¡Feliz cumpleaños!
Parma (10/10/2024) Festival Verdi. Teatro Regio. Verdi: Fragmentos de Ernani, Simon Boccanegra y Don Carlo. Vladimir Stoyanov (Carlo), Luca Salsi (Doge), Giorgi Manoshvili (Filippo II, Silva, Fiesco), Luciano Ganci (Ernani, Gabriele Adorno, Don Carlo), Alessia Panza (Elvira, Amelia, Elisabetta). Coro del Teatro Regio. Filarmónica Arturo Toscanini. Dirección musical: Francesco Lanzillotta.
Se celebraba el pasado 10 de octubre el 211 aniversario del nacimiento de Giuseppe Verdi. Y qué mejor homenaje al maestro que un concierto dentro del Festival Verdi que tiene lugar en Parma y en otras localidades de su entorno entre septiembre y octubre. Se eligieron para este evento tres óperas significativas de la carrera del compositor a través de tres actos, uno por ópera, además de la interpretación al comienzo de la obertura de I Vespri siciliani. Los fragmentos interpretados son significativos de la trayectoria de Verdi, como señalaba, y además nos dan claves esenciales de su estilo. Podrían haber sido otros porque las obras de Verdi están llenos de momentos sublimes, y seguramente más famosos y apreciados que estos, pero el acto tercero de Ernani, el final del primero de Simon Boccanegra y el conocido Auto de fe de Don Carlo son una buena baza para rendir pleitesía a uno de los más grandes compositores de la historia.
Ernani (1844) es de las primeras óperas del compositor embarcado ya en los conocidos “años de galeras” después del éxito que supuso Nabucco, y también supone su primera colaboración con el libretista Francesco Maria Piave. Verdi está formando ese estilo tan característico y propio y está sentando las bases de lo que será su impronta personal. En este acto destaca la figura de Carlos V, un papel para barítono, y que marcará esa querencia que tiene el compositor por esta cuerda, dotando a sus arias de una nobleza y una elegancia inigualables. Gran Dio! costor sui sepolcrali marmi Oh, de’ verd’anni miei, es una verdadera joya que es de las primeras arias que abren el camino a esos “padres” tan característicos de Verdi.
En Simon Boccanegra (1847) estamos en plena madurez de la carrera de Verdi y encontramos obras en esta época de mayor empaque estilístico. El maestro es ya famoso y, dentro de los márgenes que dan teatros y editores, es mucho más libre para elegir temas y plazos de entrega. Boccanegra es una ópera con una carga emocional potente que mezcla la vida íntima de los personajes con sus ambiciones y tramas políticas. Es una lucha entre lo privado y lo público, algo bastante recurrente en los libretos de ópera (de este volverá a encargarse Piave), pero lo novedoso que encontramos es que el personaje central, uno de los más atractivos de Verdi, va basculando progresivamente a priorizar sus sentimientos sobre su deseo de poder. En el final del primer acto vuelve a tener el protagonismo el barítono, padre y mandatario. La melodía es más variada que la de Ernani, los matices mayores y la grandeza de la música es extraordinaria. En Plebe! Patrizi! Verdi mezcla la personalidad de Simon con el resto de protagonistas proporcionando uno de los momentos más estremecedores de la partitura.
Finalmente, de Don Carlo (1857), una de las obras maestras de nuestro homenajeado, se eligió la escena colectiva más importante de la ópera, donde el protagonismo lo tiene el coro, el Auto de Fe. Pero, además del coro, también intervienen intensamente una voz grave (bajo en este caso) como es la de Felipe II y la del tenor protagonista, Don Carlo. Verdi aquí juega entre la gran escena religiosa y la lucha política entre el poder omnímodo del Rey y la rebeldía de su liberal heredero. El resultado es un gran fresco musical donde lo coral y lo individual se mezclan consiguiendo la absoluta atención del oyente.
Los papeles protagonistas se los repartieron dos barítonos de renombre, ya consolidados, y un bajo de gran calidad y con un futuro muy prometedor. Vladimir Stoyanov es un barítono bien conocido en España, especialmente en las temporadas de ABAO. Siempre ha sido un cantante solvente y resolutivo que, sin excesiva pasión, siempre convencía. Después de no oírlo en bastantes años, me ha sorprendido gratamente en el papel de Carlo en Ernani. Su voz ha ganado peso pero sigue manteniendo el atractivo timbre baritonal tan verdiano. Estuvo estupendo en su aria y consiguió unos merecidos aplausos.
Luca Salsi, el cantante más estelar de los que componían los tres repartos, se lució como Simon Boccanegra. Fue el más implicado, pese a ser un concierto, en lo actoral, logrando atraer al público no solo con su voz sino también con el gesto y la expresión. Son conocidos los méritos de Salsi: potencia y fuerza en la emisión, un canto rico pero siempre con algún toque tosco, que en este caso cuadraba perfectamente con lo cantado y una entrega total al personaje. Sin duda fue el gran triunfador de la velada.
Nunca había oído al joven bajo georgiano Giorgi Manoshvili y me sorprendió muy gratamente. Intervino en las tres óperas. Fue Silva en Ernani, Fiesco en Simon Boccanegra y Felipe II en Don Carlo. Aquí es donde pudo demostrar su valía. Poseedor de un instrumento con esos tintes oscuros tan propios de las voces eslavas, consigue con una buena técnica y excelente proyección darle fuerza y garra a sus intervenciones. Será muy interesante verle como protagonista en Attila, que también forma parte de la programación del Festival.
No hay que olvidar el gran papel realizado por el tenor Luciano Ganci en el papel principal de Ernani y Don Carlo y como Gabriele Adorno en Simon. Su voz es de un volumen estratosférico, de eso que ya no se suele escuchar en un teatro. Sube al agudo con facilidad pasmosa y resulta apabullante en cada una de sus intervenciones por esa fuerza imparable en su instrumento. Quizá tendría que matizar un poco más en algún pasaje pero es el típico cantante que adora el público.
Excelente el trabajo de la única representante femenina de los distintos elencos: Alessia Panza estuvo especialmente brillante como Amelia en Simon Boccanegra, con unas coloraturas de gran calidad y brillantez. También gran nivel como Elvira en Ernani, y su intervención es muy breve en el fragmento de Don Carlo, aunque seguramente será una estupenda Elisabetta.
Esperaba más del Coro del teatro Regio di Parma, que debería ser especialista en este repertorio. Me pareció deslavazado y algo perdido en los momentos corales de Ernani o Boccanegra, mejorando notablemente en el Auto de Fe. Quizá la dirección musical no estuvo atenta o simplemente no tuvieron su mejor día.
Buen trabajo de la Filarmónica Arturo Toscanini, que cumplió con creces en estas partituras que conoce bien. Hay calidad en sus componentes y especialmente interesante me pareció el trabajo de la sección de viento.
Cumplidora sin más la dirección musical de Francesco Lanzillota que no aportó nada nuevo ni especial a lo escuchado, simplemente no dejó caer el ritmo marcado. Su más destacado momento fue la obertura de I vespri siciliani a la que dio unos matices interesantes y supo recalcar la belleza de esta pieza tan bella.