discos oct nov 19

Playlist: Los 10 mejores discos del 15 Octubre al 14 de noviembre

Los diez mejores discos de los últimos 30 días incluyen una buena dosis de Clasicismo y Romanticismo, con Weber, Beethoven, Schumann y Schubert, además de la inmersión lírica de Benjamin Bernheim. Por otro lado, la reivindicación de Weinberg sigue dando excelentes frutos, en esta ocasión de la mano de su música de cámara. La selección se completa con autores rusos, como Prokófiev y Shostakovich, y Barroco con obras de Purcell y Lully.

Christoph Rousset y Les Talens Lyriques regresan a una de sus mejores bazas: Lully, con su ópera Isis, que inspiró a posteriores compositores como Vivaldi, Purcell o Salieri. Roma y Egipto se dan la mano en una lectura viva, brillante, cargada de luz, contando con un plantel de exquisitos cantantes. Precisamente de Purcell escuchamos estos días otra maravilla, como es su King Arthur. Cuenta de ello ya lo recogió Platea en la visita de Paul McCreesh y el Gabrieli Consort and Players a Pamplona: "Lo sobresaliente del concierto ha sido... todo". Aquí más de lo mismo, en formato para llevar a casa.

Lo de Arcadi Volodos con Schubert es profusión de matices y reflexiones sobre cada frase. Pausado, degustado. Un Schubert profundo y meditado, en manos del gran pianista que Volodos es, aunque no se prodigue en el marketing como otros compañeros. Podemos seguir con el también matizado Schumann (¿cabe acaso un Schubert o un Schumann que no lo sean?), en este caso cantado, de Christoph Prégardien, de elegantísima factura. Comunicación y convinción en un canto balanceado de forma tan inteligente como musical. El Beethoven de Leonidas Kavakos, con él mismo dirigiendo el Concierto para violín, viene a demostrar la madurez de un violinista que se ha labrado una carrera de quilates, aquí al frente de una orquesta como la Bayerischen Rundfunks, que es siempre apuesta segura.

De Beethoven a Weber, con Der Freischütz. En una época en la que ya apenas se graban óperas en estudio y cuando se graban, suelen reducirse al periodo barroco, esta incursión romántica de Pentatone es un pequeño milagro. No sólo por el hecho en sí, sino por cómo se ha llevado a cabo. La Sinfónica de la Radio de Frankfurt suena cálida, briosa en manos de Marek Janowski y cuenta, entre un reparto muy equilibrado, con la primera grabación de una ópera completa de Lise Davidsen, quien despliega su voz única en el papel de Agathe. Por redondear, una solución curiosa: los diálogos hablados han sido sustituidos por pequeñas narraciones, elaboradas por Daniel Weber y Katharina Wagner. Completa el apartado operístico de este mes el recital de Benjamin Bernheim. El tenor ofrece un surtido de arias románticas, italianas, francesas y rusas que es, para empezar, generosísimo; en número y en calidad. Sin duda nos encontramos ante una de las mejores voces del momento en su cuerda. Un disco de presentación con todos los cánones, con piezas muy conocidas y de brillante desenvoltura, en un nombre que sigue la estela de Roberto Alagna. Redondez, abandono, calidez y agudo desenvuelto junto a un fraseo estimable. Habemus tenor.

Alexander Melnikov, un muy buen pianista no del todo conocido por el público, prosigue con su integral de sonatas de Prokófiev, en esta ocasión con las números 4, 7 y 9. El ruso hace gala de sus mejores formas, las camerísticas, en un mar de temperamentos, como son las partituras aquí recogidas. Sobrecoge el Andante de la Cuarta, bastante espeluznante y por ello, genial. La forma de desgranar la Novena, con esa claridad camerística de la que hablo, es un regalo para propios y extraños a Prokófiev. Entre tanto, la Séptima y su vertiginoso Precipitato, aquí más meditado de lo que se acostumbra. Por su parte, el Pavel Hass Quartet firma una de las mejores versiones de los cuartetos de cuerda de Shostakovich. Un Séptimo arrebatado, un clarividente Octavo y un sutilmente incisivo Segundo, nos revelan lecturas propias con las que la formación se ha hecho camino, creando verdades en el compositor ruso. Completa esta selección la reivindiación actual de Weinberg, en esta ocasión con su música de cámara, comandada por un músico con mayúsculas como es Gidon Kremer (en una continación de lo que ya comenzó en ECM junto a Mirga Grazinyte-Tyla y que ahora han trasladado a DG).