© Guillermo Mendo | Teatro de la Maestranza
Un excelente debut
Sevilla. 3/12/2025. Teatro de la Maestranza. Donizetti. Lucrezia Borgia.Marina Rebeka (Lucrezia), Duke Kim (Gennaro) Krzysztof Bączyk (Don Alfonso) Teresa Iervolino (Orsini). Coro del Teatro de la Maestranza. Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. Dir. de escena: Silvia Paoli. Dir. musical: Marizio Benini.
El pasado 3 de diciembre el Teatro de la Maestranza de Sevilla programaba por primera vez Lucrezia Borgia de Gaetano Donizetti. Y la primera representación, que es la comentada, fue todo un éxito. Un éxito sustentado sobre dos columnas principales: la brillantísima actuación de la soprano Marina Rebeka, que debutaba en el papel principal y la inteligencia musical y veteranía del maestro Maurizio Benini.
Lucrezia Borgia es una ópera dramática basada, como tantas del compositor de Bérgamo, en la figura de una mujer. En este caso la famosa hija del papa Alejandro VI, sobre la que se han levantado gran cantidad de leyendas. Una de ellas sirvió a Victor Hugo para crear una obra de la que se sirvió Felice Romani para escribir el libreto usado por Donizetti. La ópera, de gran lucimiento para una soprano de agilidad, tuvo éxito en el siglo XIX pero posteriormente cayó en el olvido. Fue recuperada a mediados del siglo pasado por cantantes de la talla de Montserrat Caballé o Joan Sutherland. Sin el trasunto amoroso de, por ejemplo, las obras de la trilogía Tudor, Lucrezia también es un excelente ejemplo de la facilidad de Donizetti para crear melodías en las que una buena cantante puede lucir sus capacidades.
Eso hizo, y de una manera extraordinaria, Marina Rebeka, que a raíz de estas representaciones concedió una entrevista a nuestra revista. La soprano letona lució una voz de un timbre hermoso, carnosa en el centro y grave y brillante en el agudo, que lució cuando la partitura lo requería. Pero, personalmente, valorando totalmente sus cualidades en las agilidades, me gustó su dominio del personaje, que nadie diría que era la primera vez que lo cantaba representado. Le dio a la Borgia una gran personalidad, utilizando sus medios vocales para moldear el personaje, su fiereza pero también su fragilidad. Hubo momentos de admiración vocal como su primera aria Com’è bello!, pero destacaría toda su escena final, rematando con un maravilloso Era desso il figlio mio. Es indudable que lucirá este papel por importantes escenarios. Enhorabuena.
No defraudó tampoco casi la totalidad del resto del reparto vocal. Especialmente el Gennaro del joven tenor surcoreano Duke Kim que lució una voz de agradable timbre y facilidad en toda la tesitura. Se lució en el aria en la que narra los que cree que son sus orígenes, Di pescatori ignobile. Algo envarado al principio de la representación, fue cogiendo seguridad para realizar un encomiable final tanto en lo vocal como actoralmente. Un cantante con un brillante futuro.
Impecable el trabajo de Teresa Iervolino, una mezzo que conoce perfectamente el papel travestido de Maffio Orsini. Se pudo apreciar sus cualidades en Il segreto per esser felici, que nos recuerda en algún momento la posterior Danza del velo del Don Carlos de Verdi. De gran presencia escénica y suficiente volumen y proyección, el don Alfonso del bajo Krzysztof Bączyk adoleció de nobleza y de una emisión algo entubada que le restó lucimiento.
Cumplió el resto del elenco, destacando Moises Marín como Rustighello, un papel que se le queda corto a un tenor de tanto nivel, frente a su papel de mucha más enjundia en el estreno de la ópera Enemigo del pueblo. La sección masculina del Coro del Teatro de la Maestranza volvió a demostrar su valía con unas excelentes intervenciones.
Una delicia escuchar a la siempre brillante Real Orquesta Sinfónica de Sevilla dirigida por un maestro de la clase y calidad de Maurizio Benini. El director italiano es un experto en este repertorio y lo volvió a demostrar con una lectura plenamente belcantista, con unos tempi perfectos, y una elegancia y apoyo al escenario ejemplares.

Silvia Paoli firma esta coproducción Teatro de la Maestranza, el Auditorio de Tenerife, la Ópera de Oviedo y el Teatro Comunale de Bolonia. Ambientada en la Italia fascista y dentro de un matadero, la directora artística en el programa de mano reivindica la figura de Lucrecia como una mujer maltratada en un mundo de hombres crueles y sin escrúpulos a los que se enfrenta con los medios que tiene más a mano. Con crudas escenas de maltrato y prostitución quiere hacer notar esa nombrada crueldad, pero rompe su próposito en varios momentos cuando hace al coro ejecutar unas danzas y una pseudo tabla gimnástica que incita a la risa. Realmente no aporta gran cosa, pero se adapta con soltura a la trama, destacando un bello vestuario de Valeria Donata Bettella y una buena iluminación de Alessandro Carletti.
Por megafonía se anunció antes de la función que ésta se dedicaba a José Luis Castro, recientemente fallecido y que lideró durante más diez años (1992-2004) el Teatro.

Fotos: © Guillermo Mendo | Teatro de la Maestranza