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Feminismo musical en acción

Recuperando el papel de la mujer en el mundo de la música sinfónica

Barcelona. 27/01/20. Palau de la Música Catalana. Obras de Amy Beach, Teresa Catalán, Clara Gil Abascal y Clara Wieck (Schumann). Orquesta Sinfónica Solidaria de Barcelona. Isabel Pérez Dobarro, piano. Solo de violoncelo: Carlos Sánchez Muñoz. Solo de flauta: Rubén Torres Melero. Dirección orquestal: Clàudia Dubé Oranias.

Si en algún aspecto de nuestra vida colectiva queda clara la marginación que ha sufrido la población femenina en todos los países ha sido en el terreno de la creación musical. Sólo con gran dificultad han conseguido atravesar el umbral de la incomprensión y del vacío las más decididas defensoras de sus creaciones artísticas y aún, en pleno siglo XXI, figuran entre las menos conocidas del repertorio musical al uso. Y, sin embargo, un repaso a la historia musical europea nos ofrece un amplio catálogo de compositoras de mérito que pueden perfectamente llenar una sala de conciertos con la interpretación de sus obras.

Este ha sido el atractivo del concierto que se organizó el pasado lunes 27 de enero en el Palau de la Música Catalana de Barcelona, bajo el nombre de una de las más ilustres creadoras de la historia musical europea, Clara Wieck (ya antes de su matrimonio con Robert Schumann, que le dio –según la normativa europea del momento- el apellido de su marido). Bajo el epígrafe “Recuperando el papel de la mujer en el mundo de la música sinfónica”, el evento, promovido por la Fundación Arsís, la Asociación Cultural Crearte, y con motivo de la presentación de la Orquesta Sinfónica Solidaria, que dirigía Clàudia Dubé Oranias. Motivó el acto,la celebración del bicentenario de Clara Wieck (1819-1896) y con tan feliz ocasión, el estreno en España por fin, (por extraño que parezca), de su excelente Concierto para piano y orquesta, escrito a los 13 años, y que es una obra que merece una atención muy superior a la que ha gozado hasta ahora.

Esta obra, en tres movimientos, incluye, en el segundo de los mismos, un pasaje insólito con un diálogo entre el piano y un solo para violoncelo de una considerable elegancia y que constituye uno de los atractivos más originales de esta creación, más allá de la anécdota de la juvenil edad de la compositora que figuraba en lugar preeminente en el programa del concierto. Más tarde Clara sería el apoyo moral de su esposo Robert Schumann, consejera y amiga de Johannes Brahms y una figura estelar de la vida musical germánica hasta su muerte.

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Pero no era éste el único atractivo de la sesión porque, puestos a reivindicar algunas figuras de compositoras poco conocidas, la Orquesta Sinfónica Solidaria ofreció al público del Palau otro estreno absoluto en España: el de la Sinfonía Gaélica en mi, op 32 de la compositora norteamericana Amy (Cheney) Beach(New Hampshire 1867- Nueva York, 1944), autora, además de esta brillante sinfonía (algo “dvorákiana”en su concepción), varios conciertos, piezas de cámara, óperas y una Misa que sería interesante recuperar algún día. 

Otras dos autoras, en este caso españolas y de rigurosa actualidad, completaron el interesante programa de este concierto singular: Teresa Catalán, ganadora del Premio Nacional de Música 2017 y catedrática de composición, consu pieza Rondó para un mayorazgo para flauta solista (que interpretó con gran agilidad Rubén Torres Melero), y Clara Gil Abascal, con la obra Frágil que ofreció la pianísta Isabel Pérez Dobarro, intéprete con un extensísimo curriculum de actuaciones en varios países de Europa y América; su actuación demostró su indudable sentido musical y ofreció gradaciones sonoras muy interesantes de las composiciones que interpretó.

La formación Orquesta Sinfónica Solidaria de Barcelona funcionó con una solvencia admirable, especialmente en la sección de cuerda, y se hizo  notar, entre otros méritos, por incluir en las filas de sus violoncelos a un jovencísimo Miquel Osuna, violoncelista de 13 años de edad, y de una también competente muchacha de 17 años. Ambos son miembros de la Orquesta de Mataró, de la cual es fundadora y directora titular Claudia Dubé Oranias. La directora impulsó con garbo los distintos pasajes del concierto de Clara Wieck y supo imprimir el impulso adecuado a las variaciones de intensidad de la obra de Teresa Catalán, de un lenguaje moderno pero sumamente agradable al oído. En cuanto a la “Sinfonía Gaélica”, debemos a la directora una capacidad para hacer notar al público la variedad creativa de la compositora norteamericana, muy en el estilo típico de fines del siglo XIX.

Fotos: © R. Godoy y T. Jerez