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Nunca te rindas

Madrid. 11/01/2024. Teatro Monumental. Obras de Montsalvatge, Say y Prokofiev. Orquesta Sinfónica RTVE. Camille Thomas, violonchelo. Christoph König, director.

Da siempre mucha pena llegar a una sala de conciertos y encontrártela medio vacía. Es verdad que era jueves, hacía frío, son los días de enero posteriores a las fiestas… pero no puede ser no tenga casi público un concierto de temporada que ha tenido una importante difusión previa en muchos y variados medios debido al debut en Madrid de la violonchelista franco-belga Camille Thomas, flamante y reciente nueva estrella de la Deutche Grammophon. La cita sumaba además el atractivo del estreno en la capital del concierto para violonchelo que le dedicó a la solista uno de los compositores mas de moda a nivel internacional (y que mas fácil conecta con el público, además), Fazil Say. Y la orquesta lo está haciendo bien -aunque siempre se puede hacer mejor-, ha aumentado la calidad y medios en dicha difusión, ahora el Teatro Monumental también tiene un poco mas de visibilidad de lo que allí se hace, pero algo sigue fallando. Quizá el atávico y ancestral menosprecio con el que se ha tratado a nuestra orquesta y coro tenga la culpa, no sé, pero si es esta la razón, ya va siendo hora de corregirlo.

Porque la Orquesta de RTVE demuestra una calidad que conviene apoyar, y, lo que es más importante: se deja el alma. Es absolutamente reconfortante ver como, a pesar del escaso público, los músicos lo dan todo y salen con las mismas ganas de siempre. Todo un ejemplo. Viendo el sobrenombre con el que Fazil Say ha bautizado su concierto pensaba que no hay mejor lema para esta orquesta: Never give up, así es, porque nunca se rinden.

En cuanto al concierto en cuestión, decir que este estreno en Madrid viene después de dos ejecuciones previas en Galicia (con la Real Filharmonía) y Valladolid (con la Orquesta de Castilla-León), quiero señalarlo porque algo bueno se está haciendo en las orquestas fuera de la capital.

El compositor y pianista turco Fazil Say compuso el concierto como respuesta a los atentados terroristas de París (Bataclan) y Estambul, y para ello combina la esencia y los ritmos de su país, con un cierto grado de refinamiento, y muchas dosis de impacto. La obra comienza con el impulso de un motivo de cuatro notas que se va abriendo y extendiendo por la solista en modo cadencial. Se introducen después repetidos col legno que se extienden a la orquesta. El ritmo en diseños irregulares pero insistentes comienzan a apoderarse de la orquesta y la solista, mientras, toca vertiginosas notas rápidas. Esa implacable ‘rueda’ provoca la inmediata atención haciendo enganchar al oyente por los distintos episodios hasta su abrupto final. 

El segundo movimiento (Terror elegy) es el más dramático e impactante. Sobre un onírico fondo orquestal la solista Camille Thomas toca una doliente cantinela con un especial vibrato rápido recordando la sonoridad de una saz-baglama. El clima dramático va aumentando y la aparición de los sonidos de las kalashnikov provocados por la percusión crean un indudable impacto. Los ‘disparos’ no hacen callar a la solista, que acaba el movimiento con el mismo motivo ensimismado con el que empezó. Song of hope es el título del tercer movimiento, y esa esperanza la refleja desde un fondo de rumor selvático donde se oyen pájaros en los aleatorios agudos de los segundos violines. Enseguida comienza un mágico y tribal ritmo en la percusión que provoca el regocijo de la solista a modo de telúrica danza que contagia a toda la orquesta. La actividad se va diluyendo excepto el implacable ritmo percutido mientras la solista acaba el concierto con el mismo fondo con el que empezó. Gran éxito (poco público pero muy cálido) de un concierto que se puede convertir en un must en el repertorio futuro para violoncello, y que hizo que la solista tocase de propina El cant dels ocells en una versión un tanto saturada de acordes arpegiados pero muy bella.

Camille Thomas se comportó como una verdadera embajadora del concierto que ella misma estrenó en Théâtre des Champs-Elysées de París el 3 de abril de 2018. Micrófono en mano explicó e intentó acercar al público su significado, y, desde que comenzó a tocar, demostró una energía y magnetismo descomunales. Defendió su parte con un sonido muy bello quizá algo falto de profundidad proveniente de su Stradivarius ‘Feuermann’, y dominó toda su intrincada y complicada parte llena de difíciles pasajes. La orquesta, y su titular Christoph König, colaboraron de forma impecable, sin poder solucionar la problemática orquestación escrita en algunas partes por el compositor, casi imposible de salvar por un solista si no es con amplificación.

Antes se pudo escuchar el estupendo Caleidoscopio sinfónico op. 61 de X. Montsalvatge. Obra adscrita al llamado periodo ‘antillano’ del compositor (once años posterior a sus Cinco canciones negras) el compositor catalán demuestra una maestría en el oficio evidente; orquestando muy bien, y sabiendo añadir ‘sorna’ y sabor a los motivos de ultramar que aparecen. A destacar los timbres conseguidos por flautas y trompeta con sordina en el tiempo de habanera, y el uso variado e incluso irónico del corno (recordando al Falla del Sombrero de tres picos). Obra y compositor, Montsalvatge, que tenía que estar mucho más presente en nuestras programaciones y que ha sido una brillante idea rescatar.

En la segunda parte pudimos escuchar una selección del Romeo y Julieta de Prokofiev, muy bien encauzada y dirigida por König. Con dominio y suficiente variedad de colorido, la orquesta, en muy buena prestación, y director, consiguieron una directa y muy notable interpretación, aunque es verdad que hubiese venido bien una mas extrema aquilatacion tímbrica y de matices, y algo mas de incisividad e intensidad en algunos momentos.

En Montescos y Capuletos se podría haber contrastado mas las dos masas contrarias entre el fortísimo del viento y percusión, y el impactante pianisimo de la cuerda inmediatamente posterior. Bien fraseado por el director el característico tema de los violines pensado mas en largo y menos aristado. Adecuadamente conseguida la mecánica ligereza en Julieta niña y el posterior y balanceante cambio realizado por el clarinete. Estupendas las violas en su difícil pasaje, así como las flautas en su postrera intervención. Buen ajuste rítmico en Máscaras aunque se podría haber optado por una mayor intención y acidez acentual y tímbrica. Buenas intervenciones de trompeta y clarinete. Excelentes los violonchelos toda la noche y así lo demostraron en Romeo y Julieta con su sonido noble, aunque faltó algo de intensidad en el característico pasaje de toda la cuerda. En Lucha y muerte de Tebaldo hubo un buen inicio de los violines primeros y destacó la llegada del climax por las trompetas, y en Fray Lorenzo los violonchelos volvieron a dejar constancia de su calidad. Puntuales pequeños desajustes en el inicio del Baile, pero muy bien guiado y con bastante intención por parte de König el pasaje de violines posterior. Brava la cuerda y oboe en Romeo ante la tumba de Julieta, y buen clima conseguido en Muerte de Julieta para terminar.