Lied, teatro y heterodoxia
Vilabertran. 24/08/2024. Schubertiada de Vilabertran. Canònica de Santa Maria de Vilabertran. Schubert: Winterreise. Johannes Martin Kränzle (barítono), Hiko Dumno (piano).
Vilabertran es un lugar en el Empordà, al nordeste de Catalunya, en que decir Winterreise es como decir La traviata.Por ello en la sesión informativa previa al recital Antoni Colomer hizo un repaso por los hasta doce (este era el decimotercero) Winterreise que se registran en la espléndida historia de este festival. Tal vez la ejecución que nos ofrecieron Johannes Martin Kränzle (voz) y Hilko Dumno (piano) de este ciclo (tan tardío que su segundo libro es póstumo) no sea la más brillante que se haya oído en estas tierras pero sin duda quedará como una ocasión singular por su enfoque interpretativo.
Las cartas quedaron boca arriba desde el Gute Nacht inicial. Tiempo ligero, accentos agresivos, teatralidad e ironía. Las estrofas segunda y tercera expresaban una creciente exasperación atajada por el tono alucinado de la última estrofa (Will dich im Traum nicht stören). Las mismas cartas que entraron en juego en Die Wetterfahne. Este enfoque, particularmente en lo que se refiere a los tempi, funcionaba como una apuesta: se ganan ciertas cosas y se pierden otras. En este sentido Erstarrung sonó atropellada y un tanto plana, lo que también sucedió con Wasserfluth.
Sin embargo unos graves espléndidamente timbrados y la tendencia de Kränzle a "explicar" las canciones dieron frutos excelentes en Irrlicht, y si bien es cierto que en Rast se acusó una tendencia general al mezzoforte y cierta ausencia de legato la dicción exquisita de Kränzle dio lugar a un Frühlingstraum estupendo.
La apuesta de Kränzle es, ante todo, terrenal. Nos cuenta la historia sin los accesos de transcendencia que tanta escuela han hecho en esta obra desde Hotter a Goerne pasando por el inevitable Dietrich Fischer-Dieskau.
El segundo libro no empezó tan bien como el primero, con una ejecución poco matizada de Hilko Dumno y un pequeño percance del cantante en la entrada. En Der greise Kopf el barítono desplegó una emisión estupendamente timbrada, aunque cierta limitación en la paleta de colores de los pasajes más ligados le restó intimismo a la cosa. El enfoque iba por otro lugar, como mostraron Der stürmische Morgen y Täuschung, hábilmente empalmadas sin pausa (como también sucedió entre Das Wirtshaus y Muth). Faltó algo de intimidad en Der Wegweiser, no así en un Die Nebensonnen intenso, expresivo y matizado. Concluyó con un Der Leiermann en que, curiosamente, nuestro cantante no ejecutó el regulador consignado al piano en la partitura -de gran efecto expresivo-, tal vez por ciertos problemas respiratorios.
Durante un viaje como este suceden muchas cosas. En este caso, momentos excelentes y también ciertas limitaciones. El Winterreise de Kränzle y Dumno no hace concesiones a la depresión ni a la transcendencia. Sí en cambio al humor y a la locura. Johannes Martin Kränzle ha hecho una importante carrera operística en que brillan papeles como Don Alfonso (Così fan tutte), Papageno (Die Zauberflöte) y Beckmesser (Die Meistersinger von Nürnberg), además de importantes incursiones en la ópera del siglo XX (Weill, Henze, Rihm): mucho teatro y bastante humor, pero poco bel canto. Más allá de consideraciones intelectuales y estilísticas sobre como debería de enfocarse una obra como esta, la apuesta de Kränzle responde inteligentemente a las cualidades del cantante, apuesta en la cual Hilko Dumno le sigue fielmente para bien y para mal.
La dicción de este cantante es excelente. Tampoco anda nada falto de expresividad. A cambio tiene cierta dificultad (tal vez debida a las propias condiciones del cantante, tal vez debida a la edad) para sostener dinámicas delicadas en la zona alta de su tesitura. El resultado es un Winterreise desacralizado, idea que se agradece más en el primer libro que en el segundo dado que la propia partitura y el texto sugieren una progresiva caída en la depresión. Kränzle prefirió ejercer de narrador que cortarse las venas, dando lugar a una velada nada convencional pero muy gratificante, incluso brillante.
Fotos: © David Borrat