© Toti Ferrer
La madurez
Peralada. 4 de julio de 2025. Esglesia del Carme. Joyce di Donato, mezzosoprano. Craig Terry, piano
Joyce DiDonato es una artista notable que ha conseguido, mediante sus actuaciones, una relación muy fluida con el público catalán. Su carrera se ha desarrollado brillantemente alrededor de un repertorio que incluye a Händel, Haydn, Mozart y Rossini por mencionar sólo a autores que figuraban en la programación del recital que se desarrolló el otro dia en Peralada y que da motivo a esta crónica. En su trayectoria en el Liceu figuran títulos como Agrippina, La Cenerentola, I Capuletti e i Montecchi, Maria Stuarda, Nabucco y Cendrillon, aparte de varios recitales. El público estaba, por tanto, ganado de inicio como suele suceder con cantantes de esta categoría.
Para la ocasión, DiDonato planteaba un repertorio hasta cierto punto ecléctico. Aparte de los autores mencionados teníamos a otros muy poco relacionados con ellos como Debussy, Alma Mahler o Bizet. Todo ello acompañado por el pianista Craig Terry.
La verdad es que en las Les chansons de Bilitis de Debussy, que introducían el programa, DiDonato se mostró bastante fría vocalmente y la temperatura colectiva tampoco subió mucho en ese momento, tal vez porque con el calor que nos asola es difícil calentar cualquier cosa. No hubo mucha claridad expresiva, la voz no parecía desplegar todas sus posibilidades y no fue un inicio brillante, como suele suceder en este tipo de recitales. En la segunda canción la artista empezó a desplegar voz pero justamente se hizo presente un problema que nos acompañó toda la noche. En la octava alta se repitieron sonidos de entonación oscilante, sonoridades entre fibrosas y fijas que, aunque DiDonato fue ganando dominio de la escena a medida que la cosa avanzaba, no nos abandonaron en toda la noche.
Con las canciones de Alma Mahler las cosas fueron bastante mejor a nivel vocal, la cantante se sentía mucho más cómoda en la tesitura y cantó con una dicción alemana muy clara y convincente. Alguno de los problemas mencionados anteriormente persistió pero el canto fue expresivo y la ejecución en general fue satisfactoria. Y la artista y su relación con el público, que no es un tema despreciable, fue carismática y comunicativa como lo seguiría siendo más adelante.
Cuando nos visitó Haydn, mucho más congenial a la cantante, pudimos disfrutar de unos recitativos magníficamente escandidos, expresivos y con gran fraseo, lo cual no pudo eliminar los problemas mencionados en la octava alta.
La segunda parte se inició con Ombra mai fu sin recitativo, bien cantada aunque la acústica vaporosa no favoreciera mucho la labor del pianista. Pieza corta que nos llevaba a lo que podía ser un plato más suculento como es el aria de Tancredi, famosísima en su época, Di tanti palpiti. Aparte de la excelencia en el recitativo y las limitaciones en la octava alta, ambas cosas ya consignadas, DiDonato ofreció aquí buen gusto y precisión en las ornamentaciones.
A continuación tenía que venir La clemenza di Tito, pero por alguno motivo que la cantante intentó justificar en la presentación (habló bastante en general) la pieza fue substituida por el aria de Isabella en L´Italiana in Algeri. Aquí, aparte de confirmarse muchas de las cosas ya dichas, se vio claro que los agudos de DiDonato mejoraban mucho cuando eran atacados directamente (por estar más y mejor apoyados), lo cual no evitó un final un tanto sufrido.
Para acabar el programa propiamente dicho pudimos disfrutar de una Habanera de Carmen sutilmente matizada no solo por ella sino también por el pianista. La tanda de bises empezó con Los pájaros perdidos de Astor Piazzolla, en un castellano poco natural pero exhibiendo una estupenda octava baja y acabó con I love the piano, de Irving Berlin, ya con DiDonato muy suelta y un largo solo de piano de lucimiento que podría haber sido expuesto con mayor claridad.
Es probable que Joyce DiDonato no esté en plenitud vocal. Eso pareció, y no me corresponde precisar si esto era un problema pasajero o un estado permanente derivado de la edad. Sí que es cierto, sin embargo, que es una cantante que sabe frasear y que fue mediante esto que logró los momentos más convincentes de la velada.
Fotos: ©Toti Ferrer