Bayreuth Baroque 2022 Max Cencic Gala c Bayreuth media 8

Cuatro décadas de excelencia

Bayreuth 10/09/22. Markgräfliches Opernhaus Bayreuth. Obras de G. F. Händel. Armonia Atenea. Dir. Mus.: G. Petrou. Max Emanuel Cencic, contratenor.

El veterano y polifacético contratenor croata Max Emanuel Cencic celebró sus cuarenta años en los escenarios con un recital dedicado a la figura de Senesino.

El castrato más famoso de la historia de la ópera, con permiso de Farinelli, fue la estrella vocal europea mejor pagada de su época y fue con Händel donde su fama se vio elevada al mito histórico, que protagonizó varias de sus mejores óperas, con Giulio Cesare a la cabeza.

Cencic, director artístico del Bayreuth Baroque Festival, director de escena, dueño de la productora Parnassus, junto a su socio Georg Lang, y cantante de larga y dilatada carrera, con una ingente y admirable discografía, siempre ligado al barroco, es una personalidad clave del resurgir del barroco de las últimas décadas.

Su recital, junto a unos vibrantes y estilosos Armonia Atenea, con un enérgico George Petrou al frente, fue de una inteligencia de medios y elegancia en las prestaciones propias de un artista veterano a la vuelta ya de una exitosa carrera internacional.

El timbre, siempre terso y cálido, ha perdido brillo y la proyección, ajustada, se pliega a una emisión limitada pero suficiente. La técnica, siempre pulida, el canto expresivo, el fraseo impecable y el control de los reguladores, sobretodo en arias introspectivas o de carácter dulce y metafórico, como la inefable “Va tacito” del Giulio Cesare, fueron un modelo de estilo y precisión. 

Cencic combinó una primera parte con un aria inicial y una final de repertorio brillante y efectista. Enamoró con la inefable “Ombra cara” de Radamisto y concluyó con “Agitato da fiere tempeste” del Riccardo Primo, donde demostró todavía capacidad para la bravura pese a lo mate del color y un apoyo de ajustada eficiencia.

En la segunda parte fue donde entregó lo mejor de su canto, con un “Stile amare” de la ópera Tolomeo, trufado de expresión, colores y sentimiento. 

Sorprendió la hermosura de la orquestación del aria “Se la mia vita” de la ópera Ezio, de las menos interpretadas del repertorio de Händel en los escenarios internacionales. Aquí Cencic estuvo a la altura del virtuosismo hedónico de la partitura en un aria donde Armonia Atenea lució colores, matices y preciosismo instrumental con un Petrou que exprimió al máximo las virtudes de la particella. Se lucieron los trompistas, por cierto dos españoles: Guillermo Pérez Izquierdo y Miguel Marín, así como las dos flautas de pico: Dimitros Vamvas y Styliani Nikolaidi y el concertino Sergi Nastasa. 

Con la temperamental “Vile, se mi dai vita” de la ópera Radamisto, donde Cencic dio ya muestras de cansancio vocal, se cerró una noche construida con elegancia, profesionalidad e inteligencia artística por uno de los contratenores más influyentes de los últimas décadas. Artista consumado y polifacético como pocos.

Un efusivo y sobretodo cariñoso público ovacionó al solista y orquesta. Cencic coronó el recital con un único bis, la hermosa aria di bravura de Bertarido: “Se fiera belva”, de la Rodelinda handeliana. Un final a la altura de la noche y un pirotécnico y festivo cierre, ideal como auto-homenaje a toda una carrera.

Foto: © Bayreuth.media