SalomonThe English Concert 06 

Esplendoroso Haendel

Madrid. 26/02/2023. Auditorio Nacional de Música. Haendel: Salomon. Ann Hallenberg (Salomon), Miah Persson (Reina y primera ramera), Elena Villalón (Reina de Saba), James Way (Sadoc), Brandon Cedel (Levita), Niamh O’Sullivan (segunda ramera). The Clarion Choir. The English Concert. Harry Bicket, dirección.

Haendel compuso Salomon en solo dos meses. Con la llegada del oratorio a los escenarios, el público inglés de la época se aficionó a un género que hablaba en su misma lengua, gente de a pie se juntaba para cantar en sus coros vestidos de calle, y se representaban en teatros, donde el público, después de pagar religiosamente, claro, (Haendel nunca perdió su marcado sentido comercial) disfrutaba del espectáculo. La ópera italiana había vivido otros mejores tiempos, y el compositor se adaptó a las mil maravillas. Salomon se estrenó en 1749 en el Covent Garden londinense. Hay quien cree que hay un homenaje reflejo al monarca Jorge II por parte del compositor, destacando la sabiduría de Salomon; en cualquier caso, la obra, con sus coros a ocho voces, su especialmente rica instrumentación, sus variadas y coloreadas arias, y su climática ambientación en muchos de sus momentos, hacen de ella una obra especialmente reseñable en el catalogo de Haendel. El libreto quizá no es especialmente inspirado, y recoge tres momentos de la vida del monarca: la construcción del Templo en Jerusalem en el primer acto, el famoso juicio con las dos prostitutas en el segundo, y el encuentro con la Reina de Saba en el tercero, pero ante la magnitud e inspiración musical de la obra poco importa lo demás.

SalomonThe English Concert 19

Harry BicketThe Clarion Choir, The English Concert, y todos los solistas vocales consiguieron un espectáculo de una enorme altura, y los nombro así, en su conjunto, porque así se comportaron durante todo el concierto. Escuchar un oratorio de Haendel con esa claridad de texturas y limpieza, con un grado de afinación tan alto (incluso en las siempre complicadas trompetadas naturales), y con esa naturalidad en los relieves de las frases, es, realmente, una auténtica gozada. Ya desde la obertura, se pudo comprobar todo ello en la secuenciada progresión y las distintas cantidades de arco, sacando cada pico de la melodía con una claridad meridiana. El sonido siempre fue blando, sin tensión per se, y afinadísimo, con lo que los armónicos provocados llenaron la sala de sonoridades siempre naturales. Todo lo que sonaba tenía una lógica aplastante. Se pueden extremar mas los relieves, y conseguir por supuesto una lectura mas teatral, pero la flemática objetividad de Bicket y sus huestes con su absoluta e incontestable naturalidad en los fraseos, casi siempre siguiendo el dibujo de las frases, viene como anillo al dedo al género oratorio. Hay que destacar también momentos especialmente inspirados, como la maravillosa entrada del coro (“With pious heart”) creando un suspendido y flotante clima pero caminando en ondas sonoras que subían y bajaban de forma magistral; o la forma de lanzar la frase hacia la palabra Holly en el fugado subsiguiente consiguiendo todo su efecto en la palabra. El clima creado en el famoso “May no rash intruder” es también digno de contar, empleando un conseguidísimo diminuendo en las ondulantes ligaduras de los violines, que junto a los ruiseñores de las flautas acabaron el acto con un magia digna de recordar. Estos climas de efectos naturalistas y naif que tanto se prodigan en la partitura fueron maravillosamente expuestos, ablandando en general las hemiolias, y las partes superiores del compas en 6/8. Contrastante, en cambio, la manera de sacar las disonancias sobretodo en el segundo acto, claramente el más teatral y tensionado de la obra, o en momentos como el maravilloso coro “Draw the tear from rage remove” del tercero, con esos esquinados y angulosos bajos que describen la furia y lucha junto al galopar de los corceles representados en quebradas figuras escritas que acaban llevando hacia las palabras death y despair, todo ello después de un trabajadisimo crescendo.

Adecuadísimos en estilo todos los solistas vocales. Ann Hallenberg viene muy curtida en estas lides e hizo un sobrio e impecable Salomon, personaje muchas veces cantado por contratenores y que sin embargo fue escrito especialmente por Haendel para la diva italiana Caterina Galli. Hallenberg, junto a Bicket y sus huestes consiguió que oliéramos a hierba en What though I trace gracias al campestre clima conseguido (que expresivas las mini paradas), y con su voz hermosa y dúctil llegará a ser un referente seguramente en el papel, cuando lo ruede y lo acabe de dar ese último empujón y soltura; la próxima gira de toda la compañía por los E.E. U.U con la obra puede ser la oportunidad. Comedida al principio Miah Persson cantando como la Reina, supo variar luego estupendamente en el segundo acto con el mas interesante y dramático personaje de Ramera I, consiguiendo los momentos más teatrales de la tarde, como en el aria Can I see my infant gor’d, lleno de disonancias de segunda entre los violines, y supo sobresalir en el trio con Salomon y la segunda ramera.  Con prestancia y sacando agudos la Reina de Saba de la cubana Elena Villalón, e incisivo y resolutivo James Way como Sadoc, un personaje lleno de coloratura, y aunque es verdad que lo pasó mal en la temible See the tall Palm, la impresión general dejada es muy notable. Sonoro y contundente el levita de Brandon Cedel, y cumplidora Niamh O’ Sullivan como segunda ramera.

SalomonThe English Concert 08

Fotos: (c) Elvira Megías