Kazushi Ono portrait MayZircus

Como un torrente

Barcelona. 29/09/2018, 19:00 horas. Auditori de Barcelona, Sala 1 Pau Casals. R. Schumann: Concertstück para 4 trompas y orquesta op. 86. Mahler: Sinfonía n.º 5 en Do sostenido menor. Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. Dirección: Kazushi Ono. Stefan Dohr, primer trompa. Juan Manuel Gómez, segundo trompa. José Vicente Castelló, tercer trompa. José Miguel Asensi, cuarto Trompa. 

Como un torrente, así de enérgico y espectacular fue el concierto inaugural de inicio de la temporada 2018-19 de la OBC. Recién renovado por dos temporadas más al frente de la formación, Kazushi Ono mostró sus mejores armas desde el podio: energía, inspiración, nervio y mucha frescura y originalidad. La novedad vino en forma del Concertstück para cuatro trompas de Robert Schumann, obra poco interpretada, que tuvo como invitado especial a Stefan Dohr, trompa solista de la Berliner Filharmoniker. 

Los poco más de veinte minutos que dura esta hermosa obra, mostró a la OBC en plena forma, con un sonido lustroso, orgánico en todas sus secciones, compacto y con un fraseo desenvuelto y empático que envolvió a unos solistas impecables. La soltura del fraseo, la nitidez de los trompistas, con un brillo especial en la emisión y proyección de Dohr, encontró en los otros tres solitas un eco cristalino y virtuosista. Los unísonos, la respiración, la seguridad en los ataques y la elegancia del segundo movimiento, mostraron las mejores virtudes de la formación y los cuatro solistas. Ono dibujó un gesto concentrado y amplio, atento a las inflexiones, recreándose en el lirismo romántico con amplitud y libertad. Imposible no tener in mente el estilo operístico de Weber y la luminosidad sinfónica del futuro Richard Strauss en este obra atractiva y sugerente.

La primera parte fue un suculento entrante a la 5ª sinfonía de Mahler e hizo prever lo mejor. El aplauso espontáneo y generoso del público arrancó un pequeño bis al finalizar la obra de Schumann por parte de los trompistas, un arreglo a cuatro del popular y querido Cant dels ocells de Pau Casals que sirvió de emotivo cierre a este ilusionante inicio del concierto. La sala principal del Auditori que presentó un lleno casi absoluto, irradió una palpable energía desde el inicio del concierto que se tornó en una vívida expectación con la quinta sinfonía de Mahler.

Desde el icónico inicio del primer movimiento con esas fanfarrias de trompeta alucinantes, la orquesta hizo un alarde de sonido certero en cuerdas, metales y vientos. El feliz momento del estado de forma de la OBC y su compenetración con el maestro Kazushi se cristalizó en un fraseo encendido, momentos de lirismo desbordante, continuidad sonora de carácter cinematográfico, fuerza expresiva, tensión y poesía…todo lo que Mahler pide y necesita, fluyó de una formación en estado de gracia interpretativa. 

Es posible que en algún momento la desbordante energía rebasara algo el límite de decibelios recomendable, pues la fuerza expresiva explotó en cada uno de los movimientos con una inercia que pedía en algunos momentos mayor contención. Ono supo compensar ese torrente orquestal con delicadeza en un Stürmisch bewegt lleno de contrastes. Un brillo cegador, que pareció anticipar la lujuria de la Salomé straussiana (estrenada solo cuatro años después), asomó con ímpetu para calmarse de nuevo en la fantasía introspectiva de las cuerdas y su melodía ensoñadora.

Bravo por el trabajo del solista de trompa Juan Manuel Gómez en sus nítidas intervenciones del Scherzo. Ser langsamEl inenarrable Adagietto, medido por Ono con más humanidad que arrebato romántico y un Rondó-Fínale. Allegro. al que se le hizo justicia en su riqueza cromática, dejaron el mejor sabor de boca para un inicio de temporada inmejorable. ¡Bravo!