María José Montiel: "Si Carmen es un mito es gracias a Bizet"
2015 ha sido el año de María José Montiel. Un año de éxitos, alegrías y emociones que no es si no el fruto del trabajo y esfuerzo en conjunción a una voz privilegiada, una de las más reconocidas dentro y fuera de nuestras fronteras como embajadora universal de nuestra música y que le ha valido recientemente el Premio Nacional de Música mientras los éxitos y el reconocimiento del público no dejan de llegar desde todas las partes del mundo. Hablamos con ella mientras ensaya su Carmen número… no lo recuerda con exactitud, pero celebrará la centena, que alcanzó hace unos meses en China, al lado de Zubin Mehta en el estreno de temporada del Teatro San Carlo de Nápoles.
Parece que este ha sido su año, ¿es esta Carmen el broche de oro?
Sí, esta Carmen es como el colofón de un año muy significativo para mí y que ha resultado maravilloso para mi carrera. Musicalmente ha sido uno de los más importantes de mi vida, ya desde el diciembre pasado. He tenido desde luego otros años muy bonitos, pero este ha sido muy especial: cantar con el maestro Mehta, creo que esta es la cuarta vez en lo que va de año; debutar en el ciclo de lied, debutar Ulrica y Dalila, Milán, Lisboa, un nuevo disco en camino… Han sido muchas citas magníficas.
¡Y el Premio Nacional de Música!
¡Y el Premio Nacional! ¡Ha sido una sorpresa tan bonita! Me siento muy agradecida porque no es un premio al que uno se presente sino que la elección es abierta y siento que es un reconocimiento a mi carrera, que en gran parte se ha desarrollado en el extranjero y en la que he querido siempre defender y difundir la música española, no sólo la de todos los compositores que nos han dejado sino también música contemporánea, que para mí es tan importante . Ha sido muy emocionante.
Entre los éxitos que ha cosechado este año, creo que su Dalila en México ha sido para el recuerdo…
¡Deseaba tanto debutarla en escena! Acudí a a México con muchas expectativas, siempre positivas, pero finalmente el resultado ha sido mucho mayor de lo que yo me esperaba en todos, todos los sentidos. Dalila es un rol verdaderamente difícil, a lo largo de toda la ópera, por ejemplo con ese dúo con el barítono que es bastante grave; con esa música tan maravillosa… Y ha resultado uno de los mayores éxitos de mi carrera, a todos los niveles. Algo mágico que me ha ocurrido con Dalila ha sido que me ha permitido avanzar, dar un paso hacia delante como intérprete femenina. Descubrir e interpretar a una mujer con esa psicología - con su carga política y sus sentimientos de despecho hacia Samson -, con la música tan sensual de Saint-Saëns y con un poder de seducción tan fuerte… Como en el aria del primer acto (Printemps qui commence), una pagina que he podido cantar con una gran, gran melancolía del amor, evocad0 con muchos pianos que he querido introducir… una experiencia, ya digo, que me ha hecho irme de México muy feliz y con la sensación de haber dado un paso más como artista.
¿Cómo resulta cantar Carmen por todo el mundo, desde Japón o China hasta aquí, Italia?
Carmen es un mito y aunque la haya cantado tantas veces, es siempre un reto. Desde luego lo es con uno mismo porque uno siempre quiere crecer como intérprete. Por ejemplo aquí en Italia, en Palermo, canté la Carmen de Bieito y resultó un éxito. También aquí la canté en Lecce, donde nació Tito Schipa ¡y cuya voz ponen todos los días en la plaza mayor! Por una cultura un tanto machista, hasta los taxistas me decían “¡Carmen es muy mala!” Por supuesto que Carmen tiene una parte caprichosa y manipuladora, pero Don José es tan libre como ella y tiene capacidad de decidir aunque el Destino intervenga tanto en la obra. Y al final, lo que vemos sobre el escenario es un asesinato, violencia de género, se mire como se mire. Ella nunca le promete ser fiel y él no sabe comprender la libertad de Carmen… y la mata. Punto.
Así que durante las ruedas de prensa y entrevistas que me hicieron en Lecce antes de las funciones intenté explicar que Carmen no es un ser horrendo ni mucho menos, que no engaña a nadie, que no es la mala de la película por mucho que nos la hayan querido pintar así. Estaba algo preocupada con la reacción del público ante una Carmen que yo sentía diferente a cómo se venía sintiendo en los últimos tiempos… y finalmente el éxito y el recibimiento fue sensacional. Volvemos a lo que digo siempre, que a la gente hay que contarle para que entienda. En el conocimiento está el entendimiento y hay que explicar las cosas, máxime en una obra como esta que siempre puede resultar actual, con dos pasiones que se encuentran, diferentes, con dos formas alejadas de ver el mundo…
Afortunadamente hoy en día muchas producciones han ayudado a cambiar esa visión errónea de Carmen que hemos tenido durante mucho tiempo y que ya se ha empezado a cambiar. Yo misma me recuerdo, cuando estudiaba en el conservatorio, en el debut de Carreras como Don José y apiadándome un tanto del personaje. Luego, en seguida aprendes y comprendes que no es así, que es un hombre violento – ahí está el texto de Merimée que es mucho más crudo – y termina siendo un simple asesino.
Es curioso porque usted que la ha cantado tanto no hace una defensa férrea de Carmen.
No me parecería justo decir que Carmen es un hermanita de la caridad, por otro lado. No deja de ser un ser humano con sus virtudes y sus defectos. Una persona que seguramente no ha podido recibir una educación, que puede que haya vivido en la calle, que no tiene sensibilidad suficiente para decir las cosas con delicadeza en ciertas ocasiones. Cuando se lleva a Don Jose a la montaña puede verse como que se ha enamorado de él, pero también podemos pensar que lo hace por interés, para que la ayude y proteja.
No quiero hacer una defensa a ultranza de Carmen aunque hacerlo sería lo fácil y eso que me vendría muy bien. En el primer acto es una mujer que sale de la fábrica, cansada, harta de trabajar y sabiendo que tendrá que hacer cuarenta trapicheos hasta el final del día para poder subsistir. Pero sale a la calle, rodeada de un mundo de hombres donde las mujeres no son nada y canta la Habanera para divertirse, para reírse de lo que le rodea. Es un primer acto donde se nos muestra una mujer aparentemente despreocupada. No comparto aquellas visiones que muestran ya desde el minuto uno a una Carmen mal encarada con el mundo.
En el segudo ya se ve a la femme fatale. Con Don José y la primera discusión de pareja que vemos, comprendemos que de lo único de lo que verdaderamente está enamorada Carmen es de la libertad. También sentimos cómo de alguna manera Carmen se siente atraída por la virginidad de Don José, en una plasmación de esa masculinidad antigua mal entendida.
Digamos que mientas en otras óperas como Fidelio por ejemplo, la libertad es aquello a lo que se aspira, el ideal, Carmen ya es la libertad hecha carne.
¡Claro, claro! ¡Es que Carmen es libre, completamente libre! ¡Y Fidelio… con esa búsqueda de la libertad! El otro día me preguntaron por una ópera que viese en el horizonte pero que me apeteciese cantar y contesté Fidelio precisamente por eso. Muchas veces no somos conscientes de lo afortunados que somos por lo que tenemos hasta que nos es arrebatado, y una de esas cosas es la libertad, en la que no solemos pensar, porque hablamos a menudo del amor, la salud… pero no de la libertad, y es una de las cosas más importantes que debe tener el ser humano y por la que debemos estar agradecidos.
Permítame decirle que es muy cautivador que alguien como usted sea siempre tan agradecida.
La vida es mejor cuando uno es agradecido. No terminas de recibir algo hasta que no lo has agradecido.
¿Cómo ve los dos últimos actos?
En el tercero vemos a su animal interior, como líder, con mucha fuerza, y el cuarto es la violencia y la no renuncia de su libertad. Para mí Carmen se traiciona un poco al final a sí misma, al irse con Escamillo. No sé hasta que punto está enamorada de verdad. Quizá lo hace porque quiera acceder a otro nivel de vida. No lo sé. Lo que está claro es que ella deja de querer a Don Jose desde el momento en que él le dice el primer “no”. El caso es que sale un poco el lado oscuro de todos los personajes: Ella, Don José que es muy violento… e incluso también hay producciones donde se dibuja a Micaela como una manipuladora.
Mientras que Don Juan o Hamlet son personajes míticos desde su génesis aunque se hayan musicado, Carmen parece haber necesitado a Bizet para alcanzar la categoría de mito universal…
Sí, Bizet engrandece a Carmen. Si Carmen es un mito, es gracias a él. Del mismo modo ocurre con la Princesa de Éboli, un personaje que no deja de ser una intrigante de la Corte a la que Verdi llena de pasiones, sentimientos y debilidades. Escuchar la Carmen de Bizet es como entrar en el Museo de Orsay: recibir tal cantidad de colores, de texturas… Me lo decía siempre Francisco Nieva: “sigue la música, tú siempre sigue la música” ¡Y en Carmen es tan descriptiva, hay tantos estados de ánimo en ella!
¿Qué aporta Zubin Mehta a Carmen?
Mehta aporta poesía, fuerza y un grandísimo colorido. El maestro es un ser solar, una persona generosísima, muy consciente de quién es, de sus valores y conocimientos, que está por encima de todos los egos posibles que surgen en ocasiones en el mundo de la clásica, sin divismos.
También dirigirá Jaques Delacôte, con quien ya hice Carmen hace unos cuantos años en Tokyo. Un grandísimo músico, asistente de Leonard Bernstein. Es una gozada como termina el duo entre Don José y Micaela o la introducción a la escena de las cartas. De una gran sensibilidad.
Ya en su agenda más próxima despunta el estreno de Maria Moliner, la ópera de Parera Fons que verá la luz en el Teatro de la Zarzuela. ¿Puede adelantarnos algo sobre la obra?
Es una música maravillosa, de una gran intensidad, un tour de force ya que mi personaje aparece en todas las escenas menos una. Muy emocionante también interpretar a alguien como la Moliner, tan inteligente, rodeada de tantas palabras y que terminó sus días con Alzheimer… También aparecen Clara Campoamor, Victoria Kent… Una obra muy, muy bonita y muy, muy interesante, que me llena de ilusión y por la que voy a estar durante los próximos meses enclaustrada preparándola.