© Nani Gutiérrez
Maria Miró: "Me gusta arriesgar y explorar mis límites vocales y escénicos"
La soprano Maria Miró regresa este mes de junio al escenario del Maestranza de Sevilla para dar voz a Micaela en Carmen. En ocasión de estas funciones conversamos con ella para conocer más de cerca sus próximos proyectos y sus recientes compromisos.
Después de algunos años regresa ahora a Sevilla, al Teatro de la Maestranza, y lo hace con un rol como el de Micaëla, que creo que debutó en 2017. ¿Ha tenido ocasión de cantar el rol nuevamente desde entonces?
No, desde entonces no he tenido ocasión de volver a cantar el rol. Lo debuté en varias ciudades de Aragón y Valencia con la Orquesta Reino de Aragón, en una producción con dirección escénica de Kike Llorca y musical de Ricardo Casero.
Imagino que en este tiempo además su vocalidad ha madurado y su aproximación al rol será algo distinta.
Sí, han pasado ocho años y la voz ha evolucionado con el trabajo técnico y los roles incorporados en este tiempo. Siempre, cuando vuelvo a interpretar un rol, intento profundizar más y buscar más matices en el papel. Estoy muy feliz de reencontrarme con Micaela y de hacerlo en el Teatro de la Maestranza de Sevilla.
¿Qué es lo más atractivo del rol de Micaëla? Es un rol que aparece y desaparece de escena de manera significativa, a lo largo de la ópera, con una aria muy conocida, además, ‘Je dis que rien ne m‘épouvante’.
La verdad es que es un personaje muy exigente y emblemático en la carrera de toda soprano lírica, con grandes referentes como Mirella Freni. Tiene una escena con Morales al inicio, después un dúo muy bonito y difícil con Don José… y luego el personaje de Micaela desparece durante más de una hora y vuelve con su gran aria, ‘Je dis que rien ne m’épouvante’, una página muy lírica y con más dramatismo. Es una página exigente pero también bellísima, mostrando a la vez el miedo que ella tiene en las montañas y su fortaleza y determinación. Finalmente tiene una última intervención cuando encuentra a Don José.
Es interesante esto que comenta porque a veces se ha reducido el rol de Micaëla a la idea de una joven frágil e inocente y lo cierto es que muestra mucha fortaleza.
Sí, sin duda, es una mujer con ideas claras; ella tiene claro su amor por Don José y busca sobre todo alejarlo de ese mundo de contrabandistas. Y precisamente esta aria muestra su miedo inicial, en un sitio inhóspito como las montañas, pero a la vez manifiesta su determinación a la hora de querer encontrar a Don José e incluso enfrentarse a Carmen, llegado el caso. De hecho Micaëla consigue llevarse de vuelta consigo a Don José aunque él después vuelva a irse con Carmen.
¿Cómo están yendo los ensayos, en esta producción de Emilio Sagi?
Precisamente Emilio Sagi ve a Micaëla como una mujer más empoderada y esto me gusta mucho. Estamos trabajando también ya con la orquesta, bajo la dirección musical de Salvador Vázquez, y todo va muy bien. Es un equipo fantástico.
En su agenda reciente y también en su agenda por venir hay un compromiso constante con las obras de nueva creación, por ejemplo con las obras de Jesús Torres como Tránsito y Tejas verdes o con La Regenta de Marisa Manchado. ¿Qué es exactamente lo que le seduce de dar vida a estas nuevas creaciones contemporáneas?
Sí, estoy contenta porque hasta la fecha he participado en cuatro estrenos absolutos. La ópera contemporánea llegó a mí en 2018 con Fuenteovejuna de Jorge Muñiz, en la parte protagonista de Laurencia. Ese compromiso me llegó además con apenas un mes de antelación, para sustituir a una compañera. Fue un gran reto, con un rol complejo y largo, pero quedé muy satisfecha con la experiencia.
Luego he tenido la suerte de que estas producciones, estos estrenos, que son exigentes a nivel de estudio y ensayos, se han vuelto a hacer en otros teatros. Fuenteovejuna, por ejemplo, se hizo en Ópera de Tenerife en 2022. En el caso de Tránsito de Jesús Torres yo estuve en el estreno absoluto del Teatro Real, en Naves del Matadero, en 2021. Y después repetimos este título en Les Arts, con una nueva producción.
El tercer título de estreno absoluto en el que he podido participar ha sido La Regenta, nuevamente con el Teatro Real en Naves del Matadero y nuevamente en un rol protagonista, en 2023, en una producción de Bárbara Lluch. La Regenta la hemos vuelto a hacer ahora en Oviedo, donde transcurre precisamente la acción del libreto.
A mí me parece muy interesante todo el proceso creativo que implica la creación contemporánea porque no hay referentes previos, a diferencia de lo que comentábamos ahora del rol de Micaëla. En estos estrenos hay más margen de libertad creativa y por lo general son propuestas más rompedoras y más teatrales. A mí me gusta mucho arriesgar y explorar mis límites vocales e interpretativos. Y todos estos proyectos de ópera contemporánea han sido retos que me han ayudado a crecer como artista y como intérprete. Y esto no está reñido con que me guste, y mucho, interpretar roles del repertorio más tradicional, obviamente.
En línea con ésto, siguiendo un poco la estela del rol de Micaëla y viendo que participó en un concierto con arias de Puccini en el Palau de la Música Catalana, ¿cuáles diría que son ahora mismo sus ambiciones en materia de repertorio? Entiendo que se encamina hacia roles como Liù en Turandot, por ejemplo.
Sí, yo me considero actualmente una soprano lírica pura. Aunque es es verdad que con los años mi voz va creciendo, va ganando en proyección, va desarrollando un centro más rico, etc.
Dentro del repertorio para soprano lírica pura ya he interpretado a Mimì en La bohème, lo hice en Inglaterra y me gustaría mucho volverlo a cantar. Liù no la he debutado aún y me encantaría, las arias me van muy bien, precisamente las canté en ese concierto en el Palau de la Música que mencionaba.
En el caso de Mozart me gustaría volver a cantar la Condesa de Le nozze di Figaro, que hice en Avignon y la Fiordiligi de Così fan tutte, que debuté en Weimar.
También me gustaría hacer algunos roles con coloratura, como Anna Bolena, que estudié pero no pude debutar en su día y me gustaría mucho interpretarla, lo mismo que Donna Anna en el Don Giovanni de Mozart. El año que viene debutaré Violetta en La traviata, en la temporada de Fundació Òpera a Catalunya. Considero muy sano para mi voz alternar roles más líricos con roles con cierta coloratura y una tesitura algo más aguda, porque me mantienen la voz ágil y en forma.
¿Qué otros compromisos importantes tiene anunciados ya para la próxima temporada?
Regresaré al Liceu para cantar Nannetta en Falstaff, con Josep Pons. Me hace mucha ilusión volver a cantar en mi ciudad natal. Además, junto con la Violetta en La traviata que mencionábamos, estos serán mis dos primeros roles de Verdi en escena.
Creo que abrirá también la temporada de Ópera de Tenerife con Yerma.
Sí, este es un debut muy interesante. Berna Perles y yo nos alternaremos en el rol de Yerma, que es un papel duro y largo; va a ser un trabajo exigente. pero es sin duda un papel interesantísimo, a partir del original de Lorca.
Y regresará al Teatro Real con Ariane et Barbe-Bleue de Paul Dukas.
El Teatro Real es para mí como mi segunda casa, he cantado allí ya en diez producciones. Me apetece mucho cantar Mélisande en esta recuperación de un título francés poco conocido.
No hemos mencionado hasta ahora la zarzuela, ¿cuál es su relación con este género?
La zarzuela me gusta mucho y me gustaría incorporar nuevos roles a mi repertorio. De hecho, gané el Premio de Zarzuela, además del Primer Premio, en el Concurso Internacional de Canto de Elda en 2014. Hasta la fecha sólo he interpretado dos roles de zarzuela: Francina de Cançó d’amor i de guerra en versión concierto por varias ciudades de Cataluña y la Marquesita de El barberillo de Lavapiés en la producción de Sanzol, que estrenamos en el Teatro de la Zarzuela en 2019. La producción tuvo muchísimo éxito y la llevamos de gira a Oviedo en 2020, a Valencia y al Teatro de la Maestranza de Sevilla en 2021; y se repuso de nuevo en el Teatro de la Zarzuela en 2022. Lo disfruté muchísimo.
La verdad es que me gustaría volver a cantar pronto algún papel de zarzuela. Hay muchos que me pueden ir bien, los líricos, como la Duquesa de Jugar con fuego, un rol muy belcantista, pero también me gustan los más castizos como Ascensión en El manojo de rosas. Espero que lleguen nuevas oportunidades en un futuro próximo.
Imagino que tendrá también en agenda algunas citas con repertorio sinfónico o con formato de recital.
Por supuesto. Para mí además es importante alternar distintos tipos de repertorio y distintos formatos, como comentábamos antes al respecto de la ópera contemporánea y el bel canto. Es muy sano para la voz poder ir variando, te mantiene fresco. Hace un par de meses hice un recital precioso de canción latinoamericana en la Fundación Juan March, por ejemplo. Con el repertorio sinfónico y el oratorio tengo también bastante experiencia; por ejemplo, hice el Egmont de Beethoven en 2020, en Oviedo, con Lucas Macías; y también he cantado el Elias de Mendelssohn y la Novena de Beethoven, entre otros.
Me ha gustado lo que mencionaba hace un momento sobre buscar los propios limites, sobre arriesgar y explorar cosas nuevas. Me parece una actitud que te mantiene alerta.
Sí, sin duda. A mí me gustan los retos porque te ayudan a salir de tu zona de confort. Es bueno explorar tus límites, siempre conscientes por supuesto de que sólo tenemos un par de cuerdas vocales. Todo lo que me planteo cantar entiendo que va a ser adecuado y sano para mi voz, de lo contrario no lo haría. Nunca pretendo cantar con una voz que no sea la mía, ni pretendo forzarla, pero buscar esos límites te ayuda a mejorar y a ir siempre creciendo como artista. Y desde el punto de vista interpretativo, me gusta estudiar las obras originales, y explorar y profundizar en las emociones del personaje, para buscar colores diversos en mi voz y que mi canto y actuación sean desde la verdad.
Fotos: © Nani Gutiérrez