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Espejos, apariencias, certezas

El eco de lo que ya no existe. Raúl Zambrano. Turner publicaciones. Madrid, 2021

La editorial Turner ha reunido en este volumen varios ensayos del músico y estudioso mexicano Raúl Zambrano. El resumen del trasfondo de todos ellos, aunque sean de variada temática, es el subtítulo del libro: Ensayos sobre música, evocación y memoria. Y efectivamente estas tres premisas son la columna vertebral de los escritos. Ensayos que recorren, como ya se dijo, temas diversos. Comienza el autor un sesudo estudio sobre el mundo de la escucha, de los silencios, de los tiempos en la música en Eco de lo que ya no existe. Y termina con el interesantísimo trabajo sobre Aria mit verschiedenen Veränderungen vors Clavicimbal mit 2 Manualen (Aria con diversas variaciones para clavicémbalo con dos  teclados), el nombre que dio Bach a esa obra maestra que hoy conocemos como Variaciones Golberg. Precisamente la explicación de este denominación de la obra plantea al principio del estudio las falsedades que muchas veces rodean a obras maestras.

Entre estos dos trabajos hay otros interesantes, como el dedicado al músico del primer barroco alemán, bastante desconocido para el gran público, Philipp Heinrich Erlebach. Erlebach trabajó en la corte del príncipe Albercht Anton von Schwarzburg-Rudolstadt en Turingia. Allí creó una ingente obra que casi desapareció por completo en 1735 en un incendio en Rudolstadt (el compositor había muerto en 1710). Zambrano analiza  la importancia de su obra, que se ha ido recuperando poco a poco, y de la futilidad con que la fama y el talento desaparecen cuando una mala pasada de la historia, un fuego temerario, convierte en cenizas tu trabajo. En Cantar lo que cantar no quiero. La empatía, el deseo y las  “trobairitz” del amor cortés, se reflexiona sobre estas mujeres, tan importantes en la Francia medieval. Provenientes de una clase social alta y culta, sus obras, sus vidas, son poco conocidas en comparación con sus colegas masculinos, los trovadores. De hecho, como comenta el autor, sólo conocemos veinte nombres, y exclusivamente la poesía de ocho de ellas. Un ensayo también de obligada lectura.

Hay varios temas más tratados (El eco de la caja de los sueños: la sombra de la ópera, del cine y de la cueva o Las maravillas del ocaso: Céspedes, Sor Juana, López Capillas y lo real) pero para mi el más atractivo de todos es el titulado A imagen y semejanza: Ponce y la mentira. Manuel M. Ponce, considerado el padre nacionalismo musical mexicano, es un compositor y pensador muy importante en la vida de Raúl Zambrano, ya que es un gran conocedor de su obra, especialmente la compuesta para guitarra. Por eso en el ensayo apreciamos una implicación muy personal del autor que conoce de primera mano los hechos que se cuentan en el trabajo y tienen tanto que ver con ese mundo musical en el que los espejos, las apariencias o las certezas se combinan sin saber muchas veces qué es qué. Se analiza la relación entre Ponce y el maestro de la guitarra español Andrés Segovia y nada mejor que las palabras de Zambrano para hacernos una idea del contenido y el alma de lo plasmado en el libro: “Esta relación no estuvo regida por la equidad, ninguna lo está, es verdad, pero las desigualdades culturales, de estatus, de presencia internacional –también las económicas– dieron a este encuentro la perversión de muchos equívocos, la nobleza de un espíritu solidario, el enfado frente a la imprudencia, la luz de crear probablemente el repertorio más hermoso y significativo que este instrumento tuvo y tiene todavía hoy”. Si los lectores quieren profundizar más, ahí tienen este interesante libro.