Josep Ramon Olive

Expectativas

Barcelona. 20/3/16. Residències musicals 2015-2016. La Pedrera. Obras de Schubert, Strauss, Ravel, Mompou y Morera. Josep Ramon Olivé, barítono. Jordi Armengol, piano.

Residencias musicales es un ciclo organizado por Fundació Catalunya - La Pedrera que desde la temporada 2012-2013 presenta cada año tres jóvenes intérpretes que empiezan su carrera, muchos de ellos todavía completando aún sus estudios. Uno de los tres artistas elegidos este año para protagonizar el ciclo es el barítono Josep Ramon Olivé, que el domingo 20 de marzo ofrecía el segundo de sus tres conciertos, un recital de canción en el que formó dúo con el pianista Jordi Armengol. 

Estas iniciativas, públicas y privadas, que dan a jóvenes músicos la oportunidad de darse a conocer, probarse o ampliar repertorio facilitan también que los aficionados sigamos su evolución desde el principio de su carrera. Josep Ramon Olivé y Jordi Armengol presentaron un programa variado, centrado en el lied en la primera parte y con las Histoires Naturelles de Ravel y una selección de canción catalana en la segunda, que nos permitió apreciar que el mejor valor del barítono está en su voz, en la materia prima. Su timbre es uno de los más bonitos que haya oído esta cronista últimamente, homogéneo y seguro en toda la extensión del registro; probablemente, el punto débil en este momento de su carrera es la dificultad de controlar esta voz generosa, al menos para un auditorio de dimensiones pequeñas como es el de La Pedrera.

El recital comenzó con cuatro lieder de Franz Schubert aparentemente sencillos. Su dificultad radica precisamente en su aparente sencillez, que lleva a los cantantes a plantearse una disyuntiva: asegurar el canto, arriesgándose a que el resultado sea más bien plano o ser atrevido, arriesgándose a que algo no salga bien? Como oyente agradezco a los cantantes, en este caso José Ramón Olivé, que arriesguen, por lo que destacaría de este grupo de lieder de Schubert la interpretación de la última, Du bist die Ruh, matizada y coloreada con intención; la lástima fue la última estrofa, que comenzó con un regulador que finalmente no pudo controlar y rompió la atmósfera recogida que estaba consiguiendo.

Mejor funcionó en conjunto el grupo de canciones de Richard Strauss. El mejor lied del recital fue Morgen, donde todo lo que intentó Josep Ramon Olivé salió muy bien; hay que destacar un "dem Weiter, wogenblauen" muy bien apianado o las últimas palabras, "des Glückes stummen Schweigen". Jordi Armengol, un buen acompañante en el recorrido de Olivé, brilló en su parte y ambos ofrecieron una versión muy estimable de la célebre pieza. También fue destacable Allerseelen, mientras que en Heimliche Aufforderung y, sobre todo, en Die Nacht, se echó de menos la media voz que demandan. Finalmente, en Zueignung y Wie sollten wir geheim sie halten, lieder de carácter más expansivo y con tesitura más alta, el barítono pareció encontrarse más cómodo.

Las Histoires Naturelles de Maurice Ravel son cinco canciones con poemas de Pierre Ronsard que piden un buen narrador que nos explique, sin histrionismos, el comportamiento los cinco animales que está observando. Olivé y Armengol fueron juntos un buen narrador que podría, por parte del cantante, haber sido más minucioso pero que en conjunto tuvo, con algunos altibajos, la naturalidad de un observador que no interfiere en lo que está pasando. La segunda parte continuó con dos canciones de Combat del somni de Mompou: Jo et pressentia com la mar  y Fes-me la vida transparent, una buena muestra de lo que podría ser el ciclo completo cantado por este barítono.

El recital terminó con tres canciones de Enric Morera que, en mi opinión, no encajaban demasiado con el resto del programa pero que reforzaron la sensación de que Olivé se sentía más cómodo con las piezas más extrovertidas y con tesitura más aguda. Finalmente, como propina, escuchamos el Romanç de Santa Llúcia de Toldrà.