La imaginación sonora
Barcelona. 18/12/2019. Palau. Palau Bach. Bach: Oratorio de navidad (2a parte). Katja Stuber, soprano. Raffaele Pe, contratenor. Martin Platz, tenor. Thomas Stimmel, barítono. La Capella Reial de Catalunya. Le Concert des Nations. Jordi Savall, director musical.
Tres de las seis cantatas que componen lo que llamamos el Oratorio de Navidad, cerraban la segunda de las dos partes en las que se ha dividido la interpretación de la obra bachiana en una cita de excelencia, dentro del exigente ciclo dedicado a Bach en el Palau. Primera incursión de Jordi Savall en el conjunto entero, pero no en las tres últimas cantatas que eran las que se abordaban el segundo día.
Reutilizando cantatas anteriores -con particular importancia en el caso de BWV 213 y 214-, una muestra ejemplar de la maestría del compositor en varios aspectos técnicos, retóricos o de instrumentación, con gran unidad dramática interna pero destinada a días distintos entre el día de Navidad y la Epifanía. La lectura plástica, rica en matices estuvo presidida por los contrastes tímbricos y rítmicos que eligió el director catalán y que fue tratada con gran ductilidad por un sobresaliente conjunto instrumental, liderado con mano firme por Manfredo Kraemer, donde brilló un continuo de precisión milimétrica y consistencia sonora, los encantadores diálogos de oboes-solistas vocales y una lección magistral del fagot en el aria para tenor de la última cantata (“Nun mögt ihr stolzen Feinde schrecken”).
Para empezar con la cuarta, destinada al día de Año Nuevo –Fallt mit Danken, fallt mit Loben– que marcó la tendencia de lo que sería la noche; una lectura orgánica, con frases de largo recorrido, donde orquesta y coro derrocharon esa obstinación dinámica tan crucial cuando se aborda este repertorio, con sólidos, elegantes y bien integrados corni da caccia. La quinta cantata Ehre sei dir, Gott, gesungen reduce su dispositivo y se hace aterradoramente transparente, lo que no resultó impedimento para lograr altísimas cotas de consistencia y empaste, como en un Herr, wenn die stolzen Feinde schauben de gran balance sonoro donde se dejaron oír todas las secciones con voz propia, adornadas por las fanfarrias, y que culminó en una verdadera explosión de creatividad sonora y luminosidad en torno a ese brillante re mayor. De principio a fin, gran rendimiento por parte de La Capella Reial de Catalunya: afinación espléndida, con notable empaste, musicalidad y finales de frase esponjosos tanto en los coros iniciales como en los corales finales.
Sin llegar al brillo descrito hasta ahora, cumplió el apartado de solistas, sin toda la proyección deseable pero con una expresiva Katja Stuber –a destacar su matizada intervención en una inspirada aria “Flöst, mein Heiland” junto al delicioso eco de Jeanne Lefort, y un legatissimo embriagador en “Nur ein Wink von seinen Händen”. Más discreta la presencia de Raffaele Pe, sin delicadeza en su línea de canto, excesivamente hierático y forzado en el registro agudo. El barítono bávaro Thomas Stimmel sustituyó a Manuel Walser y lo hizo con calidez pero sin cuidado por los matices. Martin Platz como Evangelista fue sin duda lo más reseñable de la noche, vehemente en los recitativos, dotado de cuerpo y con un registro grave robusto.
50 años más tarde de su estreno en el Palau –cuando era imposible pensar en la omnipresencia actual de la música del Kantor de Leipzig– una recreación viva, capaz de responder con imaginación sonora a la rica retórica bachiana sobre la fastuosa producción de imágenes que poseen los textos. Savall al frente de Le Concert des Nations y La Capella Reial de Catalunya logra ofrecer, con esta, una visión personal, encarnada, teatral y profundamente humana de este periplo espiritual tan poliédrico que es el Weihnachtsoratorium.
Fotos: Palau de la Música Catalana