sara blanch
 

Reina de la noche por la tarde

Barcelona. 22/04/2018. Palau de la Música. Sara Blanch, soprano. Orquestra Simfònica Camera Musicae. Dir. musical: Edmon Colomer.

Contradiciendo su hermoso apellido, Sara Blanch se presentó en el Palau en el ciclo de conciertos de la Orquestra Camera Musicae enfundada en un elegante vestido azul. La cantante, que está llegando ya a un prestigio de gran figura, convocó a una multitud de espectadores a pesar de la hora un tanto tempestiva del recital, a las cinco y media de la tarde de un domingo (había después otro concierto, de flamenco). Para añadir atractivos a la convocatoria, en el programa se anunciaba que interpretaría el aria de La Reina de la Noche en La flauta mágica. Recuerdo que costó bastante aclimatar a Mozart en las costumbres musicales de nuestra ciudad: en una ocasión en que se cantaba La flauta mágica en el Liceu, se me acercó una persona para preguntarme: ¿Cuál es "el aria buena" de esta ópera?. Confiando probablemente que sería un aria de tenor con algún que otro "do de pecho". Bienvenida sea esta naturalización pues de la obra del autor salzburgués.

El concierto fue conducido con elegancia y habilidad por el director Edmon Colomer, quien tiene acreditada una considerable solvencia y que empezó con la obertura de Der Schauspieldirektor KV. 486. Sara Blanch interpretó entonces con finura dos arias de concierto de ozart, la segunda de las cuales "Misera, dove son", KV. 369 cuenta con texto de Metastasio (parodiando con gracia el compositor a Fioravanti en Le cantatrici villane). Luego siguió la obertura de Don Giovanni, tras la cual vino el momento culminante, la segunda aria de la Reina de la noche, el esperado "Der Hölle Rache" con sus brillantísimos y electrizantes sobreagudos que provocaron la esperada ovación. Se oyó incluso una ingenua petición de bis. Con el aria "No, che non sei capace" terminó el programa, pero ante la insistencia del público, la soprano correspondió gentilmente con un aria -la segunda de la ópera Zaide, con lo que terminó el evento. Salimos en pleno sol de atardecer, pero confortados con la música mozartiana, no sin antes escuchar una excelente versión de la poco frecuente Sinfonía no. 2 de Beethoven, la primera que contiene un "Scherzo" animadamente interpretado por el conjunto.