En el 65 aniversario del debut de Victoria de los Ángeles en el Metropolitan de Nueva York
El 17 de marzo de 1951, Victoria de los Ángeles actuó por primera vez en el Metropolitan Opera de Nueva York, al año siguiente de hacerlo en La Scala de Milán y el Covent Garden de Londres. Debutó cantando Faust, acompañada por Eugene Conley como Faust y Jerome Hines como Méphistophélès. Después de esta función, el crítico Virgil Thomson se deshizo en elogios hacia la Marguerite de la soprano, destacando su juventud (tenía sólo veintiséis años):
Proyectó el texto tan claramente como lo hizo con la línea musical, y actuó con una delicada intensidad absolutamente inusual en este escenario. Su canto bello y seguro estuvo caracterizado por una concentración similar en la excelencia y la ausencia de efectismos. [...] Pienso que tiene todos los rasgos de una gran estrella: técnica, musicalidad, sinceridad y una personalidad fuerte y cálida en escena. [...] Anoche hizo que todos los artistas sobre el escenario parecieran poco más que aficionados, tanto musical como dramáticamente.
Pocos días después cantó Madama Butterfly también con Eugene Conley como Pinkerton y dos funciones de La Bohème con Giuseppe di Stefano en el papel de Rodolfo. Esa misma primavera fue de gira con la compañía (que incluía también Richard Tucker y Cesare Siepi), que ofreció nueve funciones de estas tres óperas en ciudades como Baltimore, Houston o Boston.
Aquella fue la primera de diez temporadas de éxitos en el Met. La temporada 51/52 regresó con Cio-Cio-San y Mimì y debutó como Condesa de Almaviva, cantando cuatro de las diez funciones de Las bodas de Fígaro programadas. Según se deduce de su crítica para el New York Times, Noel Strauss no disfrutó mucho con la primera función, en la que debutaban en el teatro la mayor parte de los papeles principales; aún así, destacó la actuación de Victoria de los Ángeles:
Más recomendable, en general, fue la Condesa de la señorita De los Ángeles, cuyo canto fue a menudo de primera calidad, excepto en los extremos superior e inferior de la tesitura, donde las notas perdieron calidad.
Aquel año Victoria de los Ángeles debutó dos papeles más: Micaela en Carmen y la Manon de Massenet, un estreno cubierto para Musical America por Cecil Smith:
Su interpretación en el dúo de San Sulpice [con Giuseppe di Stefano como Des Grieux] dio a este fragmento una altura musical y teatral como no hemos visto por aquí en los últimos años.
A partir de ahí se sucedieron los estrenos, que se añadían a los títulos que se iban repitiendo. La temporada 52/53 debutó como Eva en Los maestros cantores de Nuremberg y la temporada siguiente como Mélisande y como Rosina en El barbero de Sevilla, entusiasmando a John Briggs, el crítico del New York Times:
La señorita De los Ángeles es la mejor Rosina vista y oída en el Metropolitan en muchos, muchos años. Esta exquisita, inteligente y sincera artista ha hecho muy buenas interpretaciones en otros papeles pero su Rosina es especial. Esta parte podría haber sido escrita expresamente para ella.
Las dos temporadas siguientes, Victoria de los Ángeles volvió a Nueva York para cantar los títulos que la habían consagrado: Faust, Madama Butterfly, Pelléas et Mélisande, Le nozze di Figaro, La Bohème, y Die Meistersinger von Nürnberg, y la 57 / 58 estrenó dos títulos más: La Traviata y Otello. Joy S. Harrison, crítico del Herald Tribune, después de decir que el debut como Violetta no había sido la mejor noche de la soprano en el teatro, añadía:
Aún así, los méritos de la señorita De los Ángeles son tantos que su "no tan bien" es infinitamente preferible al "muy bien" de cientos de sopranos; por su manera de hacer con la melodía, su elegancia en el fraseo y la delicadeza de su color, es una de las glorias de la ópera contemporánea.
Del Otello, Ronald Eyer destacaba que el trío protagonista, es decir, Mario del Monaco, Victoria de los Ángeles y Leonard Warren, habían rozado la perfección, y añadía:
En su Desdemona, Victoria de los Ángeles enfatiza las cualidades de dulzura, bondad malinterpretada y piedad religiosa que llegaron naturalmente a su punto máximo en la canción del sauce y el Ave María del último acto, ofreciendo el canto más bello de la noche.
Aquella temporada 57/58 fue también su despedida en el papel de Marguerite, completando veintidós ocho funciones desde su debut. Las dos temporadas siguientes volvió a papeles que ya había cantado previamente y la siguiente, la 60/61, cantó dos nuevos títulos: Tannhäuser y Martha. Del primero decía Robert Sabin en Musical America:
Aquellos de nosotros que escuchamos la radiante interpretación que Victoria de los Ángeles hizo de Eva en los Maestros cantores hace algunos años en el Metropolitan teníamos grandes expectativas acerca de su primera Elisabeth en Tannhäuser y no quedamos decepcionados. Vocalmente, su aproximación al papel fue en todo momento lírica, incluso en el Dich, teure Halle y su cautivador sonido durante toda la noche fue un tributo a la escritura vocal de Wagner y a su propia figura.
Victoria de los Ángeles sólo cantó una función de Tannhäuser y compartió debut como Elisabeth con otra gran soprano, Birgitt Nilsson. Muchas más funciones cantó del otro debut, Martha: siete en Nueva York y once en gira. Esta será la última crítica que mencionaremos, también de Robert Sabin:
Entre los cantantes, la señorita De los Ángeles fue, por supuesto, la más exquisita. En un estado vocal soberbio, más allá de algunas notas agudas tensas, sacó el máximo partido a la música tanto en sus solos como en los conjuntos. Su Last Rose of Summer fue como para enternecer el corazón de todos, excepto el de Lionel.
Aquella temporada fue la última de Victoria de los Ángeles en el Met. Su última función en Nueva York fue el 13 de abril de 1961, la última con la compañía el 29 de mayo en el O'Keefe Center de Toronto; había cantado trece papeles en casi ciento sesenta actuaciones. A partir de entonces, prefirió no pasar tanto tiempo tan lejos de casa y la familia y actuó sobre todo en Europa.
La soprano fue una cantante muy querida en el Metropolitan, no sólo por los críticos, como podemos ver en las citas que hemos extraído, sino también por el público y sus colegas. La soprano Lizia Albanese promovió un homenaje a Victoria hace unos años pero la cantante no se encontró bien para viajar en aquella ocasión y los actos se aplazaron. Por desgracia ya no fue posible hacerlo en vida pero este año, coincidiendo con el 65 aniversario del debut de Victoria de los Ángeles en el Metropolitan, el teatro le hará el merecido homenaje. Le dedicará la función del 17 de marzo, la fecha de su debut, que coincide con la representación de Madama Butterfly, un título que interpretó veintitrés tres veces al teatro. El homenaje tendrá también difusión en las redes sociales y se completará con la emisión a través de la emisora de radio del Metropolitan de la función de La Bohème del 11 de marzo de 1961 y de la proyección del documental Brava, Victòria!, dirigido por Maria Gorgues, en varios conservatorios en Estados Unidos.
* Fuentes: Fundación Victoria de los Ángeles, www.metoperafamily.org