La mujer sin sombra
"Alma Mahler. Un carácter apasionado". Cate Haste. Ed. Turner. Madrid, 2020.
Gustav Mahler, Alexander von Zemllinsky, Martin Gropius, Franz Werferl, Gustav Klimt, Oskar Kokoscha... ninguno de estos hombres logró hacer sombra a Alma María Margaretha Schindler, conocida después como Alma Mahler a resultas de su matrimonio con el célebre compositor austríaco. Nacida en Viena en 1879 y fallecida en Nueva York a la edad de 85 años, su figura sigue hoy proyectando una fascinación difícil de condensar en pocas palabras. Su periplo vital hechiza desde muy diversos puntos de vista, empezando por las corrientes intelectuales con las que estuvo en contacto, desde el psicoanálisis al modernismo vienés pasando por la Bauhaus. De hecho, su biografía es un recorrido paradigmático desde la Viena fin de siècle, con el consabido declive del Imperio austrohúngaro, hasta la República de Weimar y la Europa que se hizo trizas en dos contiendas bélicas de alcance mundial, sin olvidar su final en los Estados Unidos (huyendo del nazismo, con el que sin embargo llegó a coquetear). Una época fascinante para una mujer deslumbrante, casi cegadora, que proyecta sentimientos verdaderamente encontrados en quien repasa sus andazas.
Y es que Alma Mahler fue mujer de armas tomar, con un carácter decidido e impetuoso, un personaje de leyenda, ciertamente cinematográfico en sus peripecias y desventuras. Y por encima de todo, una mujer de una inteligencia deslumbrante, una transgresora, dueña de sí misma y de su independencia como pocas féminas pudieron permitirse serlo en su tiempo. Su injusta fama de devorahombres, un sesgo sumamente machista visto con con los ojos de hoy en día, ha marcado su recuerdo proyectando lo sensual, de un modo frívolo, por encima de lo intelectual. Conviene en todo caso ver más allá del cliché, superar el arquetipo de la femme fatale. Y es que Alma Mahler no fue una lolita calenturienta, tampoco una mantis religiosa con afán depredador. Es cierto que el catálogo donjuanesco de Alma Mahler fue prolijo, pero también lo fue el de muchos de su compañeros de cama, a quienes no se ha prestado tanta atención en esta faceta. Por encima de todo, Alma fue una mujer compleja, seguramente adelantada a su tiempo (aunque ya quisiéramos hoy algunas libertades, sobre todo mentales, de las que se gozaba en la Viena de comienzos del siglo XX).
El presente texto de Catherine Haste pone al día, de un modo exhaustivo y claro, las vertiginosas vicisitudes de una biografía fascinante. La estructura del texto es puramente cronológica, con capitulos ordenados de manera correlativa conforme a cortos periodos de tiempo, de uno, dos o tres años, a excepción del último bloque, titulado 'La Grande Veuve' y que abarca desde 1946 a 1964, precisamente a partir de la muerte de su último esposo, el poeta y novelista Franz Werfel. La faceta de Alma Mahler como compositora no ocupa un lugar destacado en esta monografía, en realidad en justa proporción a lo que supuso esa vertiente en la propia vida de la protagonista. Lo cierto es que su vocación musical se vio truncada precisamente por su relación con Gustav Mahler, quien ahogó en ella toda voluntad de escribir música de una manera sostenida en el tiempo.
Sea como fuere, la monografía de Haste acierta a nombrar una incógnita general que parece sobrevolar toda la biografía de Alma Mahler. Y es que a pesar una vida tan agitada y rica, tan llena de episodios renombrables, queda la impresión de que nadie terminó de escrutar a fondo el corazón de esa mujer, de algún modo recelosa de revelar su auténtica alma, si me permiten el fácil juego de palabras. Controvertida, seductora, caprichosa, extrovertida, provocadora... Hemos terminado por conocer a Alma a través de quienes la trataron, con sus particulares filias y fobias, pero era necesario un texto que diese voz a la propia aludida. Esta biografía está cuajada de citas a sus diarios, lo que al menos permite un más amplio contraste entre las diversas personalidades que marcaron su vida.
En suma, esta monografía de Cate Haste supone un perfecto recorrido por la intensa biografía de esta genuina mujer sin sombra, cuyas peripecias emocionales e intelectuales son una excusa excepcional para recorrer la vida social y cultural de la primera mitad del siglo XX. Lo mejor de este libro es que no pretende ni salvar ni condenar a Alma Mahler, simplemente -y no es poco- mostrarla en su riquísima complejidad.