Savall Purcell 

Fairy Purcell

Barcelona. 07/06/2016, 20:30 horas. L’Auditori, ciclo Música Antiga. El so original- Jordi Savall. Purcell: The Fairy Queen (La reina de las hadas). Partitura original: MS3, Royal Academy of Music de Londres (1692). Rachel Redmon, Ingeborg Dalheim y Lucía Martín-Cartón sopranos / Alex Potter y David Sagastume, contratenores / Malcolm Bennett y Víctor Sordo tenores / Benjamin Appl y Julián Millán barítonos. La Capella Reial de Catalunya, Le Concert des Nations. Jordi Savall (director musical).

Inolvidable fin del ciclo El So Original, que protagoniza en la Temporada de Música Antiga, desde el año 2006, Jordi Savall. Se cumplen pues diez años de este ciclo, y sumando efemérides, se presentó esta Fairy Queen, de Henry Purcell, como ofrenda musical para celebrar el año Shakespeare, pues esta semiópera o masque, está basada libremente en la obra A Midsummer night’s dream del escritor de Stratford-upon-Avon. Cierre de ciclo y conmemoración festiva, pues la interpretación por Jordi Savall, el coro de La Capella Reial de Catalunya y su orquesta Le Concert des Nations, tuvo toda la magia sonora y grandeza musical del mejor Purcell.

Cortado el texto hablado, se quedó la versión en los números musicales cantados por solistas y coro más los números de danza, llegando a las casi dos horas y media de música. Savall reunió a un fantástico equipo de solistas vocales, quiene sumados al coro y la siempre excelsa Le Concert des Nations, regalaron una velada llena de la mejor y sugerente vena melódica purcelliana. Si con el primer acto o masque, el joven barítono alemán Benjamin Appl, llamó la atención en su cómica escena del borracho, por su voz cálida y bien timbrada, además de ofrecer el despliegue interpretativo óptimo en su cometido hilarante, no le fue a la zaga la joven soprano Lucía Martín-Cartón como primera hada. Frescura vocal, timbre nacarado, limpieza cristalina en la emisión, virtudes de Martín-Cartón que más tarde acabaría por demostrar en una de las piezas de la noche. Sobresalió también la joven soprano de Glasgow, Rachel Redmon, quien deslumbró en el acto segundo, después de un soberbio número previo de eco con las trompetas barrocas por parte de la orquesta, con la onírica canción del personaje de La Noche: See, even Night herself is here, con una atmósfera inquietante conseguida por el acompañamiento instrumental de serena candidez, la soprano destiló con elegancia y belleza turbadora su voz impoluta y de seductora homogeneidad y expresión. A continuación la canción del personaje del Misterio: I am come to lock all fast de nuevo por una espléndida Martín-Cartón. El encantamiento de la escena no se rompió con la incorporación del contratenor Alex Potter y su canción como Secreto: One charming night, envuelto por unas flautas idílicas, para cerrar con el personaje del Sueño por un sorprendente Benjamin Appl, quien demostró un registro grave soberbio, de bajo-barítono si cabe, finalizando uno de los episodios más hermosos de la velada, rematado por un coro de delicado fraseo. Destacó especialmente la orquesta en el acto III con la sinfonía de los cisnes, las hadas y los elfos, donde Savall imprimió ritmo, contrastes, con una fantástica concepción teatral y ampulosidad barroca, dinámicas y hasta comicidad. El sonido de la orquesta deslumbró redondo, exacto y siempre vivo, haciendo disfrutar a un público absorto ante una partitura purcelliana llena de inspiración. Otro momento de especial encanto fue la canción Ye gentle Spitits of the Air, pieza maestra en el dominio de la musicalidad de la lengua inglesa por parte de Purcell, quien recrea y se recrea en el texto con uso de imágenes y metáforas que la voz protagoniza en unos versos musicados con maestría y cantados inmejorablemente por Rachel Redmon. La fiesta de los versos continuó con el dúo cómico de Mopsa y Coridon, impecables Potter y Appl para acabar con fuerza y garbo en el Hornpipe final del acto por parte de Savall y su ensemble

Fue muy agradable comprobar que el ambiente hipnótico creado por la obra y el conjunto se mantuvo en la segunda parte, con los actos IV y V. La salida del sol marcada desde el preludio por una orquesta siempre expresiva y dinámica, precedió a un coro que anunciaba la sección de las cuarto estaciones, con canciones de la primavera por la soprano Rachel Redmon, el verano por el tenor Víctor Sordo, con un color muy adecuado a tan lumínica época, el otoño por el tenor Malcom Bennett, y el invierno, de nuevo por el oscuro instrumento de un siempre excelso Benjamin Appl. Cerró el acto el coro Hail! Great Parent of us all, con un aire prehändeliano que anuncia los grandes oratorios venideros del gran compositor germano-inglés. El acto cuarto tuvo uno de los claros momentos de la noche con la interpretación de la inolvidable O let me weep!, ese lamento inmortal salido de la pluma del mejor Purcell que la soprano Lucía Martín-Cartón supo hacerse suyo y con ella la atención seducida de toda la sala. Pathos, canto incisivo y expresivo, fraseo y articulación al servicio del sentimiento musical, una hermosura que pareció suspender en el aire toda la audiencia. Sorpresivo el contraste con la canción del Hombre Chino Thus the gloomy World At first began to shine, con uno solos de trompeta barroca memorables. Destacó la soprano Ingeborg Dolheim, en su colorida canción Hark! the echoing air, con una fluída y bien timbrada voz ligera y buen estilo en las coloraturas. Además la voz de Dolheim empastó a las mil maravillas con la de Redmon en los dúos de las dos mujeres, destacando el uso de la onomatopeyas como imagen de las llamas del fuego del amor en Turn then the eyes. Con el expansivo y solar coro final  They shall be as happy as they’re fair, acabó una Fairy Queen que hizo explotar de euforia a un público entregado que se sumió en la mágica música de Purcell bajo las órdenes de un gran Jordi Savall. El concierto fue retransmitido y grabado en vivo por Catalunya Música, para no perdérselo puesto que esta obra maestra de Purcell no forma parte, todavía, de la extensa discografía del gran Savall. E lenlace ofrecido online por la radio catalana, ¡todavía está disponible!