Blaubart Komische IkoFreese

 

Un desmadre genial

Berlín. Komische Oper. Offenbach: Blaubart. Wolfgang Ablinger-Sperrhacke, Peter Renz, Christiane Oertel y otros. Dir. de escena: Stefan Herheim. Dir. musical: Stefan Soltesz. 

La opereta debería estar más presente en los escenarios, no ya solo en nuestro país, donde su ausencia es ya histórica, sino también en los teatros europeos, donde se programa muy de tanto en cuanto y rara vez en manos de propuestas tan ocurrentes como la que nos ocupa. Y es que, en situación semejante a nuestra zarzuela, todavía la opereta suele caer en manos de un discurso tradicionalista y conservador. El acierto de la Komische Oper con este Barbazul (Blaubart) es por ello indudable. Y es que encomendar a alguien como Stefan Herheim, la puesta en escena de una obra de estas caracterísiticas supone darle un aire nuevo y sin duda ocurrente, renovando la vigencia de una música tan ligada al corazón de Europa, donde fue sumamente popular decenios atras.

El talento por excelencia de este género fue el francés Jacques Offenbach, autor de más de cincuenta partituras de tinte cómico (24 opéras comiques, 24 opéras buffes y 16 opérettes). Barbazul es estrictamente uan ópera bufa en tres actos, con libreto de Henri Meilhac y Ludovic Halévy sobre una historia de Charles Perrault. Se estrenó en París en 1866 y en apenas un par de años ya había recorrido todos los principales escenarios europeos. La obra posee un singularísimo y natural humor cáustico. Es realmente imposible no reirse a carcajadas en más de un momento.

Estrenada en marzo de 2018, para conmemorar los 50 años de la histórica producción de Walter Felsenstein, la propuesta de Stefan Herheim está llamada a ser un clásico entre las reposiciones de la Komische. Provocadora y premetidamente kitsch, supone toda una brillante caricatura del teatro de cartón piedra y sus viejos códigos aparejados. No faltan tampoco guiños guiños la propia historia de Berlín, con todos sus avatares ideológicos perfectamente retratados y caricaturizados en la escena de los símbolos para el palacio del rey Bobêche. Jugando con el poder y el erotismo con un humor sin fin, el resultado es un espectáculo desternillante, algo extenso, pero sumamente divertido y ocurrente. Un vodevil genial.

Extraordinario el tenor Wolfgang Ablinger-Sperrhacke como Barbazul. La voz tiene un color sumamente adecuado para la comedia y su gran figura dota al protagonista de una presencia escénica que es humor en sí misma, redoblada por la extraordinaria caracterización que firma el vestuario de Esther Bialas. Una vez más la Komische Oper demuestra aquí su habilidad para armar repartos solventes, sin mácula alguna, sin necesidad de recurrir a intérpretes renombrados. Fantástico trabajo en el foso del veterano Stefan Soltesz, recreando la partitura con viveza y brío, incluyendo guiños a músicas de otros autores y resaltando la ingeniosa escritura musical de Offenbach, plagada de melodías atractivas.