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Rudolf Buchbinder: "Sólo hay dos tipos de música: la buena y la mala"

Rudolf Buchbinder es uno de los grandes pianistas de su generación y uno de los mejores músicos que podemos escuchar en la actualidad. Su carrera respira música alemana y austriaca por los cuatro costados, habiéndose convertido en uno de los intérpretes de Beethoven más respetados. Con él y sus cinco conciertos para piano acude al Auditori de Barcelona, al frente de la Orquestra de Barcelona, mientras ultima el lanzamiento de sus dos próximos proyectos discográficos: su vuelta a las Variaciones Diabelli, unidas a nuevos compositores de hoy en día, y esos conciertos para teclado junto a cinco orquestas y cinco directores diferentes. De todo ello hablamos con él.

Quería empezar preguntándole si ha visto ya Parásitos, de Bong Joon-ho.

¡No! ¡Todavía no! ¡Demasiados conciertos! (risas). Como usted bien sabe, tengo una colección de más de 4.000 películas en casa, incluyendo todas las ganadoras del Oscar, pero aún no he tenido tiempo de verla.

Entiendo que usted disfruta de otras artes, que no vive sólo para la música clásica...

Mire, es que ni siquiera entiendo de diferentes tipos de música. Sólo hay dos clases de música: la buena y la mala. Yo disfruto muchísimo con Frank Sinatra, por ejemplo. ¡O con Oscar Peterson, uno de los mejores pianistas de todos los tiempos! No sé si lo sabe, pero estuve a punto de tocar con él. Se planificaron unos conciertos, los dos juntos, en América, pero por desgracia enfermó y falleció antes de que nos diera tiempo.

¿Qué le sería más fácil escoger: sus películas favoritas, o sus compositores preferidos?

¡Uf, películas imposible! ¡Hay demasiadas! (Risas). En cuanto a compositores, Beethoven es crucial para mí, pero de igual manera, también toco Bach, Haydn, Schubert... hasta música contemporánea, la cual me encanta. Sin embargo, sí, Beethoven no es que sea central en mi repertorio, es que es que seguramente sea imprescindible en mi vida.

¿Recuerda tal vez la primera vez que tocó alguna obra suya?

(Piensa). No lo sé. Recuerdo que con once años toqué, en la Grosser Saal del Musikverein de Viena, su Concierto para piano nº1. ¡No sé cómo fui capaz de hacerlo, pero lo hice! (Risas)

¿Desde entonces hasta ahora, cómo ha evolucionado su visión sobre Beethoven, su forma de tocarlo?

Le diré que grabé todas las sonatas para piano por primera vez, creo, en 1978. Treinta años después un colega me dijo: "Rudy, tienes que grabar las sonatas de nuevo". Yo le respondí que por qué y el me contestó: "Porque ahora eres libre". Y por eso las volví a grabar en la Semperoper de Dresde.

¿Se siente libre ahora, entonces? ¿Es usted un músico libre?

Sí. Siento que ahora sí. Cuando eres joven no eres libre. No eres flexible, eres intolerante y puede que haya cosas importantes que no tengas en cuenta. El mismo sentido del rubato en Beethoven, por ejemplo, creo que sólo puedes comprender del todo qué es cuando vas cumpliendo años. Para mí, Beethoven es el compositor más romántico de todos. El único de la historia que ha escrito "a tempo" despues de un "espressivo". Normalmente uno escribe "a tempo" después de un ritardando o un accelerando. ¡Su indicación es puramente emocional! ¡No es relativa al tempo! Es algo fascinante. Comprender todo esto requiere años... y libertad.

 

 

¿Y el público? ¿El público es libre? ¿Escucha a Beethoven igual ahora que hace, por ejemplo, veinte años?

Sí, el público siempre recibe bien a Beethoven, le comprende bien porque les habla de ellos. Ahora estamos en el año Beethoven, ya sabe, y una cosa tengo clara, ¡incluso Beethoven sobrevivirá al año Beethoven! Cuando todos nosotros nos hayamos ido de este mundo, Beethoven seguirá aquí. ¡La música seguirá aquí!

Este fin de semana tocará y dirigirá los cinco conciertos para piano de Beethoven junto a la Orquestra de Barcelona. ¿Qué podemos esperar de estas noches?

Dirigiré desde el piano, pero no soy el primero que lo hace, obviamente. Mozart lo hacía, Beethoven lo hacía todo el tiempo. Es como si fuera un tipo de música de cámara a lo grande. Creo que es algo que he hecho más de quinientas veces a lo largo de mi vida. A lo largo de todo el mundo, todas las orquestas se muestran entusiasmadas con esta idea de ofrecer los conciertos para piano desde el piano, porque de pronto tienen una responsabilidad diferente, hasta que se interpreta el último de los compases. No tienen director, así que tienen que escuchar, aún más. 

Pero entiendo que en algún momento usted ejerce como director.

Por supuesto, durante los ensayos tenemos que trabajar muy duro para que todo salga perfecto, pero durante el concierto, disfrutamos nosotros también de una maravillosa música de cámara en formato grande. Yo impulso a la música con mi música. También con mis ojos, con mis labios, también un poco con las manos, pero lo que la orquesta hace es interpretar música de cámara. Es una muy interesante experiencia, tanto para la formación como para el público.

¿Cómo los disfruta más? ¿Dirigiéndolos desde el piano o bajo una batuta?

¡De las dos maneras! No sé si esto es público ya, pero uno de mis próximos proyectos con Deutsche Grammophon es lanzar al mercado los cinco conciertos para piano de Beethoven con cinco grandes orquestas y cinco grandes directores diferentes para cada uno de ellos. He hecho el Conicerto para piano nº1 con Andris Nelsosn y la Gewandhaus de Leipzig; el Segundo con Mariss Jansons con la Bayerischen; el Tercero junto a Valery Gergiev y la Filarmónica de Múnich; el número cuatro con Christian Thielemann y la Staatskapelle de Dresde y el Quinto con Riccardo Muti y la Filarmónica de Viena.

¡No es mala compañía!

(Risas). Sí, es una buena colección. Son mis directores favoritos y con los que disfruto y disfrutaré tocando. Ya no con mi querido Jansons, por supuesto, cuya pérdida ha sido horrible para mí. Él era uno de mis mejores amigos. Se fue el mismo día de mi cumpleaños, cuando además yo estaba en Sant Petersburgo, donde él murió. Ha sido devastador.

En cualquier caso, quedará como un bonito homenaje. Otro proyecto discográfico en ciernes es su vuelta a las Variaciones Diabelli, ¿no es así?

Sí, tengo dos grandes proyectos discográficos. Este que le comentaba en torno a los conciertos para piano y el Diabelli Project. Ya sabe que Diabelli escribió su vals y se lo envió a cincuenta compositores diferentes. Beethoven se negó a crear una única variación ¡y a cambio escribió treinta y tres! De todas ellas he seleccionado ocho, de Hummel, Kreutzer, Liszt, Schubert, Czerny... y las he unido a once nuevas variaciones escritas por once compositores vivos de todo el mundo: Hosokawa de Japón, Tan Dun de China, Philippe Manoury de Francia, Jörg Widmann de Alemania, Rodion Shchedrin de Rusia... El próximo 3 de marzo realizaré la premiere en el Musikverein de Viena y el día 6 Deutsche Grammophon lanzará el disco al mercado, comenzando una gira mundial con ellas a lo largo de todo 2020 y comienzos de 2021 [en noviembre de 2021, Buchbinder acudirá con ellas al Palau de la Música de Barcelona].

Desde su punto de vista, ¿tienen algo que aprender los compositores de hoy en día de Beethoven?

Nada, nada, nada. No es necesario. Cada compositor ha de seguir su propio camino. Desde la eclosión musical del siglo XX, ya sería estúpido catalogar a los compositores como románticos o clásicos, por ejemplo, ¡porque todo el mundo es romántico! ¡Incluso Bach es romántico! ¡El ser humano es romántico! En el siglo XX hubo veinte, treinta grandes compositores como Schoenberg, Rachmaninov, Mahler, Strauss, Bartók, Stravinsky... un enorme número de ellos, que sin embargo son completamente diferentes entre sí. No podemos comparar a Webern y Berg con Strauss y Rachaminov, por ejemplo. ¡Eso sí, todos tienen una cosa en común! Eran grandes personalidades. Lo mismo ocurre con los compositores vivos de hoy en día. En este proyecto he reunido once variaciones completamente diferentes y todas son geniales.

¿Y nosotros, el común de los mortales, tenemos algo que aprender de Beethoven?

Oh, claro, pero es que tenemos cosas que aprender de todo el mundo. Tenemos mucho que aprender de Bach, mucho que aprender de Haydn... ¡Haydn es uno de los músicos más importantes de la historia y su música está totalmente subestimada hoy en día! Los seres humanos tenemos mucho que aprender de los seres humanos, ni más ni menos. 

Foto: Marco Borggreve.