Bamberger Symphoniker MichaelTrippel 

Bamberg, una ciudad alrededor de una orquesta

Elevada sobre siete colinas, lo mismo que la legendaria Roma, y Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993, la ciudad de Bamberg no sólo es una joya por su arquitectura sino por la singular predisposición cultural de su ciudadanía. Si bien pasear por sus calles es lo más parecido a recorrer los pasillos de un museo, lo verdaderamente fascinante de esta población es la devoción y entrega con la que sus ciudadanos siguen el día a día de su orquesta sinfónica, hasta un punto tal en que podría decirse que Bamberg no es otra cosa que una ciudad girando alrededor de una orquesta. Las cifras hablan por sí solas: 6.000 personas, un diez por ciento de la población total de la ciudad, poseen un abono para los conciertos de la Sinfónica de Bamberg.

En 2016 la Sinfónica de Bamberg ha celebrado los primeros 70 años de su historia, coincidiendo con el arranque de una nueva etapa con el joven director hecho Jakub Hrůša (Brno, 1981) como nuevo director titular, cerrando de algún modo un círculo simbólico: y es que lo mismo que los orígenes de la trayectoria profesional de Hrusa están en Praga, en su caso al lado de Jiří Bělohlávek, las raíces de esta orquesta se remontan también a la capital checa, donde nació en 1946 denominada entonces Orquesta Filarmónica Alemana de Praga. 

Hay que remontarse al contexto de la Segunda Guerra Mundial para entender esta singular circunstancia. Antes de la anexión de los Sudetes por la Alemania de Hitler, Praga era todavía una gran capital centroeuropea en el mundo de entreguerras, en una Europa en la que los intercambios culturales entre Viena, Bohemia, Moravia y el sur de Alemania eran constantes. Desde comienzos de los años treinta, Praga fue de hecho lugar de acogida para multitud de judíos refugiados de la Alemania nazi. Entre ellos se contaban numerosos intelectuales y músicos. Junto con miembros de Filarmónica Checa, algunos de estos refugiados alemanes dieron forma a una nueva orquesta, llamada Orquesta Filarmónica Alemana de Praga y que se emparentaba de hecho con la preexistente Orquesta de la Ópera Alemana de Praga, la misma que estaba en el foso del Teatro Estatal de Praga cuando se estrenó el Don Giovanni de Mozart en 1787.

Sea como fuere término de la Segunda Guerra Mundial, y bajo los efectos de los Decretos de Beneš, estos músicos alemanes se vieron forzados a dejar Checoslovaquia y reclamaron en la ciudad de Bamberg. Fue así como en 1946 la Orquesta Filarmónica Alemana de Praga fue refundada como la Orquesta Sinfónica de Bamberg. En 1940 Joseph Keilbert había sido designado director musical titular de la Orquesta Filarmónica Alemana de Praga, de acuerdo con las autoridades ocupantes. A partir de 1949 y hasta 1968 Keilbert ejerció también como primer director titular de la Sinfónica de Bamberg. Ciertamente los inicios de la formación están indisolublemente ligados a la presencia de grandes maestros como Joseph Keilberth o Eugen Jochum, que fue su director titular entre 1969 y 1973. 

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