© Javier del Real | Teatro Real
Y después del apagón, volar
Madrid. 01/05/2025. Teatro Real. Händel: Jephtha. Michael Spyres. Joyce Di Donato. Melisa Petit. Cody Quattlebaum. Jasmin White. Anna Piroli. Il Pomo d´Oro. Francesco Corti, dirección musical.
El aria ‘waft her, angels, through the skies’ es uno de los momentos más conmovedores del oratorio Jephtha, una de las arias mas hermosas escritas por Haendel y, por lo tanto, de la historia de la música. La canta el protagonista en el acto tercero de la obra como plegaria de despedida ante la resignación de Jephtha de entregar a su hija Iphis como sacrificio. Haendel, combinando un ingrávido ritmo apuntillado con constante cambio de cuerda que hace que el diseño siempre tenga onda y elevación, un pico culminante que termina en un expresivísimo salto descendente de séptima, y una coronación de duplas de dos notas en terceras que suben y suben (como los ángeles del texto), hace que sintamos las alas de esos ángeles acariciarnos hasta casi hacernos llorar al escuchar tanta belleza.
Es una de las maravillas del último oratorio compuesto por Haendel en 1751, cuando se estaba quedando ciego; llegando el compositor a anotar en la partitura que no podía seguir componiendo porque estaba perdiendo la vista de su ojo izquierdo.
Hay muchos momentos que tocan el alma, instantes de desolación infinita, de soledad; con maravillosos momentos de silencios estratégicamente colocados, de sinuosas y quebradas líneas melódicas… es un Haendel magistral que da una última vuelta de tuerca a su modo de hacer y sorprende incluso haciendo escuchar al futuro Mendelssohn en el coro ‘Cherub and serahim’, anticipándolo con su escritura de articulación nítida y textura alada.
Maravillas que vinieron servidas además de forma magnífica, quasi referencial, en la versión concierto que se ha desarrollado en el Teatro Real. Empezando por el reparto vocal, tuvimos la suerte de contar con Michael Spyres de protagonista, tenor de voz plena, extensa, de una rara riqueza en este repertorio, estupendamente emitida, de sobrada agilidad resolviendo perfectamente las exigencias en este sentido de la partitura, y dando al personaje el aire guerrero, de prestancia, de personalidad y eminencia que el rol requiere. Spyres además consiguió arrebatarnos en el citado aria ‘Wartberg her, angels, through The skies’ demostrando un estupendo control vocal y de matización.

Toda una sorpresa la soprano Melissa Petit que tiene una fácil, timbrada y cascabeleante voz que encajó de forma perfecta con el personaje de Iphis, la dulce y gentil hija de Jephtha. Pero es que, además, Petit canta muy bonito y emotivo, y sabe regular bien su voz, consiguiendo de esta forma sobresalir de forma perfecta con la preciosa aria ‘Tune the soft melodious lute’ llena de pureza, dulzura y carácter pastoral con la flauta obligada.
Cody Quattlebaum mostró una bella voz sana de bajo barítono, homogénea y de buenos armónicos cantando el personaje de Zebul; y Jasmin White también tuvo una buena prestación como Hamor, a pesar de su titubeante comienzo. Eficaz el Ángel de Anna Piroli en su intervención saliéndose como integrante del coro.
Francesco Corti volvió a destacar una vez más con su dirección por su conocimiento y riqueza musical, ofreciendo una Interpretación muy refinada del oratorio, estilizada, escuchándose todos los planos con una meridiana y asombrosa claridad. Con unos tempi siempre acertados y expresivos, y una constante preocupación por evitar la rutina, Corti va desgranando la música con una narrativa siempre presente, aderezando su interpretación siempre con estimulantes fraseos y direcciones, y consiguiendo que todos los intérpretes se muevan milimétricamente con lo que él demanda.
Pero todo esto no hubiese sido posible sin la extraordinaria prestación del Coro y Orquesta Il Pomo D’ Oro. Es realmente difícil hacerlo mejor. La limpieza, disciplina y efectividad técnica de ambos conjuntos es impresionante, pero es que además consiguen emocionar con su extraordinaria y sobria labor musical, del primero al último componente. El empaste entre los distintos integrantes del grupo instrumental o coral, es singular, como lo es el mimo en el sonido, de una tersura y belleza únicas. Solo decir que hubiese estado bien un número algo mayor de componentes en la cuerda al tocar en el foso.
En definitiva: Corti, Il Pomo D’Oro y un magnífico reparto, han conseguido una extraordinaria velada para un oratorio de ensueño; hay que dar gracias al Teatro Real por la inclusión de este evento en su programación. Después del ‘apagón’ general del lunes pasado vienen muy bien las ‘luces’ tan bien puestas, y uno no puede evitar pensar que, escuchando así a Haendel, el Teatro Real se merece ya una nueva etapa en la interpretación barroca, fuera de términos medios, de lecturas templadas o, directamente, y en algún caso, anodinas. Es una buena oportunidad para dar, en este sentido, otra vuelta también de tuerca, y que interpretaciones como la que tuvimos de Jephtha abunden y nos hagan volar como nos dice la inolvidable aria del protagonista anteriormente citada: “llevadla, ángeles, por los cielos, muy por encima del azul firmamento, donde reinan los goces eternos. Llevadla, y volad por los cielos”.
Fotos: © Javier del Real