Savall Bofill 

El silencio de un hombre

Barcelona. 27/10/17. Gran Teatre del Liceu. Retablos musicales del Renacimiento: Las Ensaladas. Primera parte: Mateo Flecha, el Viejo (1481-1553): La Justa. Francisco Correa de Arauxo (1584-1654). Tiento de 6º tono por fe fa ut sobre la Batalla de Morales (instr.). Mateo Flecha, el Viejo: El Fuego. Segunda parte.  Bartomeu Càrceres (fl. 1546): La Trulla (València, 1560). Sebastian Aguilera de Heredia (1561-1627). Obra de 8º tono alto: Ensalada (instr.) Mateu Flecha, el Viejo. La Negrina: San Sabeya, gugurumbé. La Bomba: Dindirindin. Solistas de La Capella Reial de Catalunya. (Seleccionados de las anteriores academias). Lucía Martín-Cartón, Soprano. Gabriel Díaz, Contratenor. Víctor Sordo, Tenor. Josep-Ramon Olivé, Barítono. Jove Capella Reial de Catalunya Xº Acadèmia de Formació professional de recerca i d’interpretació musical (Seleccionados de las audiciones realizadas durante el 2017*). Dirección: Lluís Vilamajó. Sopranos: Baiba Urka*. Carmina Sánchez*. Brenda Sara*. Manon Chavuin*. Jeanne Lefort*. Mezzosopranos, contraltos, contratenores: Beatriz Oleaga. Lila Hajosi*. Clémence Faber*. Albert Baena*. Tenores: Emilio Alberto Aguilar*. Carlos Arturo Gómez*. Matthew Thomson. Francisco Díaz*. Bajos: Víctor Vilca. Oriol Mallart*. Víctor Cruz*. Javier Jiménez-Cuevas.  Dir. Mus.: Jordi Savall.

Fue un día complicado el pasado 27 de octubre, día de la Declaración Unilateral de Independencia recién proclamada en el Parlamento de Cataluña. A las pocas horas de declararse la República catalana, la enrarecida situación política no ahuyentó del todo, pese al aspecto más bien pobre de platea y anfiteatro, a los menos de mil personas que acudieron al concierto de Ensaladas dirigido por Jordi Savall en el Liceu. 

El maestro de Igualada, un músico comprometido socialmente que suele hablar siempre al final de sus conciertos dando un mensaje de unión universal y altruismo, esta vez calló. Su silencio, el silencio de un hombre y su gesto más bien grave, del que es uno de los músicos más universales que ha dado Cataluña en su historia, podría interpretarse como uno quiera imaginarse, pero lo que ahí quedó fue el mensaje de la música, vívida, enérgica y liberadora. 

Jordi Savall grabó hace la friolera de treinta años su CD Ensaladas con Hesperion XX, grabaciónque incluye toda la primera parte ofrecida en este concierto del Liceu. Una cita que también ha supuesto la presentación en público con un concierto de la nueva Jove Capella Reial de Catalunya, una iniciativa de Jordi Savall y la Fundación CIMA para dar a conocer nuevas voces jóvenes, solistas escogidos entre los finalistas de la X Academia de Formación profesional de investigación e interpretación musical. 

El cocktail emocional, social, político y artístico de la situación dio como fruto un concierto balsámico, donde triunfó la música. El collage instrumental y vocal que suponen estas apasionantes ensaladas, a modo de ‘Retablos musicales del Renacimiento’, mostraron a un Jordi Savall en gran forma. Savall dirigió con concentrada eficacia un conjunto instrumental de gran calidad donde los catorce músicos brillaron con el aura de solistas. De igual manera los cuatro solistas de La Capella Reial de Catalunya, con mención a una Lucía Martín-Cartón de áurea belleza tímbrica, quien destacó en La Negrina o en sus pequeños solos de La Trulla. También la calidad y la limpieza estilística del tenor Víctor Sordo deslumbró en La Trulla, así como la naturalidad del sonido del contratenor Gabriel Díaz o la tersura cálida y comunicativa del barítono Josep-Ramón Olivé. 

Savall incidió en la teatralidad de La Justa de Mateo Flecha, el Viejo, con un gran contraste de ritmo, precipitando con maestría el final de la obra con la introducción de la guitarra de Giovanni Bellini y unas prestaciones excelsas de las sopranos hasta llegar a los hermosos graves de la sección masculina en las últimas notas del Laudate Dominum. 

Con Jordi Savall dirigiendo desde su silla con la viola de gamba soprano en su manos, escanció la belleza instrumental del Tiento de Correa de Arauxo, con suavidad y delicadeza, jugando con los efectos de los ecos y su contraste con la percusión. Con la Ensalada El Fuego, destacó la homogeneidad del sonido, con un fraseo de gran atractivo musical que unió voces y conjunto instrumental llegando a un final de carácter intimista y litúrgico de gran efecto dramático. Destacaron en la segunda parte, con La Trulla de Bartomeu Càrceres, las voces de La Jove Capella Reial de Catalunya, con momentos de gran frescura musical como en Tau garçó la durundena,  o la preciosista Pavana instrumental, creando un verdadero universo sonoro a modo de retablo.

Notable el cornetto de Lluís Coll en la pieza instrumental de Sebastian de Aguilera de Heredia en la pieza que sirvió de pausa vocal antes de la Negrina y La Bomba finales de Mateo Flecha, el Viejo. Jordi Savall cerró un concierto donde reinó la transparencia y la belleza de un sonido impecable gracias a la calidad irrefutable de todo el equipo artístico, sin olvidar el gran trabajo de Lluís Vilamajó, encargado de la preparación del conjunto vocal de la Jove Capella y su coordinación. Las onomatopeyas y luminosidad del enfoque en La Bomba: Dindirindin, fue el mejor cierre posible a las casi dos horas de belleza musical renacentista. La realidad externa, mucho más gris y compleja pareció por un momento enmudecer ante la grandeza del renacimiento musical español de manos del maestro Savall y sus huestes.