opera fidelio sevilla 6 min 1

Con eficacia

Sevilla. 24/10/17. Teatro de la Maestranza. Beethoven: Fidelio. Elena Pankratova (Fidelio-Leonora); Roberto Saccà (Florestán); Wilhelm Schwinghammer (Rocco);  Mercedes Arcuri (Marzelline); Beñat Egiarte (Jaquijno); Thomas Gazhell (Don Pizarro); Adrian Eröd (Don Fernando); Misés Molina y Francesco Proietti (Prisioneros). Coro de la A.A.Teatro de la Maestranza. Director: Íñigo Sampil. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Director: Pedro Halffter Caro. Dirección escénica: José Carlos Plaza.

La temporada de ópera de la Maestranza de Sevilla nos ha regalado este año una obra  llamativa en su programación: la habitualmente poco representada y única ópera de Beethoven, Fidelio, cuyo difícil nacimiento  seguramente desanimó al compositor a la hora de crear nuevos proyectos (otra ópera en ciernes, El fuego de Vesta, no llegó a materializarse).  En realidad Beethoven le dio forma de "singspiel", es decir, con partes habladas, pero la parte musical cantada domina por completo el panorama y el diálogo sirve simplemente de "puente" entre los destacadísimos números musicales que el compositor le dio.

Para estas representaciones el Teatro de la Maestranza, contó con un buen equipo, encabezado por la soprano Elena Pankratova, de voz poderosa y flexible, cantante rusa (nacida, curiosamente, en Ekaterinburg, la ciudad del magnicidio del último zar y su familia). El rol de Leonora, exigentísimo, lo cubrió con toda solvencia, enfrentándose sin problemas a las tres trompas que Beethoven endosó a la protagonista en su aria central "Abscheulicher!" sin que en ningún momento dejara de percibirse su línea de canto, y distinguiéndose también en el segundo acto en su escena con Florestán.
Menos afortunado resultó este personaje, que cantó el tenor ítalo-alemán Roberto Saccà, con medios desiguales sobre todo en su primera intervención, mejorando después de manera sensible. Enérgico y eficaz el bajo-barítono alemán Thomas Gazhell, al que faltó quizás algo de "maldad" en sus intervenciones, poco insistidas quizás por la dirección escénica, mientras el bajo Wilhelm Schwinghammer cumplió muy adecuadamente en su papel del "mandado" que hace lo que le ordenan.
La segunda pareja "amorosa" de la obra, a la que Beethoven descuidó casi del todo en su obra, fueron cantados muy brillantemente por el tenor vasco Beñat Egiarte, que actuó con firmeza y autoridad en su breve papel (espléndido como todos en el célebre "canon" del primer acto) y por la soprano argentina Mercedes Arcuri, quien cantó medianamente bien su aria inicial pero también se sumó al buen efecto general del equipo, incluyendo a los famélicos prisioneros del grupo de figurantes y a los dos eficaces prisioneros solistas. Cantó con seguridad el barítono austríaco de origen húngaro Adrian Eröd como ministro protector de Florestán.

Magnífico el coro y algo demasiado fuerte la orquesta, que de todos modos nos permitió gozar de las dos oberturas, la de Fidelio y, en el entreacto, de la Leonora III, compuesta por Beethoven para uno de los intentos de poner en marcha su ópera, esta vez en Praga, sin lograrlo. La producción de la Maestranza se limitó a insistir en el carácter opresivo de la prisión sevillana (dos bloques de piedra con evoluciones constantes en el aire) y la dirección escénica hizo lo que pudo en un ambiente de excesiva oscuridad. 

El público aplaudió con entusiasmo al final de la función, y salió complacido de la iniciativa que el Maestranza de Sevilla ha logrado poner en marcha con tanta eficacia. 

Foto: Maestranza de Sevilla