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De año en año

Oviedo. 1/1/2021. Teatro Campoamor. Concierto de Año Nuevo. Obras de Johann Strauss (padre e hijo), Hellmesberger, Suppé y Juventino Rosas. Orquesta Oviedo Filarmonía. Director Iván López Reynoso.

Como dice Mecano el paso hacia un año más es el momento en que hacemos el balance de lo bueno y malo. La oportunidad de vernos retratados en nuestra propia instantánea para valorar como nos han ido las cosas. Y pese a que habitualmente ese ejercicio suele ser individual, la Covid nos ha llevado en esta ocasión a colectivizarlo y a mirar con perspectiva un problema que, lejos de ser personal, ha afectado al conjunto de nuestra sociedad. Creo que tras comer las uvas todos nos hemos preguntado si esta nueva vuelta en torno al sol será como la anterior o si, por el contrario, las cosas comenzarán a mejorar en este ansiado 2021.     

Con todo, lo cierto es que, aunque aún no tengamos respuesta cierta a esta pregunta, resulta igualmente interesante formularse otras, que sin duda nos llevan a valorar cosas que en otras circunstancias pasarían desapercibidas, pero que en los meses más duros del pasado 2020 se volvieron más necesarias que nunca. Una de ellas, sin duda, es relativa al papel que desarrolla la cultura, y por ende la música, en nuestra vida como personas, pues como bien dijo Ricardo Mutti desde el escenario del Musikverein viénes, la música es importante no porque sea un buen entretenimiento, sino porque es una herramienta para crear una sociedad mejor. Ojalá muchas más personas lo vieran del mismo modo.

Tras unos meses más que inciertos, la música parece haber logrado imponerse en Oviedo, y si la situación sanitaria permitió abrir la hostelería, el gobierno fue razonable permitiendo asimismo la apertura de la cultura, lo que nos facilitó disfrutar tanto de los títulos programados por la temporada de ópera, como de este tradicional concierto de año nuevo al que ya llevo acudiendo un buen puñado de años con una resaca indefectible.

En esta ocasión, la Orquesta Oviedo Filarmonía contó con la dirección de Iván López Reynoso, su Director Principal Invitado, quién sello un concierto que podríamos juzgar de sobrio, con gestos elegantes en su dirección pero poco dado al humor y los gags tan frecuentes en esta cita anual. En cuanto a la selección de obras, el programa resultó moderadamente tradicional, no faltando en él obras clásicas como la polka 'Bajo rayos y truenos' o el vals 'Voces de primavera', que algún año nos encantaría poder escuchar junto a la voz de una soprano.

La inclusión del vals 'Sobre las 0las', de Juventino Rosas, resultó todo un guiño al México natal de Reynoso y una forma, como él mismo comentó, de hermanar dos lugares que para él significaban mucho: México y el propio Oviedo, donde ahora se encuentra dirigiendo. Con unos tempi más bien alegres, la polka 'Auf der jagd' se nos mostró como una de las interpretaciones más atractivas de la noche, al tiempo que la 'Danza diabólica' de Hellmesberger animó realmente un concierto que fue atípico en su estructura, por realizarse sin ningún descanso intermedio debido a las medidas sanitarias. 

Así, tras interpretar una polka rápida ('Ohne Sorgen!') como viene siendo costumbre antes del vals de 'El Danubio azul', y tras la finalización de este, llegó la conocida 'Marcha Radetzky', que contó con el apoyo de las palmas del público ovetense para, por último, cerrar el concierto con la polka 'Leichtes Blut' de Strauss como propina y preludio, a su vez, de un año 2021 que, deseamos nos haga olvidar para bien a su predecesor.

Foto: © Oviedo Filarmonia