Brillante debut
Madrid. 22/05/2022. Auditorio Nacional. Obras de Mendoza, Shostakovich y Brahms. Orquesta Nacional de España. Karen Gomyo, violín. David Afkham, dirección musical.
El pasado fin de semana la Orquesta Nacional de España estrenó una sugerente y original partitura de Elena Mendoza. En ella la compositora española rinde homenaje a la cotidianeidad, poniendo en juego objetos comunes, transmutados aquí en instrumentos, como las copas que frotan los violinistas, sin ir más lejos. Tal es la naturaleza de esta Stilleben mit Orchester, 'naturaleza muerta con orquesta', una partitura que parece asumir el código pictórico de los bodegones, tan propio del Barroco. El resultado es sorprendente y sugerente, con una originalidad tímbrica manifiesta. Hay algo performativo y exploratorio, una tendencia genuina a ir más allá de la convención, que mantiene en pie la obra de Mendoza al margen de la mera ocurrencia que un espectador al uso podría identificar en su propuesta instrumental.
Para el resto del programa, David Afkham escogió obras de dos compositores con los que ha demostrado una palpalbe afinidad: Dmitri Shostakovich y Johannes Brahms. Para el Concierto de violín no. 1 del autor ruso estaba previsto contar, originalmente, con la violinista georgiana Lisa Batiashvili, quien canceló su compromiso por enfermedad. En su lugar pudimos descubrir el excelente hacer de la solista nipona Karen Gumyo, quien tiene en su haber un curriculum de campanillas, junto a algunas de las principales formaciones internacionales.
Lo cierto es que Gumyo no pudo debutar mejor, con una ejecución verdaderamente brillante del concierto de Shostakovich, haciendo gala de una técnica depuradísima y firme, amén de una resistencia envidiable, pues esta partitura no deja apenas un respiro al solista. Gumyo maneja el arco con insultante firmeza y su mano izquierda resulta un resorte infalible. Además frasea, siente y presenta un sonido de gran presencia, con cuerpo, nítido y homogéneo en todos los registros. Su Shostakovich no flaqueó ni un instante, dejando sin aliento al público con la intrincada cadencia. Tras un debut tan brillante, solo cabe preguntar por su regreso a la programación de la ONE.
Finalmente, la formación y Afkham pusieron en pie una sólida versión de la Cuarta de Brahms, haciendo gala de unos atriles cada vez más compactos y homogeneos en su hacer. Apenas discreparia aquí con el planteamiento de Afkham en los movimientos centrales de la obra. Y es que el Andante moderato sonó más ágil de lo debido. Y en cambio el Allegro giocoso pecó de cierta morosidad. En todo caso, escuchamos un Brahms realmente consistente y fraseado con gusto. Se pudo advertir a Afkham disfrutando mucho con este repertorio, que ha sido siempre uno de los pilares de su buen hacer en la ONE.
Excelentes, por cierto, las notas al programa firmadas por Inés Mogollón, glosando con tino estas dos últimas obras, con la passacaglia como hilo conductor.
