Wunderlich 

La voz de plata. 50 años sin Fritz Wunderlich 

Hace ya cincuenta años el mundo de la lírica sufrió una de las pérdidas más dramáticas y lloradas de su historia: el tenor alemán Fritz Wunderlich falleció con sólo treinta y cinco años de edad, al caer por una escalera y perdiendo la vida al día siguiente. La trayectoria profesional de Wunderlich hasta entonces había sido meteórica. Dotado con un instrumento extraordinario, limpio, brillante y homogéneo, su voz era como un reflejo constantemente plateado. De canto fácil, legato ejemplar y emotividad a flor de piel, era imposible no conectar con sus interpretaciones.
 
Había nacido en 1930 en una familia modesta de Kusel, en Renania. Su padre dirigía un coro y su madre era violinista. Siendo un niño aprendió a tocar el piano y el acordeón. Cantaba también en la panadería donde ganó sus primeros sueldos. Había empezado a estudiar trompa pero su voz llamó la atención de una maestra y rápidamente se dedicó al canto en la escuela de música de Friburgo 
 
Su carrera fue fulgurante: debutó en la Staatsoper de Stuttgart, en un pequeño papel en Los maestros cantores de Núremberg. Allí mismo asumió su primer papel principal, con la parte de Tamino en La flauta mágica, sustituyendo a Josef Traxel. La historia merece contarse: Traxel no estaba indispuesto, como anunció, sino que se había confabulado con Wolfgang Windgassen, el Tamino del otro reparto, para dar esa ocasión a Wunderlich. A partir de entonces, Wunderlich estuvo en boca de todos. Su debut en Salzburgo llegó poco después, como Morosus en La mujer silenciosa de Richard Strauss, bajo la batuta de Karl Böhm. En 1960, con sólo treinta años, llegó a la Ópera de Múnich, donde entre otros títulos interpretó una célebre Traviata junto a Teresa Stratas y un Eugene Onegin al lado de Serena Jurinac y Hermann Prey. Un año después llegaba al Teatro Colón de Buenos Aires, donde participó en tres títulos: El rapto en el serrallo, La mujer silenciosa y El caballero de la rosa. Karajan le contrató la temporada siguiente en Viena. Allí participó, durante tres temporadas, en Capriccio, Daphne, El holandés errante, La mujer sin sombra, El caballero de la rosa, El turco en Italia, El rapto en el serrallo, Palestrina, La flauta mágica, Don Giovanni, El barbero de Sevilla, Jephta y Salome
 
En 1966 tenía previsto debutar en el Metropolitan de Nueva York, como Tamino en La flauta mágica. Durante unas vacaciones en septiembre de ese mismo año, en casa de un amigo, cayó por las escaleras y quedó gravemente herido. Falleció al día siguiente en la Clínica Universitaria de Heidelberg, a pocos días de cumplir los 36 años de edad. En 2006 se estrenó una película sobre su vida (Fritz Wunderlich. Life and Legend) y un año antes se había editado una biografía sobre él (El fenómeno Fritz Wunderlich de J. Puttkammer). Su pérdida fue todo un mazazo. Wunderlich lo tenía todo por delante para seguir triunfando. Sin duda estaba destinado a ser uno de los mejores tenores del siglo XX.