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Testimonio de una época

Zarzuela y ópera en los teatros de Irun (1880-2020), de Pedro Ballaz Ventura. Editorial Círculo Rojo.

El pasado mes de marzo del año en curso, me acerqué al Amaia Kultur Zentroa/Centro Cultural Amaia, de Irun, lugar en el que habitualmente celebra sus funciones la Asociación Lírica Luis Mariano y que está convirtiéndose en una modesta, pero digna referencia de la lírica guipuzcoana y vasca. La intención no era sino disfrutar del Rigoletto verdiano anunciado. Allí, en el minúsculo foyer se encontraba un pequeño puesto donde se ofrecía al espectador un libro, el mismo al que ahora voy a dedicar estas líneas: Zarzuela y ópera en los teatros de Irun (1880-2020). Su autor, presente en la mesa, me firmó con afecto el ejemplar que adquirí; en ese momento pensé en la importancia de ir dejando distintos testimonios de la actividad cultural de cualquier ciudad para que en un futuro – al menos en este caso - los irundarras y los que como yo no lo son, pero aman la lírica y cualquier iniciativa en torno a este arte que se lleve a buen puerto, sepan cómo se valoró en un momento dado – en el caso que nos ocupa, el año 2020 - la historia de las representaciones líricas en la ciudad.

Irun es la segunda ciudad en importancia demográfica de la provincia de Gipuzkoa tras su capital y su principal actividad económica ha estado históricamente ligada a dos hechos relevantes: por un lado, su posición geográfica, siendo punto de unión natural entre los estados español y francés; por otro lado, la importancia del ferrocarril desde su instalación en la década de los sesenta del siglo XIX. Es decir, las dos actividades económicas esenciales de la ciudad y comarca han sido las aduaneras y las relativas al transporte, a las que podíamos unir con toda lógica las comerciales. Sobre estas bases se cimentó un desarrollo demográfico incuestionable de un Irun que si en 1800 tenía apenas 1.200 habitantes, es decir, era un pequeño núcleo rural, agrícola y ganadero, con la llegada del tren para 1900 ya había multiplicado por diez el número de sus habitantes para llegar hasta los 62.000 aproximados de la actualidad. Quizás podría apuntarse en el debe de su localización geográfica el hecho de estar por un lado a solo 18 kilómetros de Donostia y por otro a apenas 30 de Biarritz, es decir, que Irun está atrapada entre dos ciudades de enorme proyección turística, cultural y económica.

Pedro Ballaz nos reúne en su obra la presencia de la lírica en una época en la que la ciudad fronteriza vivía la eclosión económica y con tal expansión Irun conoce un desarrollo cultural que facilitará que en su momento coexistieran varios teatros y cines y en ellos sobre todo la zarzuela tuviera una presencia relevante. El autor pasa a concretar año por año los títulos representados en la ciudad en cada uno de los teatros y uno puede observar varías cuestiones que invitan a la reflexión: por ejemplo, que algunas obras llegaban al poco de su estreno, incluso el mismo año. Por ejemplo, La Gran Vía (1886) llega un año después, El dúo de La Africana llega el mismo año de su estreno (1893) o Don Manolito (1943) apenas un año después de su estreno. Al mismo tiempo puede advertirse la presencia de algunos personajes e instituciones importantes presentando zarzuelas en la ciudad, caso de la compañía de Pablo Sorozabal, la de Marcos Redondo o la del mismo Teatro de la Zarzuela, de Madrid. En algún año concreto, sirva como ejemplo 1906, se llegan a representar en la ciudad ¡39 títulos distintos! del género, entre los que hay algunos bien conocidos (Bohemios, Marina o Gigantes y cabezudos, pongo por caso) junto a otros que hoy se encuentran totalmente olvidados (La cuna, de Ruperto Chapí; Los guapos, de Gerónimo Giménez o El señor Joaquín, de Manuel Fernández Caballero) a pesar de los apellidos de los compositores.

Por lo que a la ópera respecta, la presencia de la misma ha sido testimonial durante la época analizada con la excepción de una especie de temporada en 1890 con seis títulos mas la recurrente aparición de la versión operística de Marina, de Emilio Arrieta. Ello fue así hasta la aparición de la Asociación Lírica Luis Mariano, presentada oficialmente el 14 de julio de 2003, eligiéndose tal día por ser el aniversario del fallecimiento de la figura musical más importante de la ciudad, el tenor Luis Mariano (1914-1970).

Pedro Ballaz recorre las distintas épocas de la ciudad y traza una pormenorizada lista de las representaciones líricas aunque él mismo advierte que tal enumeración pudiera ser incompleta al presuponerse información insuficiente en alguno de los casos. El autor divide el desarrollo de la lírica en distintos momentos históricos, a saber, finales del siglo XIX, primer tercio del XX hasta la Guerra Civil, periodo autárquico del franquismo, posterior desarrollismo, la época de la transición hasta el fin del siglo XX y el siglo XXI. En este sentido hubiera sido deseable una cierta profundización de los distintos contextos económico, político y social de cada momento histórico pues sin tal detalle puede parecer difícil entender – por poner solo dos ejemplos - la influencia de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi de Francia en la vida cotidiana de Irun y Gipuzkoa o entender las razones por las que la lírica desaparece totalmente de la vida irundarra entre 1975 y 2003. La apuesta, legítima, del autor es recorrer estos aspectos de forma aséptica y limitarse a la enumeración de funciones.

El libro es sencillo, pero práctico y la actual Asociación Lírica Luis Mariano – de la que el autor ha sido directivo en momentos puntuales - se lleva la parte del león, como no puede ser de otra forma. Eso sí, podemos constatar cómo a pesar del peso demográfico y económico de la ciudad en la provincia la ausencia de infraestructuras culturales adecuadas para la lírica sigue siendo una losa demasiado grande, cuestión que el mismo autor reseña y uno no puedo sino suscribir..

La obra contiene un anexo en el que se enumeran las figuras líricas tanto nativas de la ciudad como aquellas muy ligadas a ella que en los últimos ciento cincuenta años ha habido, cantantes y directores de orquesta, algunos de ellos de gran actualidad, caso de Iker Sánchez así como el recuerdo emocionado a distintas personas, claves en el desarrollo de la música en la ciudad y de la mencionada asociación. Es de desear que en un futuro no muy lejano una obra similar pueda profundizar en los momentos históricos aquí presentes mas complementar con la presencia que la lírica tendrá en este futuro inmediato.