Carlos Mena 

Un gran concierto en pequeño formato

02/02/2016. Vitoria-Gasteiz. Teatro Principal. XI Ciclo de Grandes Conciertos. Forma Antiqva y Carlos Mena (contratenor), con obras de Juan Sebastián Bach, Georg Friedrich Haendel y Antonio Vivaldi.

Vitoria-Gasteiz es una ciudad apenas inmersa en los circuitos de la música clásica. A ello colabora la falta de infraestructuras adecuadas para conciertos sinfónicos de envergadura y funciones líricas pues el Teatro Principal, la mayor de las actualmente disponibles, está obsoleto en el aspecto técnico, no llega a las mil localidades y dispone de un escenario minúsculo, como ha quedado demostrado en cualquier concierto sinfónico-coral, donde los componentes de los coros han de apiñarse unos encima de otros.

El proyecto de auditorio –o, como pomposamente quiso llamarse, el Palacio de Artes escénicas- nunca pasó de ser solo eso, un proyecto. La inoperancia de los equipos de gobierno municipales de la época fue evidente y palmaria; se fue capaz de discutir sobre la obra a interpretar en la hipotética inauguración del mismo mientras aun no se había colocado una sola piedra y no se contaba con el dinero suficiente.

La música clásica llega a la capital alavesa, por lo tanto, de forma medida, como a cuentagotas. Y cuando un proyecto de calidad llega a nuestro teatro vemos además como la respuesta del público es relativa. Así, la presencia de Forma Antiqva, bajo la dirección de Aarón Zapico y del contratenor de la ciudad Carlos Mena parecía reclamo suficiente para llenar el teatro, lo que por desgracia no ocurrió, aunque la entrada no fuera, ni mucho menos despreciable.

Y eso que el concierto nos dejó un sabor de boca inmejorable. Forma Antiqva, con una formación minúscula (dos violines, viola, violoncelo, archilaúd, clave y oboe d’amore solo en la primera parte) nos ofreció un recorrido por la música barroca tanto del ámbito germano (Bach y Haendel) como italiano (Vivaldi y Caldara, en el bis). Tal exigua formación nos ha permitido disfrutar de una de las características del grupo cual es, junto a la austeridad –bien entendida, por ser el grupo ajeno a alardes gratuitos o concesiones “populares”- una transparencia de líneas evidente, donde seis/siete solistas eran capaces de ensamblar sus instrumentos hasta convertirse en una unidad de sonido extraordinario.

Forma Antiqva supo dibujar de forma diferenciada ya la sobriedad de Juan Sebastián Bach, ya el dinamismo contenido de Georg Friedrich Haendel o finalmente la alegría mediterránea de Antonio Vivaldi, y encontró en la voz del contratenor Carlos Mena el colaborador necesario para llevar el concierto a buen puerto. Fue hermoso disfrutar de la generosidad de todos, cantante e instrumentistas, al servicio de la música y huyendo de protagonismos innecesarios. 

El contratenor Carlos Mena estuvo magnífico en la paleta de colores distinta ofrecida durante el concierto, acertando tanto con el punto conmovedor de la cantata Ich habe genug, BWV 82 como en el aspecto mundano de la cantata profana Cessate, amai cessate RV 684, de Vivaldi o en el salmo del mismo compositor Nisi Dominus, RV 608. A destacar la calidad de los recitativos, perfectamente delineados y la maestría en la distinción de los momentos dramáticos frente a los más prosaicos, con filados que evidenciaban la calidad técnica del contratenor gasteiztarra.

El concierto, que incluyó dos breves Concerti Grossi, de Haendel, se abrió con el Concierto para oboe d’amore BWV 1055, de Juan Sebastián Bach  que fue brillantemente interpretado por un miembro del grupo que, por desgracia, no puedo concretar pues el programa de mano ofrecido resultó deficiente al omitir los nombres de los instrumentistas y aunque Carlos Mena tuvo el detalle de hacerlo en los aplausos finales esté cronista no pudo retenerlos. También en estos pequeños detalles se cuidan intérpretes, música y público.