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Otello, dos versiones de una misma tragedia. Por Gregory Kunde

He tenido la gran suerte de interpretar en escena las dos versiones del Otello de Shakespeare, tanto la compuesta por Rossini como la posterior de Verdi. Aprendí primero la versión de Verdi, cuando canté el rol de Cassio en los comienzos de mi carrera. Después de esas pocas representaciones, la posibilidad de interpretar a Otello fue siempre un sueño para mí. Sin embargo, mi debut como el Moro fue mucho más tarde, en el Rossini Opera Festival de Pesaro en 2007. Esa experiencia me dio la primera ocasión para ahondar en este complejo personaje y me sirvió sin duda de mucho cuando finalmente me encontré con la versión verdiana del Moro, unos años más tarde, en 2012. Los dos roles tienen sus particulares exigencias, requiriendo en ambos casos una gran resistencia vocal y un fuerte impulso dramático. De hecho, ambos requieren a un actor cantante, podríamos decir. En cada producción de Otello que he interpretado he encontrado algo nuevo que explorar en la personalidad de este personaje creado por Shakespeare. El papel de Otello abarca muy diversas emociones y un gran mosaico de experiencias humanas. Siempre hay alguna otra faceta de su personalidad sobre la que indagar y desarrollar en escena. Es imposible decir qué versión de la ópera es más difícil, ambas presentan de hecho sus particulares demandas. La versión de Verdi se toma más tiempo para desarrollar los celos y la rabia de Otello y es en conjunto más satisfactoria desde este punto de vista. Verdi examina todas sus emociones, mostrando cómo su amor por Desdemona se convierte en desconfianza hasta explotar en forma de desesperación y furia. Me considero muy afortunado por haber podido aprender los dos papeles de Otello y mantener ambas versiones en mi repertorio. Espero tener aún muchas ocasiones para interpretar este increíble y legendario personaggio.