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Rayuela con Wagner

Wagnerismo, arte y política a la sombra de la música. Alex Ross. Ed. Seix Barral. Barcelona, 2021.

Uno de los libros más esperados en el mundo de la música clásica acaba de aparecer en las librerías de la mano de la editorial Seix Barral y lo firma el conocido crítico y ensayista norteamericano Alex Ross. Wagnerismo viene precedido por excelentes críticas en el mundo anglosajón que, después de su lectura, me parecen muy justas. Es evidente que el objetivo primordial del autor es acercarnos a la figura y a la obra del gran compositor germano, algo nada fácil porque Richard Wagner es, sin duda, el músico que acumula una maraña más densa de prejuicios a la vez que una cuantiosa legión de fieles seguidores. Ross tiene varias bazas para conseguir sus objetivos. La primera el prestigio de su firma y el éxito mundial que supuso su libro El ruido eterno que se convirtió en un best seller tratando un tema como el de la música clásica que no suele provocar grandes tiradas. Además allí los temas eran tratados con profundidad, sin casi concesiones a la divulgación, lo que acrecienta el mérito del autor. Pero aquel era un texto más general. Dedicar un volumen de un apreciable grosor a un solo autor, por muy conocido que sea, supone un reto cara al gran público nada despreciable.

Pero Ross empieza por utilizar un método muy inteligente para hablarnos de Wagner: rememora la manera de leer la inmortal novela de Julio Cortázar, Rayuela. El libro está formado por capítulos, que se pueden leer de forma lineal, siguiendo la trayectoria vital del compositor o también, como si jugáramos a la rayuela, podemos ir “saltando”, leyendo cada capítulo como si de ensayos independientes se tratara. Es verdad que para leerlo de esta manera se necesitan unas meras referencias de la trayectoria wagneriana pero si se tienen, esa lectura transversal resulta muy amena. Porque esta es otra de las características de Wagnerismo, es un libro que sin perder rigurosidad, como ya se dijo (sólo hay que comprobar al final del libro la cuantiosa biografía consultada) se lee con facilidad. Ross hace una mezcla que funciona a la perfección: mezcla biografía y apuntes musicales con el pensamiento de Wagner, añadiendo anécdotas, la repercusión de su obra y ensayos en sus contemporáneos y también en las siguientes generaciones. Tomemos, a modo de spoiler, el capítulo titulado Nothung: La Primera Guerra Mundial y la juventud de Hitler. Ross repasa desde el final de la exclusividad de representar Parsifal en Bayreuth (con la primera representación fuera de la Verde Colina en el Liceu barcelonés) pasando por las tensiones en la familia Wagner por el control del Festival y como se vivió allí el estallido de la Gran Guerra. Esto le sirve para hablarnos de las ideas sobre este tema del compositor vertidas en su ensayo Religión y arte y como, debido a ser santo y seña del germanismo, Wagner se considera un autor non grato en el bando aliado.

Podría seguir, pero como ven todo se mezcla, aunque de una manera totalmente natural y lógica, con el apoyo de un despliegue de conocimientos sobre el compositor enorme. Con una muy buena traducción de Luis Gago, Wagnerismo es un libro imprescindible para todo aquel que se quiera acercar sin prejuicios a la figura del creador alemán, mostrando sus conocidas sombras pero haciéndonos ver que sus luces las superan largamente y que la historiografía contemporánea al autor y mucho más la posterior, ha estado muchas veces sesgada, sobre todo por la utilización de Wagner por parte del nazismo. Ross  consigue ese equilibrio necesario, manteniendo cierta distancia con el personaje, pero reconociéndole toda su grandeza. Algo que siempre es necesario.