Un éxito popular
28/05/2022. Bilbao. Palacio Euskaduna. Madama Butterfly, de Giacomo Puccini. Carmen Solís (Cio-Cio-San), Carmen Artaza (Suzuki), Javier Tomé (Pinkerton), Damián del Castillo (Sharpless), Jorge Rodriguez-Norton (Goro), Fernando Latorre (Bonzo) y otros. Orquesta Sinfónica de Bilbao, Coro de la ABAO. Dirección de escena: Stefano Monti. Dirección musical: Henrik Nànasi.
La ABAO elige cada uno un título al que añade una función más a las cuatro habituales siendo esta la función conocida como Opera Berri y que nació con la idea de dar una oportunidad a cantantes jóvenes asumiendo papeles protagónicos. Con el tiempo esta función es cada vez menos berri (nueva, en euskera) y más homologable al segundo reparto de otros teatros. Porque, por ejemplo, la soprano protagonista de esta función ha sido Carmén Solis, que solo hace un mes fue la titular de la verdiana Alzira dentro de esta misma temporada y mujer con una importante trayectoria en teatros de primer nivel.
Dada que existe y han podido leer la atinada reseña de Alejandro Martínez sobre la función del pasado martes, 24, poco que añadir a las cuestiones ahí expuestas, es decir, otros protagonistas, orquesta, batuta y puesta en escena. Por ello me centraré en los tres aspectos novedosos de esta función.
Permítaseme comenzar por una noticia estupenda. Un servidor, fiel a la temporada de Bilbao desde hace casi cuarenta años, sabe de los problemas que tras la pandemia está viviendo una entidad privada como la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) con pérdida de socios y consiguientes problemas económicos graves vividas, además de los avatares vividos en las dos últimas temporadas que han provocado zozobra y desilusión entre el aficionado bilbaíno y vasco. Por ello, que ayer se colocara el cartel de No hay entradas solo puede ser motivo de alegría. Ni se el tiempo que no veía el Palacio Euskalduna hasta la bandera, con un ambiente de alegría y expectación minutos antes del comienzo de la función que te alegraba el cuerpo.
Opera Berri ofrece los títulos con un 50% de descuento en su precio de taquilla lo que, dadas las circunstancias sociales y económicas, no es asunto baladí. Por ello, en estas funciones se ve un público distinto con muchos de ellos fotografiando el recinto y a sí mismo junto a la cartelería, en sus butacas y similares; además se oyen comentarios de gente novel en esto de ir a la ópera, lo que siempre añade frescura a un público que, no nos engañemos, peca en ocasiones de acartonado y rígido. Me alegro muchísimo por el éxito popular y ojalá ese público que se interesaba en el stand de la ABAO situado a la entrada del palacio suponga, cara a un futuro inmediato, el aumento de la masa social de la entidad y poder recuperar o al menos acercarnos a los números de antaño.
En la parte artística la gran noticia fue la labor de Carmen Solís como protagonista. Ella podía haber sido la titular del primer reparto sin problema alguno; su Cio-Cio-San es racial, rasgada, plena de personalidad y carácter. Vocalmente su entrada, cantada en gran parte desde el exterior de escena mostró alguna duda pero desde el célebre Un bel dí vedremo todo cambió para mostrar una voz bien proyectada, de volumen notable y con una interpretación dramática creíble. La evolución de su velada caminó hacia la excelencia hasta el éxtasis final y Solís fue premiada por una ovación que hacía tiempo no escuchábamos en Bilbao, más que merecida y que llegó a emocionar a la extremeña.
El otro cambio con respecto al plantel titular fue el vizcaíno Javier Tomé que tuvo que asumir el ingrato papel de Pinkerton. Tomé enseñó un agudo relativamente fácil aunque al final del dúo del acto I optó por la partitura y no por la tradición. En ocasiones la voz es proyectada de forma aparentemente forzada pero lo cierto es que no estuvo nada mal el debut en casa. Del resto solo comentar el buen nivel general y que con respecto a la función ordinaria que pude disfrutar días antes me convenció mucho Carmen Artaza en su Suzuki y la interpretación de Jorge Rodriguez-Norton (Goro).
Volvió a decepcionarme el habitualmente seguro coro de la ABAO y aquí sí quisiera mencionar mi absoluta perplejidad ante el hecho confirmado de que el coro a bocca chiusa se amplificara y además de forma bastante chapucera, como también se amplificó gran parte de la escena coral de la entrada de Butterfly en escena, en el acto I. Me parece inaudito que los mismos que para otras cosas se presentan como los guardianes de la santa tradición permitan semejante dislate.
En definitiva, una función que, a pesar de todo, sirvió para hacer afición. El próximo curso la ópera elegida para Opera Berri es Cosí fan tutte, de Wolfgang Amadeus Mozart. Esperemos que se repita el éxito de este año.
