LA FLAUTA MAGICA opera oviedo 2021

Una flauta no tan mágica

Oviedo. 8/10/2021. Teatro Campoamor. Mozart: La flauta mágica. Jaquelina Livieri (Pamina). Airam Hernández (Tamino). Manel Esteve (Papageno). Reinhard Hagen (Sarastro). Serena Sánez (La reina de la noche). Sofia Esparza (Papagena). Coro Intermezzo. Orquesta Oviedo Filarmonía. Dirección de escena: Albert Estany. Dirección Musical: Lucas Macías.

Estrenada tan sólo dos meses antes de su muerte, La flauta mágica es -sin lugar a duda- una de las obras más geniales de entre todas las compuestas por Mozart. Uno de esos títulos ampliamente conocidos por el público actual y que, en muchas ocasiones, sirve también como primer punto de contacto con el género. Así las cosas, la Ópera de Oviedo sumaba ya un considerable número de temporadas sin programar el título hasta que el pasado viernes volvió a las tablas como segundo título de la temporada 21/22.

Bien es cierto que, si el título en sí es más que atractivo, la propuesta escénica elegida por la Ópera de Oviedo no lo fue para nada. Poco puede hacerse, entiendo, con pocos medios, pues Albert Estany se vio obligado a reciclar la escena que vimos hace algunas temporadas con Pagliacci y Una tragedia florentina y que consiste en una réplica del propio Teatro Campoamor, empujando a los personajes de esta Flauta a convertirse en trabajadores del teatro: técnicos, divas, directores de orquesta… Una propuesta totalmente desajustada a la propia obra y carente tanto de interés visual como narrativo. La descontextualización de la acción y lo banal de los decorados destruyó, en suma, el universo mágico y cargado de simbolismo ideado por Schikaneder.

Desde el punto de vista de elenco, sin embargo, lo cierto es que el título se defendió con mucho acierto, contando con nombres interesantes y con notable proyección de futuro, que siempre es enriquecedor ver en teatros como el de Oviedo. Ese fue el caso, sin ir más lejos, de la Pamina de Jaquelina Livieri, dueña de un instrumento realmente llamativo por su amplitud y color y que se situó, junto con el irreprochable Papageno de Manel Esteve, entre lo mejor de la noche. Serena Sáenz, por su parte, abordó con oficio el complejo y expuesto rol de la Reina de la noche, emitiendo algunos sonidos un tanto escorados en sus dos arias, pero dejando también entrever unos medios de calidad y una desenvoltura escénica envidiable.

Del Tamino de Airam Hernández destaca su belleza tímbrica, unida a su buen caudal sonoro al que, por momentos, podría llegar a demandársele una mayor capacidad de matización que terminara por redondear su entrega. El Sarastro de Reinhard Hagen, por su parte, no terminó por convencer totalmente en el apartado vocal, con un O Isis und Osiris totalmente descafeinado. Cerrando los roles protagónicos, cabe destacar a Sofía Esparza, cuya presencia como Papagena resultó verdaderamente acertada, dejándonos con ganas de escucharla en un rol de mayor entidad.

La Oviedo Filarmonía, con la batuta de Lucas Macías terminó, amén de unos primeros compases ciertamente caóticos, por sellar una noche correcta en la que fue de menos a más. Asimismo, el Coro Intermezzo, tras su gran labor en el Nabucco, demostró un gran nivel y se demuestra como un valor seguro para el resto de títulos programados para la temporada.

Foto: Ópera de Oviedo.