rituales currey

¿CÓMO DEMONIOS LO CONSIGUIÓ?

Rituales cotidianos. Las artistas en acción. Mason Currey. Turner Publicaciones. Madrid, 2019.

El título de esta reseña es uno de los últimos comentarios que Mason Currey escribe en el prólogo de su nueva obra Rituales cotidianos. Las artistas en acción, y que resume de forma clara el trasfondo de todas las pequeñas pinceladas biográficas que forman el volumen. Currey quiere corregir un olvido que había tenido cuando en un anterior libro (Rituales cotidianos. Cómo trabajan los artistas, también editado por Turner) su investigación se había centrado sobre todo en los hombres artistas y en una mínima parte en las artistas. Ahora quiere reparar ese error y dedica todo el libro a repasar la forma de enfocar su arte de diversas mujeres, en varias artes e incluso en el mundo científico (Marie Curie, por ejemplo). Además, el enfoque de cada biografiada es distinto. El mundo en el que desarrollaron su actividad artística estas mujeres era (o sigue siendo en muchos aspectos) totalmente machista. Tuvieron no sólo que luchar contra estereotipos sociales sobre el talento femenino sino que también tenían el enemigo en casa: muchos de sus familiares, esposos o padres, se oponían a una actividad que no era admisible en esos ambientes (generalmente fueron mujeres de clases acomodadas). Además estaba la maternidad, las responsabilidades familiares… realmente además de artistas, fueron heroínas. De ahí que Colette, al hablar de George Sand dijera aquello de “¿cómo demonios lo consiguió?”

Este libro se sale un poco de la línea de los que solemos reseñar en Platea, pero hemos considerado que, además del interés intrínseco del texto, la inclusión en él de figuras inmersas en el mundo musical lo hacía completamente idóneo para esta sección. Y es que conocer, aunque sea de forma somera, la forma de trabajar de grandes mujeres dedicadas a la música siempre es interesante, aunque siempre te quede ganas de más. Ahí está el ejemplo de la bailarina y coreógrafa Martha Graham (1894-1991) que se entregó en cuerpo y alma a la danza, olvidando deliberadamente una vida “convencional”. Adicta al trabajo hasta límites casi patológicos, su larga vida estuvo llena de éxito pero también de una continua insatisfacción producto de una ilimitada pasión por la perfección, eso que es tan difícil de conseguir. Pero por mucho que el autor intente la igualdad en su libro hay detalles que chirrían. Leyendo el apartado dedicado a Clara Wieck (después de su matrimonio, Schumann) sorprende que en ningún momento hable de su apellido de soltera (ya sé que esto es muy anglosajón –por cierto que ciertamente se ve que el autor es norteamericano ya que la presencia de artistas “no anglosajonas” es minoritario, y nula en el caso de españolas–) y que cuando comienza hablando de su carrera como concertista antes de casarse no tenga casi personalidad propia. Pero es verdad que la pone en valor y reconoce su valía como artista y su sacrificio, tanto artístico como personal, por su marido Robert.  Sí que el gran público conocerá pinceladas de la vida de cantantes como Birgit Nilsson, Leontyne Price o la recientemente fallecida Jessye Norman (pero se echan de nombres como el de María Callas. supongo que el espacio es limitado y el autor tiene la potestad de elegir las personalidades que le resulten más atrayentes), bailarinas (y alguna de ellas también coreógrafas) como Pina Bausch, Isadora Duncan, Anna Pavlova o la ya nombrada  Martha Graham.

Rituales cotidianos, los artistas es acción es un libro que se lee bien, ameno,  que el lector puede abordar de forma vertical o transversal, de esas lecturas que complementan otras que a la vez se tengan. También está bien documentado aunque siempre se eche de menos un mayor espacio y una profundización mayor en cada protagonista. Pero para eso ya están otros libros. Éste es una antesala para posteriores indagaciones biográficas y un reconocimiento imprescindible al papel de la mujer en el arte.