Todos los caminos conducen a Roma
Rávena, 01/06/24. Ravenna Festival. Basílica de San Vitale. Homenaje al compositor Vicente Lusitano. Obras de Lusitano, Danckerts, Vicentino, de Cristo, Palestrina y Victoria. The Marian Consort. Rory McCleery, director musical.
Rávena, 02/06/24, Ravenna Festival. Basílica de San Francisco Obras de Victoria, de Cristo, Phinot y Aleotti. The Marian Consort. Rory McCleery, director musical.
Todos los caminos conducen a Roma... o al Festival de Rávena durante dos meses, del 9 de mayo al 9 de julio (con un apéndice, dedicado este año a la música barroca, en noviembre). El Ravenna Festival (como se denomina), que celebra este año su 35º aniversario desde su fundación por Cristina Mazzavillani Muti, forma parte ineludible de las ofertas estivales que se ofrecen en distintas ciudades de Europa. El Festival ofrece un gran número de espectáculos para un variado público. Porque una de sus características fundamentales y que le hacen, en cierto modo, diferente, es que no está centrado en una expresión artística única, ni en un autor en particular, ni en una época concreta. La ciudad, famosa por ser un cruce de culturas, donde sus incomparables monumentos nos hablan de muchos de los pueblos que forjaron la historia de Europa, se abre a diversos eventos que van de la música clásica a la coral, a la danza, al jazz, al teatro… espectáculos para todos los gustos, de gran calidad pero que no disparan los precios en taquilla y que se desarrollan en diversos espacios de la ciudad y también de otras localidades de la zona. Y es que el eclecticismo que domina la programación se contagia a una ciudad, llena de joyas artísticas, pero que no quiere quedarse en eso, en un mero museo. Rávena quiere vida, para ella misma y sus habitantes sobre todo y para que también los visitantes que llegan hasta aquí descubran que detrás de los maravillosos mosaicos hay una oferta cultural variada y atractiva.
La oferta es tan plural que al visitante que se desplaza de fuera de Italia al Festival le es difícil elegir las fechas de su escapada. Personalmente, los conciertos dirigidos por maestros como Riccardo Muti o Simon Rattle eran reclamos muy atractivos, o también el recital de lied de Ian Bostridge y Julius Drake dedicado a Lord Byron en el bicentenario de su muerte. Finalmente me he decidido por dos espectáculos bien diferentes pero de gran interés: el concierto del conjunto vocal The Marian Consort, dedicado especialmente al compositor portugués Vicente Lusitano y sus contemporáneos (que tuvo un apéndice en la Iglesia de San Francisco con la interpretación de varias composiciones durante la misa del domingo dentro del programa del Festival denominado In Templo Domini) y el concierto de Kirill Petrenko dirigiendo a la Joven Orquesta Gustav Mahler para celebrar el bicentenario del nacimiento de Anton Bruckner con la interpretación de su Sinfonía nº 5.
Rory McCleery es el fundador y director de The Marian consort, especializado en la música renacentista. En el marco incomparable de la iglesia de San Vitale pudimos escuchar una maravillosa selección de piezas de compositores que como Lusitano vivieron y compusieron (y polemizaron con él) en algún momento de su vida en Roma, o que también eran portugueses. El conjunto conoce perfectamente el trabajo de Lusitano porque ya le dedicó un disco en 2022. El apellido de Vicente es desconocido: "lusitano" significa simplemente "portugués". Gran parte de los conocimientos sobre su vida se basan en la biografía de Barbosa Machado, del siglo XVIII y que nos cuenta que Vicente nació en Olivença (la Olivenza actual que forma parte de España), fue sacerdote de la orden de San Pedro y enseñó con gran éxito en Padua y Viterbo. Publicó un tratado, Introduttione felicissima, en Venecia en 1561, que fue traducido al portugués por Bernardo da Fonseca y publicado en Lisboa en 1603. Una de las fuentes de Barbosa Machado lo califica de mestizo (concretamente de pardo), lo que explicaría que se conociera tan poco de su biografía dado que era su piel era una excepción extrema en el cerrado mundo musical romano. Esta característica permitió titular el concierto como “Homenaje a Vicente Lusitano, primer compositor negro del siglo XVI”. Pero salvo el hecho de su sacerdocio y la impresión de su tratado italiano, ninguna de estas afirmaciones ha podido ser verificada todavía. Más se puede deducir de sus escritos y de la documentación relativa a su disputa con Nicola Vicentino en Roma en 1551. Este quizá el episodio más famoso de su vida, y fue una disputa sobre las formas de composición de la música religiosa que tuvo repercusión en toda Europa y en los compositores posteriores. Aunque el vencedor fue Lusitano, Vicentino influenció mucho más en la historia posterior de la música. En esa disputa intervino como juez Ghiselin Danckerts, compositor neerlandés afincado también en Roma. Todos estos autores acompañaron a Lusitano en el programa preparado por el conjunto británico, además de Tomás Luis de Victoria, Giovanni Pierluigi da Palestrina, y el portugues Dom Pedro de Cristo. Esto permitió comparar diversas formas de componer en un mismo siglo y la influencia, que pese a la controversia, Lusitano tuvo también a posteriori (el propio Vicentino admitió, con matices, el incuestionable arte del portugués).
De manera general, hay que resaltar la belleza de todas las piezas interpretadas pero destacaría la especial belleza de las interpretadas a cinco voces (The Marian Consort lo integran ocho cantantes y el director), como el Regina caeli, excelso, o el Sancta Mater interpretado por las voces más graves del conjunto. Sin olvidar Laetamini in Domino de Danckerts o el Ave Maria para 8 voces de Victoria. Las composiciones están ahí, en su increíble complejidad, esperando que un director como Rory McCleery las desenrede, las reinterprete con el bagaje que da conocer perfectamente cada obra, formando verdaderos juegos vocales perfectamente ejecutados gracias a sus constantes entradas, a sus cambios de volumen que llenan de vida a unas piezas que muchos podemos relacionar con algo monótono y repetitivo pero que son tremendamente cambiantes y emocionantes. Impecables todos los músicos que dieron una clase magistral de canto, especialmente esas voces femeninas, que tenían prohibido cantar en siglo XVI y que ahora realzan cada nota, en ese intento de llenar de alabanzas a Dios y especialmente a la Virgen.
Como comentaba más arriba. Al día siguiente, en la impresionante basílica de San Francisco pudimos volver a disfrutar The Marian Consort acompañando la misa dominical con piezas sobre todo del español Tomás Luís de Victoria. Especialmente su interpretación del Kyrie y el Gloria de la Missa Ave regina caelorum estremecieron a todos los presentes cerrando un paso por el Festival de altísimo nivel.
Fotos: © Marco Parollo