La jota sale de España
La jota, aragonesa y cosmopolita. Marta Vela. Editorial Pregunta. Zaragoza 2022.
La profesora y pianista Marta Vela acaba de editar en la editorial Pregunta, y con el apoyo del Gobierno de Aragón, un libro cuyo mayor empeño es demostrar cómo una manifestación del folclore español, especialmente en Aragón, la jota, traspasó fronteras y consiguió que grandes compositores y artistas internacionales del siglo XIX y XX la incluyeran como fuente de inspiración en alguna de sus composiciones. El auge de la industrialización europea y la mejora (gracias al ferrocarril y a nuevas infraestructuras viarias) en la facilidad para viajar por el viejo continente aumenta la movilidad de muchos artistas. Entre ellos algunos músicos que realizan tournés por países para ellos periféricos, fuera del centro musical que era París, Milán o Viena. España era uno de estos destinos. Los que ahora conocemos como reputados compositores, eran entonces, sobre todo, admirados por sus dotes interpretativas. En la corte de Madrid o en alguna ciudad más cosmopolita (Barcelona o Cádiz son claros ejemplos) se esperaba con ganas este aire fresco musical que llegaba de Europa.
Vela repasa el devenir de estos músicos y compositores por tierras españolas y como el folclore del país les inspiró en obras concretas. Especialmente se centra en los que recogieron el aire de jota para incorporarlo a esas composiciones. Es un trabajo concienzudo en la recolección de datos y testimonios, tanto epistolares como de periódicos de la ópera, aunque se echa de menos un estudio académico más profundo, pese a que se incluyan gran cantidad de fragmentos de partituras de los temas tratados. Es interesante el hilo conductor, una especie de narración, con el que la autora nos va guiando en las peripecias por España de estos personajes y cómo se van fraguando sus obras en las que incluyen los aires de jota. Son nombres tan reconocidos como Franz Liszt (Gran fantasía de concierto sobre temas españoles S.253); Mijaíl Glinka (Capricho brillante: “en jota aragonesa”); Paulina Viardot, hija del gran compositor y cantante Manuel García, y una de las voces más importantes del siglo XIX a la que Vela dedica la mayor atención en el libro, sobre todo con su relación con el compositor aragonés Florencio Lahoz, que compuso obras en las que el aire jota es el elemento fundamental del núcleo sinfónico; Emmanuel Chabrier que con su obra España, quizá la más conocida de sus composiciones, llevó la jota a su cota más alta de popularidad fuera de nuestro país… Dejaré a la curiosidad de los lectores interesados en el tema los autores que también se vieron influenciados por la jota, que, siendo fieles a la historia de la música, no fueron realmente muchos fuera de nuestras fronteras. Y por supuesto, Gustav Mahler, como se destaca en algún momento en el libro, no fue uno de ellos, por mucho que la autora, a mi entender, interprete de un modo demasiado aventurero que algunos pequeños fragmentos de dos de sus sinfonías serían aires de jota.
Se completa el libro con una lista de audiciones, que siempre ayuda a contextualizar y comprender mejor lo que se nos cuenta en el libro y una completa bibliografía.
Valorar lo nuestro siempre está bien y este libro ayuda a este reconocimiento, aunque personalmente pienso que la presencia de la jota en la composición internacional es mucho menos cosmopolita de lo que nos gustaría a los aragoneses y de lo que, con encomiable ilusión, intenta demostrar Marta Vela.
Foto: Editorial Pregunta.