estetica teatro musical arpegio

LA DEMOCRATIZACIÓN DEL BUEN GUSTO

Estudios musicales del clasicismo: estética del teatro musical.
Edición de Adela Presas y Miguel Salmerón. Madrid y San Cugat, 2019.

Publica la editorial Arpegio (con el auspicio de la Asociación Luigi Boccherini) el cuarto volumen de la colección Estudios Musicales del Clasicismo. Una recopilación, como lo fueron los anteriores libros, de diversos trabajos de musicólogos y especialistas, todos ellos relacionados con la música en ese siglo tan fructífero para este arte como es el XVIII. El subtítulo de este cuarto libro es Estética del teatro musical, pues este tema es el eje sobre el que pivotan los distintos artículos que se publican. Adela Presas y Miguel Salmerón, encargados de la la edición, nos aclaran en la introducción las coordenadas que rigen estos estudios. Una de ellas, que me ha dado pie para titular esta reseña, es el interés de diversas clases sociales por el teatro musical. El interés que suscita éste no queda reducido al ámbito real o nobiliario sino que se extiende a la burguesía, que cada vez tiene más presencia y poder, y también por las clases bajas. que lo consideran su divertimento favorito, pero siempre (y se puede decir que este es el nexo común de los diversos capítulos) desde el punto de vista estético, “del buen gusto” entendido éste como aglutinante de todos los diversos factores que rodean al teatro musical.

Los estudios son diversos y con interés claro, aunque siempre, según el gusto del lector, hay algunos que atraen más su atención. A mí especialmente me han interesado varios. En primer lugar el que dedica Fernando Doménech Rico (profesor de la Real Academia Superior de Arte Dramático) al teatro de Don Ramón de la Cruz y a explicar cómo el supuesto “casticismo” que se le atribuye (entendiendo este término como la quintaesencia de lo popular) no es tal, pues de la Cruz, tanto en varias de sus zarzuelas como en sus sainetes, le debe mucho a la influencia del dramma giocoso italiano en el primer género y a la adaptación de obritas francesas en el segundo. Muy actual es también el trabajo de la profesora y cantante Ingartze Astuy sobre “Las cómicas de Madrid”. El ensayo es un repaso de la situación y educación de la mujer en el siglo XVIII y cómo a través del teatro, y especialmente del género de la tonadilla (pero también de otros, como la comedia), las mujeres empiezan a reivindicar unos derechos muy elementales pero que intentan, de una manera muy básica cierto es, igualarlas en algunos aspectos (sobre todo culturales) a los hombres.

Solo es una muestra de los diversos artículos del libro. Todos ellos, como no podía ser menos, se completan con una amplia bibliografía y con citas de contemporáneos o estudiosos e historiadores posteriores. Un volumen que aunque puede pensarse en un primer momento que tiene como primordiales lectores a los estudiosos del mundo académico, está al alcance del mero aficionado, eso sí, interesado en ese siglo XVIII de tan ingente producción musical pero tan fundamental para la historia de la música.