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Una creación magistral 

Niza. 07/10/2025. Opéra Nice Côte d’Azur. Glass: Satyagraha.  Sahy Ratya (Gandhi), Julie Robard-Gendre (Katsurbaï et Mrs Alexander), Melody Louledjian (Miss Schlessen), Karen Vourc’h (Mrs Naidoo), Jean-Luc Ballestra (Parsi Rustomji & Lord Krishna) y otros. Léo Warinsky, dirección musical. Lucinda Childs, dirección de escena.

La nueva producción de Satyagraha de Philip Glass, representada del 3 al 7 de octubre en la Ópera Nice Côte d'Azur, fue un verdadero acontecimiento: se trataba del estreno francés de esta ópera mayor de Philip Glass, y la Ópera de Nice había vuelto a adelantarse una vez más a la prestigiosa institución parisina para honrarla. Para llevar a cabo esta obra, la Ópera recurrió a artistas familiarizados con el universo de Glass y su escena, comenzando por Lucinda Childs, leyenda de la danza y la puesta en escena, que ya había impresionado al público de Niza con su producción de Akhnaten en 2020. Su enfoque fue de una serenidad y una armonía magistrales, creando un contraste poderoso con los raros momentos de confrontación, y su trabajo coreográfico se fusionó a la perfección con las otras artes en escena.

La experiencia visual estuvo a cargo de un equipo de ensueño, con Bruno de Lavenère en la escenografía y el vestuario, quien optó por una fuerte oposición simbólica: la blancura de los vestuarios de los partidarios de Gandhi, fascinante y pura, se oponía a los colonos sudafricanos vestidos de negro. David Debrinay, en la iluminación, realzó idealmente estos decorados y vestuarios, contribuyendo a la atmósfera onírica. Y Etienne Guiol, en el vídeo, vistió la sala con proyecciones de vídeo a 360 grados, creando un verdadero espectáculo inmersivo de alto nivel que sumergía al espectador en el universo del drama.

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La fuerza de esta producción de Satyagraha residió en la alquimia perfecta y el compromiso total de cada miembro del reparto, formando un conjunto homogéneo al servicio de la visión a la vez íntima y épica de Philip Glass. Sahy Ratya (M.K. Gandhi) ofreció una actuación vocal y escénica de una profunda serenidad. Su tenor, de un timbre claro y cálido, navegó con una notable facilidad por los arpegios repetitivos de la partitura, evitando cualquier monotonía gracias a un agudo sentido de la frase y el matiz. Escénicamente, no interpretó a Gandhi, lo encarnó. Su físico frágil ocultaba una presencia escénica magnética. Cada gesto, deliberado e imbuido de una tranquila convicción, transmitía el poder de la no violencia. Su concentración throughout era palpable, creando un silencio habitado en la sala durante sus meditaciones más introspectivas.

Julie Robard-Gendre (Kasturbai & Mrs Alexander) demostró una vez más la extensión de su talento. Como Kasturbai, la esposa que sufre, su mezzosoprano expresó una gama de emociones complejas – inquietud, resignación y luego un apoyo inquebrantable – con una riqueza de timbre y una potencia contenida que inspiraban admiración. Su transformación en Mrs Alexander fue igualmente impactante; en este breve papel, proyectó una autoridad benevolente y una claridad vocal cristalina, simbolizando una esperanza de reconciliación.

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El trío femenino formado por Melody Louledjian (Miss Schlesen), Karen Vourc'h (Mrs Naidoo) y Julie Robard-Gendre constituyó uno de los pilares vocales de la velada. Sus voces entrelazadas, con una precisión quirúrgica, creaban un tapiz sonoro fascinante. Louledjian, de una agilidad desconcertante, iluminó el escenario con su soprano ligero y estratosférico. Vourc'h aportó la redondez y estabilidad de su soprano, sirviendo como un anclaje melódico perfecto para el conjunto. Su movimiento escénico, coreografiado por Lucinda Childs, fue de una fluidez grácil, haciendo de ellas mucho más que cómplices, sino las alegrías mismas de la causa satyagraha.

Jean-Luc Ballestra (Parsi Rustomji & Lord Krishna) impresionó por la versatilidad de su bajo-barítono. Como Parsi Rustomji, el mecenas, proyectó una voz robusta y terrenal, llena de convicción. Su transformación en Lord Krishna, figura mitológica, fue una revelación. Su voz adquirió una amplitud y una resonancia sobrenaturales, llenando el auditorio de una sabiduría ancestral durante la famosa aria del Bhagavad Gita. Su imponente estatura y su gestualidad mesurada confirieron a este papel una autoridad divina.

Frédéric Diquero (Arjuna) y Angel Odena (Kallenbach) completaron este cuadro con brillantez. Diquero, de una constante valentía vocal, representó a un Arjuna atormentado y decidido, su claro tenor llevando con soltura las a menudo arduas líneas del compositor. Odena, como Kallenbach, el compañero europeo de Gandhi, utilizó su barítono de timbre rico y cálido para encarnar la lealtad y el apoyo intelectual. Su actuación sobria y profundamente humana añadió un toque de realismo conmovedor al drama.

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Al podio, Léo Warynski dirigió a la Orquesta Filarmónica de Niza, el Coro de la Ópera y su Ballet. Ofreció al público una actuación excepcional, ya que la partitura de Glass, exigente y sin pausas, impone una presión constante para mantener la intensidad y los tempi. Bajo su dirección, la orquesta y el coro, totalmente entregados, ofrecieron una interpretación magistral. Cabe señalar que, fiel a la partitura original, la orquesta carecía de metales y percusión, ya que Glass buscaba una sonoridad fusionada, "como si la orquesta fuera un órgano". Esta textura particular contribuyó a la atmósfera a la vez rica y sutil de la obra.

En definitiva, el mensaje universal de no violencia y resistencia pacífica transmitido por la obra resonó con una profunda actualidad, ofreciendo un momento de esperanza en un mundo caótico.

Fotos: © Julien Perrin