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Lo bueno si breve...

San Lorenzo de El Escorial. 26/07/2025. Festival de San Lorenzo. Bizet: fragmentos de Carmen. Ketevan Kemoklidze (Carmen). Arturo Chacón-Cruz (Don José). Àngel Òdena (Escamillo). Leonor Bonilla (Micäela) y otros. Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Óliver Díaz, dirección musical.

La Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid han sido los encargados de abrir una nueva edición del Festival de San Lorenzo, en El Escorial. Bajo la batuta de Óliver Díaz se ofreció una selección de los fragmentos más conocidos de la Carmen de Bizet, en el 150 aniversario del estreno de esta partitura.

El maestro asturiano es siempre una garantía en estas ocasiones, atentísimo a los cantantes, pendiente de los balances y los volúmenes, dirigiendo con brío y con tensión. Apenas le reprocharía un tempo un pelín acelerado, para mi gusto, en el aria de la flor de Don José y en el entreacto del tercer acto. 

La ORCAM confirmo su progresión y su buen estado de forma, sin disparidades entre secciones, con buen empaste y con afortunadas intervenciones solistas, especialmente en el caso de las maderas y el arpa. Muy entonada también la sección de metales, con unas trompas muy bien empleadas por Óliver Díaz a nivel expresivo, singularmete en el dúo final de la ópera.
 
En el rol titular, la mezzosoprano de origen georgiano Ketevan Kemoklidze hizo gala de un palpable dominio de un papel que ha marcado su trayectoria y que acaba de cantar, no en vano, en la Ópera de Roma. Kemoklidze convenció especialmente en la escena de la carta del tercer acto, desgranada con genuino dramatismo y exhibiendo un timbre rico y expresivo en el grave. 
 
El Don José de Arturo Chacon-Cruz fue una auténtica delicia por el desahogo de su emisión y por la manifiesta facilidad con la que resolvió el tercio agudo de su parte. El tenor mexicano canta con pasión y arrojo y al mismo tiempo frasea con estilo y buen gusto, atento a la palabra. Un cantante en un momento de madurez exquisita.
 
La soprano Leonor Bonilla abordaba por vez primera la parte de Micäela, adentrándose en un repertorio con algo más de peso, conforme a la progresiva evolución de su instrumento. La intérprete sevillana hizo gala de una dicción en francés muy cuidada y su timbre pareció plegarse con suma naturalidad a los amplios arcos vocales que Bizet le depara en sus intervenciones.
 
No se quedó atrás el Escamillo de Àngel Odena, cantante de indudable oficio y que se mostró aquí en buena forma vocal, con una valiente y expresiva cancion del toreador. El barítono tarraconense dejó detalles de muy buen gusto en el postrero dúo con Carmen, donde logró plegar su voz con plausible fortuna.
 
El elenco se completaba con Anna Gomà, Rocío Faus y Enrique Sánchez Ramos, todos ellos con buena proyección vocal e intachable desenvoltura escénica.
 
En conjunto, un concierto irreprochable, debidamente actuado por parte de los cantantes a nivel escénico, a pesar de ser una versión de concierto, y con la virtud de la brevedad, con una atinada selección de los mejores fragmentos de la partitura de Bizet.
 
No querría cerrar esta crónica sin abundar en una reflexión sobre el papel de la ópera en este festival de El Escorial. La lírica ha sido aquí siempre una aspiración, es una constante del festival desde su misma puesta en marcha, pero nunca termina de cuajar. Y eso sin menoscabo de la respuesta del público, que ha sido excelente en el caso de esta Carmen. Ya sea por las fechas, ya sea por la ubicación, lo cierto es que la ópera siempre está presente en El Escorial pero nunca termina de estarlo del todo.
 
Con la debida planificación, de recursos, de agendas y de movilidad, se podría cuajar una propuesta muy notable, con la ORCAM como cimiento y con las estupendas instalaciones del Teatro Auditorio de El Escorial, realmente infrautilizadas. Es momento de pensar en ello seriamente.