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Stefano Mazzonis di Pralafera: “Los teatros debemos formar al público del futuro”

Hace ya más de una década que comanda el destino de este teatro. ¿Qué institución se encontró al llegar y qué institución ha querido construir desde entonces?

Hace ya trece años que dirijo la Ópera de Lieja. Cuando llegué había un 82% de ocupación. Ahora estamos al 100%. Las últimas cuatro temporadas hemos agotado las localidades para todas y cada una de las representaciones. Incluso con una ópera larga y compleja como este Don Carlo, todas las noches estamos completos. 

Soy un director feliz, sobre todo porque hemos logrado una cuota de público joven, menores de 26 años, del 30% sobre el total de espectadores. Es una media muy alta y es fruto de una política implantada desde hace ya más de una década, con incentivos importantes para el público más joven. Los teatros debemos formar al público del futuro.

Este es un teatro con personalidad histórica. No en vano celebra ahora su 250 aniversario.

Este teatro nació por voluntad popular. Lo crea o no, su creación fue fruto de una especie de crowdfunding (risas). Los ciudadanos de Lieja le habían pedido al rey de Holanda -entonces la ciudad dependía de él- que les construyese un teatro de ópera. Éste se negó pero les entregó un terreno para que lo hicieran por sus propios medios. Y los ciudadanos se organizaron para financiarlo y levantarlo, aprovechando a menudo materiales provenientes de iglesias que habían sido derruidas durante la Revolución, etc. Esto se comprobó durante los trabajos de rehabilitación del edificio. El teatro entonces se daba en gestión a un empresario, pero al final todo terminaba en litigios varios, hasta que el gobierno municipal asumió la gestión. A día de hoy, en última instancia, el edificio depende de la federación establecida entre Valonia y Bruselas.

A pesar de este 250 aniversario, lo cierto es que el teatro fue restaurado y modernizado hace apenas una década.

Es un teatro histórico, con 250 años de historia a sus espaldas. Entre 2009 y 2012 fue restaurado a fondo, a imitación de su apariencia original del tiempo de su inauguración, en 1820, como Thêatre Royal de Liège. Pero obviamente era necesario contar con una maquinaria moderna y con todas las últimas tecnologías.

Su elección del repertorio suele pivotar en torno a la ópera italiana y el repertorio francés. 

Sí, nuestro repertorio, sobre todo en estos últimos años, ha girado en torno a la ópera italiana y a la ópera francesa. Esa es nuestra especialidad, podría decirse. Y es por esto que atraemos a mucho público que viene desde otros países del entorno. Un 55% de nuestro público es de la provincia de Lieja, pero el resto viene de fuera, ya sea de la propia Bélgica o bien de Alemania, Holanda, Francia, Luxemburgo… Italia incluso. Es un porcentaje altísimo de público visitante. 

El repertorio alemán no se hace apenas porque las dimensiones del teatro son las propias de un teatro concebido en 1820. Wagner y Strauss aquí son difíciles de plantear. Se han hecho en ocasiones, pero en condiciones que no son las ideales.

En todo caso, tampoco se conforman con representar ópera francesa e italiana al uso. Siempre intentan hacer algún guiño particular.

Así es. Junto con nuestra directora titular, Speranza Scappucci, estamos trabajando a fondo en hacer descubrimientos de interés musicológico. Este Don Carlos, por ejemplo, supone una rareza, ya que interpretamos tal cual la versión que Verdi entregó a la Ópera de París antes de comenzar los ensayos. Es por tanto una versión que nunca se interpretó como tal. Es la primera versión concebida por Verdi, antes incluso del estreno de la obra propiamente dicha. Hay que recordar que los ensayos para el Don Carlos en París duraron ocho meses… y de ahí tantísimas alteraciones, versiones, cortes… Es una ópera larga, complicada… La Ópera de París solicitó finalmente añadir el ballet y retirar siete números… en fin, una historia un tanto desquiciante para Verdi. Por eso quise recuperar el Don Carlos tal y como él lo había concebido en un primer momento, antes de toda esta peripecia. Para estas funciones contamos de nuevo con Paolo Arrivabeni, quien fue el director musical antes de la llegada de Speranza Scappucci. Es un buen amigo, un gran profesional y volverá a dirigir aquí antes de que yo termine con mi tercer mandato en 2022.

¿Cómo llegó usted a dirigir este teatro?

Yo llegué aquí por un concurso público internacional para el puesto de director artístico. Estuve previamente en el Comunale de Bologna y anteriormente había estado en Roma, dirigiendo una serie de conciertos que duró casi veinte años. He dirigido varios festivales y sigo haciendo dirección de escena con frecuencia, sobre todo aquí en Lieja. 

Han hecho un esfuerzo progresivo por internacionalizar el teatro. Estuvieron invitados en Muscat, ya por segunda vez; y años atrás también estuvieron en Santander… 

Sí, es una pieza importante de nuestro trabajo. Además, intentamos generar coproducciones atractivas para otros teatros europeos. En España, por ejemplo, tenemos relación con ABAO. Hemos trabajado con ellos en Anna Bolena, en Alzira… 

¿Cómo descubrió a Speranza Scappucci y por qué decidió proponerle la titularidad en este teatro?

Yo descubrí a Speranza Scappucci dirigiendo una ópera en Pesaro. La escuché trabajar allí y le propuse venir a Lieja. Dirigió una ópera y vista su relación con la orquesta, quedó claro de inmediato que era la candidata ideal para el uesto. Ella tiene un talento extraordinario, realmente raro de encontrar, muy singular. Hay directores muy sólidos, pero sin ese talento tan especial que ella tiene. 

Recientemente han presentado la programación de su temporada 20/21, ciertamente ambiciosa.

Sí, es la temporada de nuestro 250 aniversario y queríamos hacer algo especial. Abriremos con Bohème, con la gran Angela Gheorghiu. Seguiremos con Hamlet de Ambroise Thomas. Tendremos una gala especial por los 250 años del teatro, con La traviata en versión concierto, con Patricia Ciofi y Leo Nucci, que cantará aquí su último Germont. Haremos también La belle Hélène, Il turco in Italia, Les Contes d´Hoffmann con Celso Albelo, I Lombardi alla prima Crociatta, Così fan tutte y La fille du régiment. Y además tendremos conciertos con grandes solistas como Kaufmann, Florez, Brownlee, Pratt, Sierra…