Cantoria Vincent Arbelet

 

Cantoría: "Queremos acercar la polifonía ibérica del siglo XVI al público de hoy"

Desde 2016 Cantoría viene reivindicando una parcela muy concreta del patrimonio musical español, la polifonía ibérica del siglo XVI. Tras darse a conocer en Europa gracias al programa Eeemerging, para formaciones emergentes, estos cuatro jovenes vocalistas empiezan a pisar fuerte ahora también en España. Tras sus recientes actuaciones en escenarios como el Museo del Prado o la Biblioteca Nacional, nos hablan aquí de sus próximos proyectos y de un repertorio por el que apuesta con entusiasmo y devoción.

¿Qué es Cantoría y cuándo surge?

Jorge Losana (tenor y dirección): Cantoría es un grupo vocal formado por cuatro jóvenes que nos dedicamos a la música ibérica del siglo XVI y el Siglo de Oro. Surge en 2016 a partir del Festival de Música Antigua de Sierra Espuña, impulsado en colaboración con la Universidad de Murcia. Nos encontramos allí varios estudiantes de la ESMUC de Barcelona, cantando repertorio de madrigales de Monteverdi. Y a partir de ahí continuamos colaborando, desde Barcelona, trabajando con maestros como Pedro Memelsdorff o Pedro Esteban.

¿El proyecto surge entonces al calor de la ESMUC?

Valentín Miralles (bajo): Sí, aunque algunos de nosotros nos conocíamos antes, sobre todo Jorge Losana y yo, que somos de Murcia y habíamos hecho ya antes proyectos locales, con la Orquesta de la Universidad. 

Se trata pues de un proyecto joven, apenas con dos años de recorrido.

Inés Alonso (soprano): Sí, aunque el proyecto tiene ya tres años de vida, los cuatro como tal que integramos Cantoría a día de hoy llevamos juntos incluso algo menos de dos años. Samuel se incorporó en mayo de 2017.

JL: De hecho en origen la formación no estaba predeterminada como un cuarteto sino que fuimos variando en función del repertorio, cuando hacíamos Monteverdi éramos más, por ejemplo.

Cantoria ha formado parte de Eeemerging (Emerging European Ensembles), un proyecto a escala europea que respaldaba formaciones jóvenes y emergentes.

Samuel Tapia (contratenor): Eeemerging es un proyecto europeo y eso implicaba para nosotros el poder acceder a un circuito internacional, específicamente pensado además para formaciones jóvenes y emergentes. Además de varios conciertos, para nosotros ha supuesto la posibilidad ampliar nuestra formación al llevar una residencia artística en Pavia.

JL. La dinámica de Eeemerging ha cambiado un poco en esta última edición. Con anterioridad seleccionaban a seis grupos cada año para la primera fase, de los cuales quedaban cuatro en una segunda fase y finamente dos eran seleccionados para grabar un disco. Es un proyecto que dependía de Europa Creativa y ahora, por temas presupuestarios, está cambiando un tanto la dinámica. 

¿Y qué agenda tiene Cantoría para 2019 vinculada a Eeemerging?

VM: Volvemos ahora a Pavia, el lugar donde hicimos nuestra residencia artística. Eeemerging es un circuito muy cerrado, en el mejor sentido, ya que facilita que se conozca muy rápidamente la actividad de los diferentes grupos. En Pavia nos han invitado a volver de nuevo este año, iremos también a Polonia a finales de febrero con un programa nuevo; viajaremos también a York en el mes de mayo; tenemos actividad en Croacia en el mes de noviembre; también Cremona, en Italia. 

JL. Realmente Eeemerging es un estupendo escaparate para dar a conocer la actividad de formaciones como la nuestra, que necesitan dar a conocer su trabajo y en esta red hemos encontrado la proyección que nos hacía falta. La selección muy dura; en nuestro año hubo pruebas en Utrecht, Viena y Lyon. No es un concurso, pero sí hay una exigencia muy alta. El año pasado ya estuvimos con Eeemerging en Alemania, Italia y Francia.

Y en España, ¿ha sido fácil hacerse un hueco?

IA: Está siendo más fácil ahora, después de pasar por Europa. Y sobre todo en Madrid. Hemos actuado ahora en el Museo del Prado y en marzo volveremos a actuar aquí, en el Festival de Música Sacra. También hicimos un programa en la Biblioteca Nacional, en enero. Pero sí, ha sido más costoso encontrar agenda en España que en Europa.

JL. Es realmente curioso que nos haya costado más darnos a conocer en España que en Europa. En ocasiones es justo al revés, lo fácil parecer ser empezar en casa y lo complicado es dar el salto hacia afuera. Para nosotros, seguramente por las posibilidades que nos brindó Eeemerging, ha sido el proceso inverso y es ahora cuando empezamos a tener agenda en España. Tenemos la suerte de hacer un repertorio muy singular y sobre todo muy desconocido fuera de España.

Respecto al repertorio, Cantoría se presenta como una formación especializada en polifonía del Renacimiento ibérico, con una etiqueta muy concreta pero que delimita muy bien su orientación en el espacio y en el tiempo.

ST. Cantamos en muchas lenguas, cantamos repertorio de muchas cortes distintas, incluyendo el sur de Francia, pero en realidad nuestro repertorio siempre gira en torno a esos límites espaciales y temporales, lo que puede resumirse como Renacimiento ibérico.

JL. La etiqueta de “ibérico” incluye muchas cosas, a pesar de que pueda sonar muy restrictiva. Hay que pensar que en aquella época, en pleno siglo XVI, la corte española tenía unas dimensiones enormes. El cancionero de Juana la Loca es un buen ejemplo de la variedad enorme que se incluye bajo esa etiqueta de “Renacimiento ibérico”, que a priori puede sonar como algo demasiado delimitado.

En realidad el Siglo de Oro en música española no está tan claramente delimitado como sí sucede al hablar de literatura.

JL. Realmente hablamos del mayor periodo de esplendor del Imperio español. Una época en la que teníamos en España a todos los músicos franco-flamencos, con una efervescencia tremenda. Nosotros no hacemos polifonía sacra, que sí es muy conocida (Victoria, Guerrero, Morales…). El Siglo de Oro en música suele asociarse con esas referencias, pero no con la polifonía que nosotros estamos interpretando. Las ensaladas, con sus sutilezas y su complejidad armónica, son todo un descubrimiento para el público en Europa.

¿Quién habrá trabajado este repertorio antes en España?

VM. La Colombina es una referencia ineludible. También Jordi Savall, por supuesto, aunque con otro estilo y otros criterios interpretativos.

JL. Nosotros estamos buscando una comunicación muy directa con el público a la hora de hacer este repertorio, desde un sentido muy teatral.

IA. Queremos hacer esta música con una idea muy expresiva del texto.

ST. Al fin y al cabo lo que cantamos es poesía y teatro, pero lo intentamos trasladar desde un código más próximo y menos grandilocuente, con una estética más sencilla y con la que es más fácil empatizar.

VM. Siempre hemos querido romper esa barrera natural con el público, que tenga la sensación al fin y al cabo de que la música que hacemos les interpela de manera directa. En España el texto se entiende, pero en Europa ganamos mucho en términos expresivos gracias a toda esa parte más teatral y de comunicación directa.

IA. Al fin y al cabo los textos de las piezas que cantamos resumen pequeñas historias con las que es fácil empatizar si somos capaces de comunicarlas de manera eficaz. Por eso intentamos asumir como un papel dentro de una conversación a cuatro voces.

ST. También se trata de ser consecuentes con lo que cantamos. Al fin y al cabo son textos muy expresivos que no tendría sentido cantar de manera hierática e inexpresiva. Si queremos llegar a la verdad de este repertorio es imprescindible trabajar ese lado más teatral.

JL. En todo caso sabemos bien que estamos trabajando con un repertorio muy concreto, que pide unos criterios interpretativos muy precisos. Y por eso nunca sobrepasamos las líneas rojas, nunca hacemos un show, en el peor sentido del término.

La formación de Cantoría, con una voz tenor, una voz de bajo, una voz de soprano y una voz de contratenor, ¿responde a la formación habitual en la época de creación de este repertorio?

ST. En función de los testimonios históricos hay una gran variedad de formaciones. Nosotros hemos optado por esta opción con cuatro voces porque nos permite hacer mucho repertorio. Aunque también es verdad que en ocasiones no cantamos los cuatro, sino a trio o a dúo. 

JL. Las partituras realmente no marcan los tipos vocales que deben interpretarlas, tan solo determinan la tesitura. En el caso de la música sacra la cuestión está más delimitada, porque sabemos que las mujeres no cantaban en las iglesias. Pero en las capillas sí había mujeres cantando; con total certeza en Italia, en tiempos de Monteverdi.

ST. En España parece claro que se empleaba la voz de falsete sin ningún prejuicio. Hay testimonios que describen voces masculinas cantando con esta técnica junto a voces femeninas, de manera muy natural.

IA. También hay que decir que se trata de un repertorio con una tesitura muy grave. Realmente para un contratenor es complicado porque todo lo escrito está en el paso.

ST. Sobre todo hay un contraste con esta idea tan italianizante asociada a voces siempre brillantes. En este repertorio la música es más central, más próxima a la voz hablada.

Conciertos como los mencionados antes, en el Museo del Prado o la Biblioteca Nacional, predispone de manera muy especial la posibilidad de comunicar este repertorio vinculado al patrimonio artístico de la época en la que fue concebida esta música.

JL. Es todo un privilegio, además, poder recrear esta música en espacios tan singulares. Dentro de esta suerte de ola de la música antigua que vivimos en España, en los últimos años, lo cierto es que todos los grupos buscamos singularizarnos de alguna manera. Por eso es tan importante trabajar con criterios musicólogos, nosotros lo hacemos así con Daniel y con Ignacio, quienes nos ayudan a ajustar muy bien el repertorio a los espacios y contenidos. Por ejemplo en el Museo del Prado hicimos un concierto en torno a la figura de Bartolomé Bermejo y todo el programa estaba pensado a medida. En la Biblioteca Nacional fue la figura de Lope de Vega y próximamente, en marzo, estrenamos un programa titulado Risus natalis, que gira en torno a la risa y el humor en la liturgia católica.

Suena muy interesante porque es una asociación no demasiado conocida.

JL. Cuando se lo propusimos a Pepe Mompeán, que fue una de las primeras personas que confió en nosotros aquí en España, le sorprendió también la idea, pero en seguida vimos que tenía mucho sentido. Incluso hay un artículo de Ratzinger defendiendo la risa. Y es que el día de Nochebuena era el único en el que se permitía la música en lenguas vernáculas y el humor tenía vía libre, un poco como una excepción que servía para atraer a la gente a la celebración. Hay muchos estudios sobre esto, pero creo que nadie lo ha llevado aun a la sala de conciertos como programa temático. No obstante las ensaladas eran eso, al fin y al cabo: se trataba de llevar a los salones el ideal moralizante de antes de la Contrarreforma empleando para ello el humor y las canciones populares.

Creo que en Polonia proponen un programa con música latinoamericana.

IA. Sí, haremos allí un programa que recupera algunas obras del repertorio español que se interpretaban en México y Guatemala entre el siglo XVI y el siglo XVII. Se han encontrado allí copias de música española de la Corona de Aragón y es muy interesante dar forma a un programa con guiños a ambos lados del Atlántico. Este programa lo hacemos con tres instrumentistas, Joan Boronat, Marc de la Linde y Pablo Fitzgerald.

¿Algún otro proyecto futuro especialmente relevante en el que estén trabajando ahora? ¿Alguna grabación a la vista?

JL. Querríamos que nuestro primer CD fuese algo más que una carta de presentación, el fruto real de un trabajo ya hecho y más elaborado. La Colombina o de The King´s Singers tienen ya discos con ensaladas y no tendría mucho sentido hacer lo mismo, cuando ellos ya lo han hecho muy bien. Ahora estamos pensando sobre todo en cómo llevar al público del siglo XXI la música de nuestro repertorio, estén o no familiarizados con él. Y para eso queremos trabajar con un código muy audiovisual. En principio habíamos pensado en un disco, sí, pero en realidad nos parece más interesante producir varios videos, que puedan circular más fácilmente por redes sociales.

¿Videoclips de polifonía?

IA. Eso es. De hecho ya tenemos uno, que grabamos durante nuestra residencia en Vézelay. Lo grabamos en una iglesia muy bonita, con un tono muy desenfadado y muy visual, cantando un fragmento de la ensalada de La Trulla.

JL. También nos interesa mucho la parte más académica que hay detrás de nuestro trabajo, la que tiene que ver más directamente con la recuperación del patrimonio. Estamos en contacto con Emilio Ros Fábregas, Álvaro Torrente y Mari Carmen Gómez, una de las mayores estudiosas de este repertorio; hay mucho todavía por redescubrir y una enorme cantidad de piezas por grabar.

Recientemente se ha presentado el festival Música en Segura, donde también actuará Cantoría.

VM. Sí, allí vamos a hacer el concierto de clausura de la sección de noviembre, gracias a FestClásica. Haremos nuestro programa estrella, podríamos decir, “Lenguas malas”, que gira en torno a un repertorio que pone música a algo que sigue tan vigente hoy como ayer, los rumores, los cotilleos, etc. 

JL. Es un programa un tanto controvertido porque incluye ideas hoy por suerte muy superadas sobre el papel social de la mujer. De manera que los textos están siempre un poco al borde de lo políticamente incorrecto. En Segura también haremos conciertos para niños y conciertos para mayores, con un perfil más pedagógico y divulgativo.