionado en la ficha técnica lo primero que se me ocurrió fue reflexionar sobre la verdadera dimensión de lo recogido tras el concepto música clásica. ¿Existe la música clásica como entidad única? ¿No sería más correcto apuntar que hay músicas clásicas y que, precisamente en su heterogeneidad, encuentra la música clásica su atractivo más relevante? 

Esta perorata viene a cuento porque este concierto ha supuesto, al menos para un servidor e intuyo que para muchos de los asistentes , el descubrimiento de todo un universo, consecuencia de la evolución de la música durante el siglo XX, especialmente tras la finalización de la Segunda Guerra Mundial (1945). Y es que el siglo XX ha sido el siglo del desarrollo de familias instrumentales que otrora estaban relegadas a un papel secundario y que sin embargo con compositores tan heterogéneos como Mahler, Shostakovich, Boulez o Messiaen han sido colocados en rol protagonista, a saber, metales y percusión. Y en esta última es en la que concentra toda su atención Neopercusión, potenciando consecuentemente –como no puede ser de otra manera- la música de vanguardia, la surgida en las últimas décadas. 

En el Auditorio del Centro Botín de la capital cántabra se pudo disfrutar de un concierto inusual protagonizado por el grupo Neopercusión, formado por tres solistas, a saber, Juanjo Guillén, alma mater del grupo, Rafa Gálvez y Nerea Vera.

Antes de nada quiero decir que solo se me ocurre un adjetivo para el concierto del viernes: magistral. Todos aquellos que se autodenominan amantes de la música clásica deberían escuchar y ver algún concierto similar de vez en cuando. Retomando la perorata inicial, ¿es la música de Reich o Zappa tan clásica como pueda serlo la de Chopin o Shostakovich, por poner solo dos ejemplos? De ahí que un servidor reivindique el concepto de músicas clásicas en un intento simbólico de tratar de alcanzar toda la dimensión del mismo y, a la vez, reivindicar la importancia y vigencia de aquellas músicas clásicas que se escapan de los habituales parámetros de presentación de la misma. En este sentido el acierto de Neopercusión es digno de aplauso.

Neopercusion Santander21 b PedroPuenteHoyos

Juanjo Guillén, además de intérprete y director del grupo fue el maestro de ceremonias, presentando todas y cada una de las obras, dando al espectador pistas para el seguimiento de las mismas y, al mismo tiempo, haciendo un discreto proselitismo de la música actual, que comparto. Esta presentación suplía la falta de la más elemental información sobre el concierto en cualquier formato y que provocó algún desconcierto entre los allá presentes hasta que el señor Guillén tomó el mando de la situación.

El alarde los tres solistas, su virtuosismo, fue infinito. Pudimos escuchar un fragmento de Drumming, de Steve Reich, una de las obras símbolo de la música repetitiva; una adaptación de Verano, de Las cuatro estaciones porteñas, de Astor Piazzola, en el año de su centenario; Grab it!, de Jacob TV, obra para trío de percusión, video y soundtrack, quizás la obra de planteamiento más radical y que, junto a la última, estaba en las mismas diluidas fronteras del rock y de la música clásica y que fue presentada acompañado con un vídeo de sonido apabullante y de imágenes incesantes que producían cierto desasosiego, más si tenemos en cuenta que el tema que se trata es el de la pena de muerte en los Estados Unidos de América; más música minimalista con Inergys, del belga Wim Mertens y más eclecticismo para cerrar el programa con G-spot tornado, para percusión y electrónica. El bis fue una adaptación de la octava pieza de la Musica ricercata, de György Ligeti.

Un concierto que merecerá la atención de cualquier aficionado que se lo encuentre en un futuro inmediato programado en cualquier auditorio. El recinto tenía buena presencia de púbico, unas ciento cincuenta personas que mostraron un comportamiento significativamente respetuoso. 

Fotos: © Pedro Puente Hoyos